NO TE PIERDAS LA ESPIRITUALIDAD DE RAMADÁN
Por el Dr Muhammad Solaiman
El ayuno durante el mes sagrado de Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam. Los musulmanes se abstienen de comer, beber, fumar y tener actividad sexual desde el amanecer hasta el atardecer. También hacen más oraciones, súplicas, meditaciones, donaciones y observan su comportamiento.
¿Por qué es tan inmensa la recompensa del ayuno?
En términos generales, Dios (Allah) nos ama y es tan generoso en Su recompensa. Por una buena acción, Él puede recompensarnos entre diez y setecientas recompensas (Hasanat). Sin embargo, durante el Ramadán, la recompensa es ilimitada sin una medida.
El Profeta (la paz sea con él, PyB) dijo: «(Allah dijo), ‘Toda buena acción del hijo de Adán es para él, excepto el ayuno; es para Mí y lo recompensaré’ …» (Narrado por Al -Bujari y Muslim)
Intentemos entender por qué Allah es tan generoso con nosotros durante el Ramadán.
1. Ayunar no es solo abstenerse de comer y beber. Es una demostración de amor verdadero y sacrificios por el bien de complacer a Dios.
2. El ayuno es un acto secreto de adoración entre una persona y su Señor. Si uno quiere, puede esconderse para comer o beber. Pero él sinceramente elige mantener su ayuno. Allah premia generosamente esta obediencia y sinceridad.
3. Para soportar el hambre, la sed, las debilidades físicas y mentales y para mantenerse alejado de todas las cosas prohibidas, el musulmán necesita ser paciente. Como se menciona en el Corán, Allah recompensa generosamente a los pacientes.
«La recompensa para quienes sean pacientes y perseverantes no tendrá límite» (Corán 39:10)
4. Todos los actos de adoración pueden ser vistos por otros cuando son hechos. Por lo tanto, pueden estar contaminados con algunos elementos de ostentación. Por el contrario, el ayuno es un acto oculto e invisible de adoración.
5. El ayuno es un acto continuo de adoración mediante el cual el musulmán cumple con Allah las 24 horas del día. Pasa el día ayunando, la noche orando y siempre observa su comportamiento. Por lo tanto, Ramadán es un mes entero de adoración continua a Allah.
6. El Ramadán recoge no solo el ayuno sino todos los demás rituales y prácticas islámicas. Por lo tanto, en Ramadán, el musulmán practica oraciones físicas especiales (Al-Tarawih), dona dinero a los pobres, recita el Corán, suplica, medita y mantiene las conductas morales ideales.
7. El ayuno fortalece nuestro poder de autocontrol. El musulmán debe estar libre de cualquier tipo de esclavitud a algo como un tipo de comida o hábito. Debería tener dominio propio y someterse solo a Allah. Ramadán le enseña al musulmán a controlar su voluntad para que haga lo correcto y no lo que necesariamente le gusta.
¿Cómo florecen nuestras almas en Ramadán?
El ayuno es la práctica más efectiva para alcanzar niveles más altos de espiritualidad. Durante todo el año, tenemos obligaciones físicas hacia nuestro cuerpo. Por lo tanto, ayunar el mes de Ramadán es una oportunidad para restringir las necesidades de nuestros cuerpos y dejar que nuestras almas guíen, florezcan y broten. En otras palabras, el Ramadán es una oportunidad para que nuestras almas dominen y alcancen niveles más altos de espiritualidad sobre nuestras tendencias y necesidades físicas.
1. Nuestras almas florecen en Ramadán por la rectitud
«¡Oh, creyentes! Se les prescribe el ayuno al igual que fue prescrito a quienes los precedieron, para que alcancen la piedad» (Corán 2:183)
Como se indica en el verso anterior, Allah prescribió el ayuno para los musulmanes y aquellos que existían antes de la misión del profeta Muhammad (PyB); Como los judíos y los cristianos. Allah en este verso afirma algo muy importante. Él quiere que seamos más piadosos y justos, y el ayuno es la receta divina para esta justicia. Durante el Ramadán, la justicia se gana fortaleciendo el poder del autocontrol y aprendiendo a ser paciente y elevando nuestras almas a niveles más altos.
2. Nuestras almas florecen por la recitación del glorioso Corán
El glorioso Corán fue revelado durante el mes de Ramadán. Durante el Ramadán, se recomienda a los musulmanes recitar todo el Corán y meditar acerca de sus significados, al menos una vez, como solía hacer el profeta Muhammad (PyB). Al leer las palabras divinas de Allah en el glorioso Corán, aumenta la espiritualidad de los musulmanes y les permite comprender mejor el mensaje de Allah.
4. Nuestras almas florecen con oraciones extras
Durante el mes de Ramadán, además de las cinco oraciones regulares, los musulmanes tienen oraciones especiales extra nocturnas (Salat Al-Tarawih y Salat Al-Tahayud). También se anima a los musulmanes a rezar más oraciones de Sunna (oraciones antes y después de las cinco oraciones regulares) porque la recompensa de estas oraciones en el mes de Ramadán se multiplica. Durante estas oraciones, los musulmanes se presentan ante Allah mientras recitan el Corán y estas oraciones incluyen súplicas, alabanzas a Allah y meditaciones. Las oraciones adicionales en Ramadán estimulan y nutren las almas de los musulmanes.
5. Nuestras almas florecen por súplicas adicionales
Durante el Ramadán, Allah promete conceder al musulmán lo que desea a la hora de romper su ayuno (Iftar). Los musulmanes, por lo tanto, beben y comen un poco de algo dulce como dátiles, y luego se esfuerzan en sus súplicas antes de proceder a comer el Iftar.
El Mensajero de Allah (PyB) dijo: »Tres grupos de personas a quienes su súplica (dua’a) no serán rechazadas, el ayunante al romper su ayuno, el líder justo y la súplica de la persona oprimida» ( Sunan Ibn Mayah).
Las súplicas también se repiten todo el día durante y después de todas las oraciones regulares.
6. Nuestras almas florecen por el recuerdo de Allah
El musulmán utiliza todo su tiempo para mantener su lengua siempre ocupada con el recuerdo de Allah. Trata de hacerlo la mayor parte de su tiempo; Mientras trabaja, camina, se sienta y se acuesta.