La historia de la madre adoptiva de Moisés en el Corán – Asia
Por Aisha Stacey
Una gran mujer que crió a un gran hombre a pesar de las dificultades y presiones que enfrentó fue Asia. La recuerdan más a menudo como la esposa del faraón; sin embargo, esta gran dama también fue la madre adoptiva del profeta Moisés.
Al igual que María, la madre de Jesús, Dios eligió a Asia para cuidar a un niño que crecería para ser un profeta de Dios.
¿Qué cualidades tenía Asia para apoyar e influenciar a Moisés?
Fue, como descubriremos, su completa y total confianza en Dios. Como la esposa del hombre más poderoso y arrogante de todo Egipto, Asia estaba rodeada de lujo, riqueza y belleza, pero fue capaz de reconocer que sin Dios, los seres humanos estaban perdidos e incompletos.
Muchos hombres alcanzaron el nivel de perfección, pero ninguna mujer alcanzó ese nivel, excepto María, la hija de Imran y Asia, la esposa del faraón. (Al-Bujari)
Cuando la madre biológica de Moisés se vio obligada por las circunstancias a poner a su pequeño bebé recién nacido en una canasta y hacerlo flotar por las aguas del Nilo, su corazón se rompió casi sin remedio.
Pero Dios es el mejor de los planificadores.
La criada de Asia sacó a Moisés del río y le presentó el pequeño bulto a la esposa del faraón. Asia, en contraste con su arrogante y orgulloso esposo, era una mujer justa y misericordiosa. Dios abrió su corazón y Asia miró al pequeño bebé y se sintió abrumada por su amor por él. Ella le pidió a su esposo que lo aceptara en la familia.
Dijo la mujer del Faraón: «[Este niño] será una alegría para mis ojos y los tuyos. No lo mates. Puede que nos beneficie. ¡Adoptémoslo!» Ellos no presentían [en qué se convertiría]. (Corán 28: 9)
El Corán nos dice muy poco sobre Asia y menos aún sobre su relación con su hijo adoptivo Moisés. Sin embargo, como mujer de fe, debe haber tenido una profunda influencia en su hijo adoptivo.
Moisés fue franco y creía en decir lo que pensaba y defender a los miembros más débiles de la sociedad. Cada vez que era testigo de la opresión o la crueldad, le resultaba imposible evitar intervenir.
Hoy la psicología nos dice que este sentido de la justicia y la capacidad de empatizar se aprenden a una edad muy temprana. Son habilidades que a menudo no se pueden adquirir en la edad adulta.
Asia debe haber ayudado a inculcar estas cualidades en su hijo adoptivo.
Cuando Moisés creció, fue considerado un joven sabio; en todos los aspectos considerado como el hijo del faraón. Sin embargo, sabemos por las palabras del Corán que la madre biológica de Moisés era su nodriza.
Ibn Kazir cree que la madre biológica de Moisés vivió en el palacio mientras lo amamantaba y que a medida que crecía se le permitió el privilegio de visitarlo. Su influencia también debe haber jugado un papel en la formación del carácter de Moisés.
Así se lo devolví a su madre [como nodriza] para consuelo de sus ojos, para que no se entristeciera y supiera que la promesa de Dios siempre se cumple, aunque la mayoría [de la gente] lo ignore. (Corán 28:13)
Moisés era posiblemente un niño que era amado tanto por su verdadera madre como por Asia. Hay pocas dudas de que antes de llegar a la madurez, Moisés sabía acerca de los hijos de Israel y la situación política en Egipto. Varias circunstancias, cuyos detalles se pueden encontrar en el Corán, obligaron a Moisés a huir de Egipto. De hijo real a criminal común, ¿cómo debe haberse sentido Asia?
Podemos suponer que Asia sabía el peligro inherente de permitir que Moisés entendiera las diferencias entre su vida en el palacio y la vida de su familia biológica en un área empobrecida.
Finalmente, Faraón descubrió que su esposa adoraba en secreto al Dios de Moisés. Estaba furioso. Faraón amenazó y trató de engañar a su esposa Asia, pero su corazón ahora pertenecía a Dios.
Faraón le ofreció a su esposa una opción, aceptarlo a él como su dios o continuar adorando al Dios de Moisés y ser torturada hasta la muerte. Asia eligió la tortura y la muerte y en sus últimos momentos dolorosos se la podía escuchar llamando a Dios.
Y para los creyentes como ejemplo plantea el caso de la mujer del Faraón [que era una verdadera creyente] cuando dijo: «¡Señor mío! Constrúyeme, junto a Ti, una morada en el Paraíso, y sálvame del Faraón y de sus obras abominables. Sálvame de este pueblo opresor». (Corán 66:11)
Como la principal cuidadora y educadora, la madre tiene muchas responsabilidades importantes. La más importante es su responsabilidad de enseñar a los niños que Dios le confió. Es la madre quien primero les enseña a sus hijos cómo conocer y amar a Dios. La mejor manera de instruir a los niños es con el ejemplo porque desde el momento en que pueden interactuar con su entorno están aprendiendo.
Como madres, tanto María como Asia les enseñaron a los niños a su cuidado a tener plena confianza en el Único digno de Confianza: Dios.
Fuente: Islam Religion