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20 dichos de Ibn Qayyim que invitan a la reflexión

Ibn Qayyim al-Jawziyyah (que Dios tenga piedad de él) fue un famoso jurista islámico suní, comentarista del Corán, astrónomo, químico, filósofo, psicólogo, científico y teólogo. Aunque comúnmente se lo conoce como «el erudito del corazón», dados sus extensos trabajos relacionados con el comportamiento humano y la ética, el campo de estudio de Ibn Qayyim se centró en las ciencias de los hadices y Fiqh.

Los dichos de Ibn Qayyim al-Jawziyyah
De diez de sus libros
  1. A menudo encontramos súplicas que una gente usó y que fueron respondidas por Dios. Tales súplicas se combinan con la necesidad desesperada del suplicante y su concentración en Dios, o una buena acción que habían hecho en el pasado y por cuya recompensa Dios respondió la súplica, o la súplica se hizo en un momento de respuesta [en un momento cuando Dios quiso contestar oraciones], para que su oración fuera contestada. Pero la gente piensa erróneamente que el secreto está en las palabras de la súplica; las adoptan sin tener en cuenta las otras condiciones necesarias para que se les responda.
  2. El siervo continúa cometiendo pecados siempre que estos parezcan pequeños ante su ojos y sientan en su corazón que no tienen importancia, y esta es la señal de un desastre, porque cuanto más pequeño es un pecado en los ojos del siervo, mayor es a la vista de Dios.
  3. No consideres que Dios dice «los justos estarán en la dicha, y los malvados estarán en el tormento» como aplicándose solo a la dicha y al tormento del Más Allá.
    ¿Y no es la dicha otra que la dicha del corazón, y no es el tormento otro que el tormento del corazón?
  4. Quien ama algo más que a Dios será atormentado por ello tres veces en este mundo: será atormentado por su falta antes de adquirirlo, y una vez que lo adquiera, estará atormentado por el miedo a perderlo […] y cuando lo pierda, su tormento aumenta aún más.
  5. El recuerdo de Dios es mejor que la súplica, porque el recuerdo es la alabanza de Dios por Sus hermosos atributos, Sus signos y Sus nombres, mientras que la súplica es el siervo pidiendo por sus necesidades, entonces, ¿cómo se pueden comparar? La súplica que viene después del recuerdo y la alabanza a Dios es mejor y más probable que sea respondida que una súplica en sí misma, y si el siervo agrega a su súplica una descripción sincera de su situación y el reconocimiento de su desesperada necesidad de Dios, esto sería mejor y aumentaría sus posibilidades de que su oración sea contestada.
  6. ¿Es suficiente con buscar el perdón de Dios cuando te arrepientes de haber hablado mal de alguien?, o ¿se debe informar a la persona a la que hicimos mal y pedirle perdón? Hay dos opiniones entre los eruditos sobre este tema, y la correcta es que no hay necesidad de informar a la persona. Es suficiente con rezarle a Dios por el perdón de la persona y elogiarla ante la misma gente frente de la cual hablaste mal, y esta es la elección del Sheij al-Islām Ibn Taymīya.
  7. Una sabiduría importante: negarse a cumplir algo que se te dijo que hagas es un pecado mayor que hacer lo que se te ha ordenado que no hagas. El pecado de hacer lo que se te ha ordenado no hacer es a menudo debido al deseo y la necesidad, mientras que el pecado de negarse a cumplir algo que se te dijo que hagas a menudo se origina en la arrogancia y la auto glorificación.
    Sahl bin Abd-Al-lāh dijo: «No hacer lo que se te dijo que hagas es mayor a la vista de Dios que cometer actos prohibidos, porque a Adán se le prohibió comer del árbol, pero lo hizo y Dios lo perdonó, mientras que a Satanás se le ordenó postrarse ante Adán y él se negó a hacerlo y Dios no lo perdonó».
  8. Un siervo no sufre un castigo más severo que la dureza del corazón y la distancia de Dios.
    Si los corazones se endurecen, los ojos se secan [ya no derraman lágrimas por amor o temor de Dios]
  9. El anhelo de Dios y de encontrarse con Él es una brisa que sopla por el corazón, eliminando de él las brillantes ilusiones de la vida mundana.
  10. Por la cantidad que uno desea de la vida mundana y busca su aprobación, no estará dispuesto a obedecer a Dios y buscar el Más Allá.
  11. Una persona que se arrepiente de un pecado es como una persona enferma que bebe medicamentos, y tal vez una enfermedad sea la causa de la salud (Nota: en algunos casos, haber pecado y luego haberse arrepentido traería mejores frutos al siervo que no haber pecado en absoluto)
  12. De las trampas de Satanás: Él te ordena que veas a los pobres y necesitados con el ceño fruncido y que no los veas como humanos.
  13. Se ha registrado que uno de los piadosos predecesores dijo: «Cuando Satanás y sus soldados se reúnen, no hay nada que les agrade tanto como tres cosas: un creyente matando a otro creyente; un hombre muriendo en un estado de incredulidad; y un corazón que teme a la pobreza».
  14. Este mundo es un puente y un puente no debe tomarse como un hogar.
  15. Satanás se regocijó cuando Adán salió del Paraíso, pero no sabía que cuando un buzo se hunde en el mar, recoge perlas y luego emerge de nuevo.
  16. Si una persona ama un atributo de Dios, este lo ayudará a alcanzarlo (a Dios).
  17. Cuando hay dinero en tu mano y no en tu corazón, no te hará daño, incluso si es mucho; y cuando está en tu corazón, te hará daño incluso si no lo tienes en tus manos.
  18. Por Dios, es difícil para una persona conocer las intenciones de sus propios actos, entonces, ¿cómo puede saber con certeza las intenciones de los demás?
  19. Él creó los siete mares, pero lo que Él amaba era una lágrima de ti [añorándolo], pero tus ojos no tenían lágrimas.
  20. Cuando Dios te prueba, nunca es para destruirte. Cuando Él te quita algo de tu posesión es solo para vaciar tus manos para un regalo aún mayor.