Saum o Siyam (Ayuno)
1) Durante el Ramadán (el noveno mes del año lunar islámico), los musulmanes ayunan como obediencia al mandato de Dios y como muestra de gratitud por el don del Señor al revelar su Glorioso Libro, el Corán, en Ramadán.
2) Saum es abstenerse de comer, beber y tener relaciones íntimas desde el alba hasta el ocaso.
3) Si se halla de viaje o enfermo, un musulmán está autorizado a romper su ayuno.
4) Si rompe el ayuno, debe compensarlo absteniéndose el mismo número de días a los que rompió el ayuno durante el Ramadán.
5) Tras el fin del Ramadán, viene «I’d al-Fitr» (la fiesta del término del Ayuno), que es el primer día de Shawal, el mes que sigue a Ramadán.
6) En la mañana del I’d, todos los musulmanes se congregan en lugares abiertos o mezquitas para efectuar la «Oración del I’d», a fin de expresar su gratitud a Dios por haberles ayudado a realizar este deber de la abstinencia.
7) En cuanto a este importante acto, Dios dice:
«¡Oh, creyentes! Se os está prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron. Quizá, así, le temáis.» (El Corán 2:183.)
8) También dice:
«Es en el mes de Ramadán en que fue revelado el Corán, guía de la humanidad, con normas claras y como discernimiento (entre el bien y el mal). Por consiguiente, quien de vosotros presencie (en su casa, pueblo o ciudad) el novilunio de dicho mes, deberá ayunar, pero quien se halle enfermo o de viaje, ayunará después el mismo número de días…» (El Corán Í2:185.)
¿POR QUÉ AYUNAMOS?
9) Ayunamos como acto de obediencia al mandato de Dios y porque Él ama a aquellos que ayunan.
10) Para mostrar nuestra gratitud a Dios que nos envió Su Guía, el Corán, que es el divino sendero para toda la humanidad.
11) Para confirmar ante Dios nuestra fe en el Corán.
12) Porque Él nos capacitó para memorizar su Libro, recitarlo, estudiarlo y entenderlo, beneficiándonos con su guía.
13) Para desarrollar el control de los deseos materiales que el Señor puso en nuestra naturaleza.
14) Para advertirnos de todas las cosas prohibidas por Dios.
15) El ayuno nos hace recordar a los necesitados que sufren hambre y privación. Así podemos ser solidarios con ellos y ayudarles con parte de lo que el Sumo Hacedor nos concedió.
16) Para despreocuparnos de nuestros deseos y esmerarnos más en el cuidado de nuestro espíritu a través de la intensificación de nuestros actos y acciones de amor a Nuestro Señor, en el mes del Corán.
17) Para aumentar nuestra capacidad de sinceridad, conciencia, paciencia y disciplina, así como otros muchos beneficios saludables.
18) Y, por encima de todo esto, para continuar la búsqueda de la gran recompensa que Dios ha prometido darnos en el día del Juicio Final.
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