Me cuesta rezar. Me siento perezosa y deprimida
«Realmente me cuesta rezar. Siempre me siento floja y deprimida. Siempre me desconcentro. Las tareas diarias se me hacen difíciles. ¿Podrían aconsejarme?»
Respuesta por Madiha Sadaf
Respuesta corta:
• Para asegurarte de que te sientes sumergida en la oración mientras rezas, debes entenderla.
• Si quieres concentrarte, debes evitar las distracciones.
• Si vemos algo o escuchamos algo que nos distrae, debemos tratar de olvidarlo. Esto se puede hacer racionalizando que el tiempo dedicado a pensar en ello se puede utilizar para otra cosa, algo más útil o relajante tal vez.
• Mejora tu concentración planificando tu día, haciendo ejercicio y mejorando tu fuerza de voluntad.
As-salaamu Alaikum, querida hermana,
Gracias por enviarnos tu pregunta y confiar en nuestra capacidad para proponer una solución a tu situación actual.
Entendiendo la Salah
Dios dice en el Corán:
No he creado a los yinnes y a los seres humanos sino para que Me adoren. (51: 56)
Muchos niños se ven obligados a ofrecer las 5 oraciones diarias a menudo sin entender por qué. Los sentimientos negativos, la repulsión, la molestia y la falta de motivación para rezar provienen de no comprender y hacer sin pensar las acciones de la oración.
Cuando te das cuenta de que no quieres orar, conectar con Dios, es que te das cuenta de la falta de calidad de tus oraciones y de la falta de conexión con Él.
La oración, querida hermana, es una conexión física, espiritual y emocional entre Dios y Su siervo. Es una forma de comunicación entre Dios y nosotros. Cuando rezamos, invocamos a Dios, reconocemos Su omnipotencia, confesamos nuestras debilidades e incapacidades y le pedimos que nos guíe.
Por ejemplo, cuando hablamos de los cinco pilares del Islam, la oración, aunque muy importante, es el segundo pilar, no el primero. El primer pilar es «La ilaha il-la Al-lah».
Esto se debe a que antes de realizar cualquier acción, debemos tener una intención sincera. Cuando rezamos sin una intención clara y una comprensión clara, no estamos sintiendo la oración y, por lo tanto, se siente vacía y hueca.
Por lo tanto, para asegurarte de que te sientes sumergida en la oración mientras rezas, debes entenderla.
Simplemente conocer las definiciones de los capítulos de la lectura del Corán no es suficiente. Hay una gran diferencia entre saber algo y comprenderlo.
Saber es simplemente ser consciente de su presencia física o de su significado superficial. Sin embargo, entenderlo significa ir más allá de su significado superficial. Comprender significa internalizarlo y darle sentido al conocimiento y poder aplicarlo.
Entonces, ¿cómo entiendes el Corán? ¿Cómo entiendes la oración? Antes de comprender los fundamentos del Islam, debes comprender al Creador.
Necesitas entender a Dios. Necesitas saber lo que significa ser musulmán y saber POR QUÉ eres musulmana. ¿Eres musulmana simplemente porque tus padres son musulmanes y te enseñaron a rezar? ¿O eres musulmana porque Dios ha llenado tu corazón con la luz de la verdad y puedes distinguir lo que está bien de lo que está mal (creyentes vs. no creyentes)?
En mi opinión, cuando no cuestionamos nuestras propias acciones, perdemos su propósito y eventualmente las acciones se detienen. Para superar tu sensación de vacío al rezar, me gustaría que dedicaras al menos 10-15 minutos cada día a enfocarte en los siguientes puntos:
¿Cuál es el mensaje del Islam?
¿Quién es el profeta Muhammad? (la paz sea con él)
¿Por qué soy musulmana?
¿Cómo fortalezco mi conexión con Dios?
¿Qué he hecho hoy para mejorar quien era ayer?
Estas 5 preguntas se pueden usar como pautas para evaluar el propósito de tu vida. Cuando cuestionamos nuestros objetivos, nuestras acciones y nos aseguramos de que las intenciones sean puras y no cuestionables, nos sentiremos motivados para mejorarnos, y la depresión no puede confundirnos.
Si queremos concentrarnos, debemos evitar las distracciones
Lo principal a tener en cuenta es tu objetivo en tu vida. Cuando quieres convertirte en una profesional (médica, profesora, ingeniera, maestra, etc.), debes tener los ojos puestos en tu objetivo, el destino. Si queremos concentrarnos, debemos evitar las distracciones. Cuando eso está en su lugar, todo lo demás cae en su lugar y no hay distracciones.
Del mismo modo, para un musulmán, hay un único objetivo, el objetivo es complacer a Dios, obedecerle. En todo lo que hacemos, debemos hacer la intención de complacer a Dios con nuestro acto. Por ejemplo, cuando estamos estudiando para un examen, debemos hacer la intención de que estamos estudiando para que podamos hacer algo valioso de nosotros mismos y usarlo para servir a la humanidad.
El imam Shafi dijo: «Cuando no mantenemos nuestros nafs ocupados con la verdad, nos mantendremos ocupados con la falsedad».
Por lo tanto, si internalizamos el significado de esta vida y entendemos el propósito, entonces será fácil para nosotros mantenernos en el camino correcto.
Cuando tenemos esa mentalidad, podemos ver fácilmente nuestro destino, será difícil que algo nos distraiga. Sin importar la cantidad de ruido que haya, tenemos los ojos puestos en el destino y nos centraremos en lo que queremos lograr y alcanzar en nuestras vidas.
Además, las cosas solo se convertirán en una distracción si pensamos demasiado en ellas. Si vemos algo o escuchamos algo que nos distrae, debemos tratar de olvidarlo. Esto se puede hacer racionalizando que el tiempo dedicado a pensarlo se puede utilizar para otra cosa, algo más útil o relajante tal vez.
La distracción solo será perjudicial si enfocamos demasiado nuestra atención en ella. Cuando veas algo que sabes que te conducirá a una dirección diferente, debes usar tu sentido común, tu lógica y tu capacidad de racionalizar para eliminarlo de tu vista.
Mejora tu concentración
Escribe lo que haces a diario
Esto es muy importante. Si enumeras todo lo que haces cada día, te ayudará a ver qué es lo que has hecho, lo que te ha alejado de lo que quieres lograr en la vida. Por ejemplo, si ves que pasaste 3 horas viendo una película, o 1 hora navegando en Facebook, verás que el tiempo perdido podría haberse dedicado haciendo algo que valga la pena espiritual, mental y emocionalmente.
Construye tu fuerza de voluntad
Centrarse en un objetivo y trabajar para lograrlo no es una hazaña fácil. Cuando llenes tu mente de productividad e intentes borrar el ruido, te resultará fácil mantenerte concentrada y encaminada.
Reza a menudo
Hace poco escuché una historia sobre un hombre en el siglo XIX que quería casarse con una mujer casada. Siendo honesto, va al esposo de la mujer para pedirle que se divorcie de su esposa, para que pueda casarse con ella.
El esposo de la mujer, siendo una persona muy devota, agradeció su honestidad. Sin embargo, dijo que si rezaba 5 veces al día durante 40 días, se divorciaría de su esposa. Después de 40 días de rezar regularmente, el hombre (que quería casarse con la mujer casada) sintió una chispa en su corazón.
Se dio cuenta del grave error que había cometido. Más tarde fue a ver al esposo de la mujer y se disculpó.
Esta historia dice que cuando rezamos con un corazón verdadero, esto limpia nuestra conciencia, nos hace darnos cuenta de lo bueno y distinguirlo de lo malo.
La oración es la conexión con Dios. Cuando estamos por rezar, debemos darnos cuenta de que estamos por hablarle al Dueño del Mundo, y es una conexión especial que nos ha sido otorgada.
Dios nos ha elegido sobre los demás para ser guiados correctamente y estar en el camino correcto. Cuando nos demos cuenta de esto, será más fácil para nosotros mantener el ruido alejado.
Ejercita (tu cuerpo)
Por innecesario que parezca, el ejercicio ayuda a la concentración. Libera ciertos transmisores en tu cerebro que mejoran la atención y la capacidad de hacer nuevas conexiones y ampliar el aprendizaje. Cuando hagas ejercicio, te darás cuenta de que es difícil para tu mente divagar, y será más fácil para tu mente concentrarse.
Lee
Leer pone tu cerebro a trabajar, y eso es algo muy bueno. Lee cosas que te interesen y las que te ayuden a ampliar tu conocimiento.
Rezo para que mi respuesta te ayude a encontrar la paz y te ayude a disfrutar tu salah.
Salam
Fuente: About Islam