La Imposibilidad de Explicar a Dios
«Diles: ‘Si los mares fueran tinta para escribir las Palabras de mi Señor, se agotaría el agua de los mares antes de que se agotaran las Palabras de mi Señor, …’«
Este verso de Sura Al-Kahf explora la dificultad de explicar a Dios. Si algo es inexplicable, no significa que no exista. Simplemente significa que no tenemos los medios y la capacidad para comprenderlo en este momento. Por ejemplo, conocemos la existencia de nuestra mente y conciencia, pero no podemos verla físicamente. El conocimiento existe pero no tiene forma tangible. Podemos apreciar la existencia de estos dos ejemplos, pero no sabemos si se trata de una verdadera inmensidad. De la misma manera, Dios es incomprensible pero también extremadamente vasto, como se ha señalado en el versículo anterior, a modo de parábola. Dios menciona que si tuviéramos que poner la pluma en el papel y comenzar a escribir sobre Él, nunca terminaríamos. En cierto modo, podemos ver todos los libros que se han escrito acerca de este versículo porque cada libro que se ha escrito es un reflejo de la Gracia Divina. Cada palabra de cada libro que se ha escrito se ha hecho así debido a Su Gracia. Cuanto más reflexionamos sobre ello, más nuestra mente está alucinada.
EN OTRO HADIZ SOBRE LA DIFICULTAD DE EXPLICAR A DIOS SE REGISTRA EN SAHIH MUSLIM QUE DIOS DICE:
“Oh, Mis Siervos, si el primero y el último de ustedes de entre los humanos y los genios se reunieran y me pidieran y si Yo fuera a darles a todos lo que piden, eso NO DISMINUIRÍA DE MI REINO MÁS DE LO QUE UNA AGUJA DISMINUYE LO QUE ESTÁ EN EL OCÉANO CUANDO ESTA SE MOJA”.
Este hadiz apoya aún más este verso acerca de la incomprensibilidad y la inmensidad de Dios. Si tuviéramos que visualizar la cantidad de agua que queda en una aguja cuando la sumerges no solo en el océano, sino en cualquier recipiente de agua, podemos ver la clara yuxtaposición de la cantidad, la cual da a entender la noción de que Dios es extremadamente vasto. Todos los intentos de entender a Dios han dejado al hombre buscando más. Al parecer, nuestras mentes nunca están completamente saturadas de conocimiento divino. Esto se debe a que creemos en un Dios que no tiene límites, que provee para nuestro progreso espiritual ilimitado. ¿De qué serviría creer en un Dios que podamos comprender plenamente? Algún día nos convenceríamos de que nuestro conocimiento y facultades son mayores que esa deidad cuya inmensidad es limitada. No tendría sentido que existiera un dios con facultades limitadas.
ALBERT EINSTEIN DIJO:
«LA COSA MÁS INCOMPRENSIBLE DEL UNIVERSO ES QUE ES COMPRENSIBLE».
Fuente: The Voice