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Mi Islam: No un secularismo dogmático, tampoco un fanatismo religioso

Por el Imam Omar Suleiman

 

Yo creo en el Islam. No solo como un camino, sino como EL camino. No solo como una interpretación de la verdad, sino como la verdad. Eso no me hace odioso o intolerante. Eso solo me hace musulmán.

También creo en que los demás deberían tener el mismo derecho de descubrir y practicar lo que creen que es verdad. Al-lah dijo en el Corán que nadie es forzado a creer, y lejos está de mí el forzar mi camino a alguien más. Honro el derecho de un cristiano o un judío o de cualquier otra persona a sentir sus creencias como yo siento por las mías. A pesar de la diferencia de creencias, insisto en que podemos trabajar juntos para establecer una sociedad impregnada de justicia y paz, y que en consecuencia podemos coexistir de una manera amorosa.

Debo respetar lo que Dios y Su Mensajero (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) consideran permisible y prohibido en el Corán y la Sunna. Eso no me hace odioso o intolerante. Eso solo me hace musulmán.

Creo que acatar el Corán y la Sunna es una vía para difundir la armonía y la tolerancia. Esta tolerancia es lo que me hace hablar en contra del odio y la violencia contra cualquiera, independientemente de sus creencias. Esto no es ajeno al Islam, dada la disposición de no forzar a nadie a creer. Entonces, aunque no espero que otros defiendan mis estándares morales, defenderé su derecho a ser tratados con dignidad y humanidad. Yo también espero tener el mismo derecho a creer que lo que ellos consideran moral es en realidad inmoral.

Me niego a aceptar la idea de que creer firmemente en mi fe y en lo que conlleva me convierte en un ciudadano desleal o un vecino desagradable. Estoy comprometido a luchar contra la injusticia en todas sus formas y a luchar por una paz que beneficie a todas las personas. Si compañeros académidos, activistas o líderes religiosos me piden que abandone mis propios principios para trabajar con ellos para ese objetivo, entonces no estoy interesado en trabajar con ellos.

Si mis compañeros musulmanes quieren cuestionar mi compromiso con la fe debido a mi compromiso con la justicia social, entonces no estoy interesado en cambiar sus percepciones sobre mí. Me niego a quedar atrapado entre el secularismo dogmático y el fanatismo religioso. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) fue enviado a este mundo como una misericordia, integral tanto en el mensaje como en el respeto. Nuestra fe es esencial para nuestro trabajo, y nuestro trabajo es beneficioso para personas de todos los credos.

¡Oh, creyentes! Sean responsablemente equitativos cuando den testimonio por Dios, aunque sea en contra de ustedes mismos, de sus padres o parientes cercanos, no importa si [el acusado es] rico o pobre: Dios está por encima de ellos. Que los sentimientos no los hagan ser injustos. Si dan falso testimonio o rechazan prestar testimonio [ocultando la verdad], sepan que Dios está bien informado de cuanto hacen. (4: 135)