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Cómo el Profeta ﷺ trató a los nuevos musulmanes

Por el Dr. Mohannad Hakeem

 

A todos nos gusta el momento cuando un hermano o hermana ingresa a la mezquita un viernes y anuncia la shahada (declaración de fe), y toda la mezquita comienza a decir Takbir, «Al-lahu Akbar«.

No puedo negar que este es un momento tan asombroso, el presenciar a alguien que acaba de encontrar el camino correcto y dio un paso más cerca de Dios.

La amarga pregunta es: ¿qué sigue? ¿Cómo dará la comunidad musulmana la bienvenida a ese nuevo musulmán?

¿Qué consejo se le dará y cómo va a comenzar su largo viaje para aprender el din de Al-lah?

Traté de buscar en la vida del Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) para examinar qué enfoque utilizó con los compañeros recién convertidos después de que abrazaron el Islam.

A veces, este aspecto se pasa por alto cuando nos centramos en el evento en sí mismo (decir la shahada) y consideramos que es el final del dawah (invitación al Islam).

Descuidamos, o consideramos que es menos importante, el consejo o plan de estudios para después de la shahada que los nuevos musulmanes necesitan.

1) Reconocimiento de los talentos de los recién llegados
La historia de Jalid y ‘Amr ibn Al-‘As

Dos leyendas de la historia musulmana, Jalid ibn Al-Walid y ‘Amr ibn Al-‘As, abrazaron el Islam el mismo día y dieron un gran impulso a este din.

Jalid fue quien dirigió el ejército musulmán para conquistar Irak, Persia (Irán), Armenia y Shaam (Siria y Líbano). ‘Amr ibn Al-‘As fue quien difundió el Islam en Palestina y Egipto.

Imagina el gran impacto que estos dos hombres le dieron al Islam. ¿Cuántas personas conocieron el Islam y luego contribuyeron a él y a la humanidad a través de ellos? Todo eso fue influenciado por esos nuevos (y en comparación con otros compañeros, que llegaron más tarde) conversos.

Es interesante notar que ambos lucharon ferozmente contra el Profeta y los musulmanes antes de abrazar el Islam. Ambos habían derramado sangre musulmana antes, especialmente Jalid ibn Al-Walid, quien fue la razón principal de la derrota de los musulmanes en la batalla de Uhud.

¿Cómo los trató el profeta?
2) Dándoles especial atención

‘Amr ibn Al-‘As se sorprendió por la atención especial que le dio el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él). En realidad pensó que el Profeta lo amaba más que cualquier otro Compañero. Le hizo una pregunta directa al Profeta un día: «Oh Profeta de Al-lah, ¿quién es la persona más querida para ti?»

– El Profeta (que la paz y las bendiciones sean con él) dijo: «A’ishah (la esposa del Profeta)»;
– ¿Y ente los hombres?
– Su padre (Abu Bakr As-siddik)
– ¿Y luego quién?
– Luego ‘Umar, ..

En palabras de ‘Amr: «Después de eso, el Profeta comenzó a enumerar nombres y más nombres de personas, y esto me hizo callar, temiendo que me ubicaría al final de la lista…», (Al-Bujari)

El mensajero de Al-lah tuvo este efecto gentil en todos los que lo rodeaban, especialmente los recién llegados al Islam, lo que hizo que ‘Amr pensara seriamente que es el mejor compañero a los ojos del Profeta.

3) Misión de da’wah desde el primer día
4) Cambio gradual en el comportamiento de las personas

Las personas pueden aceptar la idea de seguir el camino de Dios, pero pueden tener problemas con algunos de los mandamientos (como el hiyab, ayunar los largos días del Ramadán, etc.).

La tribu de Thaqif acordó abrazar el Islam pero le dijo al Profeta (la paz y las bendiciones sean con él):
«No vamos a dar ninguna caridad, y no lucharemos en el camino de Al-lah (yihad)».

El Profeta aceptó eso de ellos, y le dijo a su compañero:

«Pagarán (voluntariamente) caridad y realizarán el yihad cuando abracen el Islam» (Abu Dawud y autenticado por Al-Albani).

Nuevamente, notamos su sabiduría al reconocer las debilidades en las personas y tratar con ellas en base a ello.

Otros compañeros tenían ciertas demandas, como rezar con suyud pero sin ruku’ (Ibn Rajab, Jami’ Al-‘Ulum Wal-Hikam), y otros pidieron permiso para rezar solo dos oraciones al día en lugar de cinco.

Es realmente importante notar que el Profeta no «personalizó» las enseñanzas religiosas para esos individuos; más bien consideró que se trataba de una etapa introductoria para una persona en particular en su nuevo viaje en el Islam.

Tales excepciones no se dieron durante un sermón del viernes, por ejemplo, y no fueron enseñadas y difundidas por otros compañeros.

Todos esos incidentes y otros nos enseñan cómo los mensajeros del Mensajero de Al-lah (que la paz y las bendiciones sean con él) (es decir, nosotros) deben tener sabiduría para invitar a las personas a este gran din.

A veces y en ciertas situaciones con ciertas personas, elevar el nivel y desafiar a las personas producirá lo mejor de ellas. En otras ocasiones, tenemos que comprender las debilidades humanas y dar a las personas un plan gradual mientras se ponen al día, por supuesto, sin comprometer los conceptos básicos y esenciales de nuestro din.