Posted on / in Articulos

El Hayy: Un viaje hacia Dios

El Hajj es la peregrinación a la casa sagrada de Dios en la Meca. Es un viaje espiritual que simboliza la plena sumisión a Dios. Cada etapa y cada aspecto del Hajj están repletos de significados profundos sobre la vida, la adoración, la devoción y el amor de Dios.

[le dije:] «Convoca a la gente a realizar la peregrinación; vendrán a ti a pie o montados, desde todo lugar apartado». (Corán 22:27)

En el versículo anterior, Dios le ordenó al profeta Abraham (PyB) que llamara a la gente para que peregrinara a la Casa sagrada para Su adoración en la Meca. Desde entonces, millones de peregrinos musulmanes de todos los continentes han estado realizando peregrinajes (Hajj) cada año.

El Hajj es un ritual islámico que enseña a los musulmanes la obediencia y la sumisión a Dios, y la dependencia y la plena confianza en Él, a medida que aprendemos de la historia del profeta Abraham (PyB).

Abraham obedeció el mandato de Dios y dejó a su esposa Agar y a su bebé Ismael solos en el seco desierto árabe. Tanto Abraham como Agar (la paz sea con ellos) estaban llenos de esperanza y confianza de que Dios no los abandonaría y cuidaría de la madre y su bebé. Este espíritu de plena esperanza, confianza y dependencia en Dios es una lección importante que el peregrino aprende y nunca olvida incluso después del Hajj.

El peregrino durante el Hajj experimenta y siente la maravillosa espiritualidad de la sinceridad profética y la devoción a Dios cuando camina sobre las huellas del profeta Abraham, su esposa y su hijo, así como en las huellas del profeta Muhammad (la paz sea con todos ellos).

Al realizar el Hajj, el musulmán demuestra su amor y sumisión a los mandamientos de Dios. Él demuestra que nada en esta vida equivale a agradar a Dios a través de la sumisión a Él. Por lo tanto, el musulmán deja atrás su riqueza, negocios, trabajo, familia y su vida cómoda, y se enfrenta a las dificultades, los dolores y las molestias del viaje del Hajj, que generalmente cuesta mucho dinero. Este sacrificio es una expresión real, verdadera y práctica del amor de Dios. Permite al musulmán entrar en la esfera de la satisfacción de Dios. A cambio de este amor, devoción y sinceridad, el musulmán es recompensado con el perdón de todos sus pecados y logra un alto nivel de satisfacción espiritual.

Durante el Hajj, los peregrinos varones visten la misma prenda simple que consiste en dos tiras textiles blancas lisas (Vea la figura de abajo). Esta prenda simple tiene un gran significado simbólico y una gran influencia espiritual porque:

1) Le recuerda al peregrino el textil blanco del ataúd que vestiría después de la muerte.

2) Demuestra que el musulmán con su prenda sencilla es humilde y pobre y que necesita el amor y la recompensa de Dios.

3) Le quita al peregrino todo el glamour materialista de su carrera, riqueza, posición y estatus mundano, y lo pone en un ambiente de vida simple.

4) Prepara al peregrino para entrar en un santuario personal espiritual interno, antes de entrar en el santuario de la casa de adoración de Dios en la Meca.

Peregrinos vestidos con el mismo uniforme simple suplicando a Dios. Terminan su viaje inolvidable a Dios con el registro de sus obras claro y limpio.

Por otro lado, la presencia del peregrino entre millones de personas le recuerda la reunión de personas en el Día del Juicio y, por lo tanto, mantiene su impulso para satisfacer a Dios.

El Hajj también, en cierto modo, simboliza la muerte porque, antes del viaje, el peregrino cierra sus cuentas y transacciones con todos, busca el perdón de todos en su conocido círculo de personas y paga sus deudas. También organiza el cuidado de los miembros de su familia que dependen de él.

El viaje del Hajj le da a la mente la oportunidad de interrumpir y descansar de la agonía de pensar en muchas cosas mundanas y hace que la mente se enfoque solo en la espiritualidad obtenida a través de los rituales realizados para obtener la satisfacción y el perdón de Dios.

“Sepan que respetar los ritos de Dios dimana de la piedad que hay en los corazones” (Corán 22:32)

La peregrinación es también un viaje de perdón y purificación de todos los pecados. Dios recompensa a los peregrinos que realizan sinceramente el Hajj perdonando todos sus pecados. Por lo tanto, cuando los peregrinos sinceros concluyen su viaje del Hajj, están sin pecado y tienen una reforma espiritual única.

Durante el Hajj, el peregrino se encuentra entre millones de musulmanes sinceros y devotos que también buscan la satisfacción de Dios. Esto crea un impulso psicológico sinérgico que aumenta el sentimiento espiritual.

No hace falta decir que el Hajj es considerado un gran encuentro internacional, donde millones de musulmanes de todo el mundo se reúnen. Esto da un ejemplo vivo de la unidad y la hermandad de la humanidad en el Islam. En otras palabras, la hermandad durante el Hajj domina las diferencias de raza, nacionalidad, color o lengua, y unifica a los musulmanes con un objetivo, que es demostrar su sumisión y amor a Dios.

El Hajj también enseña a los peregrinos a ser pacientes para poder viajar desde sus países de origen, completar los rituales del Hajj en una multitud de millones y regresar a sus hogares de forma segura.

Además, la peregrinación crea una atmósfera segura única donde no solo los humanos, sino también las plantas y todas las criaturas vivientes son seguros e inviolables.

Podemos concluir que la peregrinación es un viaje espiritual único en el que el musulmán expresa su amor y sumisión a Dios. Aprende durante este viaje a ser humilde y paciente; Él experimenta la fraternidad universal en el Islam; logra un clímax de la espiritualidad y logra que todos sus pecados sean perdonados por Dios.

El peregrino concluye su viaje y está agradecido a Dios que le permitió terminar exitosamente el magnífico viaje del Hajj. Él está dispuesto a mantener los cambios en su comportamiento y el clímax de la espiritualidad que experimentó durante su viaje.