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Los hombres son niños grandes y otros chistes

Escrito por Zainab bint Younus, traducido por Cinthia N. Mascarell

 

«LOS HOMBRES SON niños grandes». «Las mujeres son muy emocionales». «Tu marido será tu primer hijo». «No trates de entender a las mujeres».

En conferencias y artículos, de oradores musulmanes populares y mujeres bien intencionadas, estas frases son transmitidas como parte integrante de un consejo o asesoramiento matrimonial sobre cómo tratar con el sexo opuesto. El tono suele ser alegre, con un guiño de complicidad y un asentimiento con la cabeza. Si alguien se opone a estos comentarios, se le recuerda que «¡Es solo una broma!» – una forma divertida de transmitir lo que se considera verdad basado en la experiencia de la vida real.

Cuidado con el subconsciente

Lo que no nos damos cuenta es que los «chistes» comunican inconscientemente algunas de nuestras creencias más arraigadas. Los «chistes» que denigran a hombres y mujeres, que los infantilizan y los tratan con condescendencia, y que los reducen a estereotipos, son de hecho contrarios al espíritu de la sunna del Profeta ﷺ y a las palabras del Corán.

Y [menciona, oh, Muhammad] cuando tu Señor le dijo a los ángeles: «He de establecer en la Tierra a quien la herede». [Sura Al-Baqarah, 2:30]

Los creyentes y las creyentes son aliados unos de otros, ordenan el bien y prohíben el mal, cumplen con la oración prescrita, pagan el zakat y obedecen a Dios y a Su Mensajero. De ellos Dios tendrá misericordia. Dios es Poderoso, Sabio. [Sura Al-Tawbah, 9:71]

Las mujeres son las mitades gemelas de los hombres. (Tirmidhi; Ahmad; clasificado como Ṣaḥîḥ por Al-Albani)

Complementar, no competir

El Corán y la Sunna describen a hombres y mujeres como socios iguales hacia un objetivo universal: ser cuidadores de esta Tierra, creyentes del tawḥîd y defensores de la justicia. Cada género ha sido dotado de diferentes habilidades e instintos, y han sido creados para complementarse entre sí, no para competir o verse como enemigos.

Mientras que el Corán enfatiza en lo común entre los géneros, en lo que es más importante, las bromas sexistas convierten a hombres y mujeres en estereotipos que se ven unos a otros como ineludiblemente extraños.

En lugar de reconocernos como seres humanos vibrantes y únicos que pueden trabajar juntos hacia un objetivo común, estos chistes hacen enfrentar a los géneros entre sí, en completa contradicción con el concepto de ser aliados.

Resiste a la idea de deshumanizar al sexo opuesto

El problema con esto es que al definir los sexos como inexorablemente «extraños», la suposición subyacente es que no tiene sentido tratar de comprenderlos o sentir empatía por ellos. En el contexto de los consejos matrimoniales, esto es claramente preocupante; Si el objetivo general es crear matrimonios más saludables y felices, ¿en qué manera es útil decirle a cada género que ni siquiera intente comprender al otro?

Es lamentable que, incluso antes del matrimonio, establezcamos una doble moral y paradigmas malsanos para hombres y mujeres. A las mujeres se les dice que esperen que sus maridos se comporten como niños; A los hombres se les dice que las mujeres son emocionales y que no se puede razonar con ellas. No hay ni un sentido de iḥsân ni ḥusn al-ẓann, solo suposiciones negativas y acusaciones tácitas.

Rara vez nos detenemos a pensar en las implicaciones de esas declaraciones. Si se espera que las mujeres respeten a sus maridos como qawwâmûn, como protectores, pilares y apoyo, ¿cómo pueden serlo si también se les hace creer que los hombres son tontos incompetentes? Si se espera que un hombre no puede prepararse la comida o cambiar el pañal de su hijo, ¿cómo se supone que se puede confiar en él para que se ocupe de las necesidades más esenciales de toda la casa? Cuando se dice que un hombre está de «niñero» de sus propios hijos (palabra que implica que no tiene una responsabilidad permanente hacia ellos sino que lo que hace en ese momento es la excepción a la regla), ¿cómo puede ser visto como un padre responsable? ¿Cómo se puede respetar a un hombre si se piensa que es simplista, estúpido o fácil de manipular?

Por otro lado, si las mujeres son tan «irracionales» y «emocionales», ¿cómo puede un hombre sentirse seguro de haberse casado con una mujer responsable? ¿Cómo puede sentirse seguro de que su esposa es alguien a quien puede pedir consejo y apoyo, como hizo el Profeta ﷺ con Jadîya? ¿Cómo puede él confiar en que ella criará a sus hijos para que sean individuos fuertes e inteligentes, si él no cree en el intelecto de su propia esposa?

No idealices al otro

En el extremo opuesto del espectro, también está la idea de que las mujeres son de alguna manera amorosas y cuidadoras por naturaleza y que los hombres son fuertes y silenciosos, que nunca muestran debilidad de ningún tipo. Así, cuando una mujer expresa que la maternidad le es difícil, es censurada y se le dice que no es buena madre o no es lo suficientemente femenina; Cuando un hombre llora o muestra signos de vulnerabilidad, se lo percibe como débil y menos que masculino.

Sin embargo, tenemos claros ejemplos de la Sunna del Profeta ﷺ que son descritos con ciertas características o comportamientos que muchos no considerarían típicamente «masculinos».

Fuimos con el Mensajero de Al-lah ﷺ al herrero Abû Saif, y él era el marido de la nodriza de Ibrâhîm (el hijo del Profeta). El Mensajero de Al-lah ﷺ tomó a Ibrâhîm y lo besó y luego entramos en la casa de Abû Saif y en ese momento Ibrâhîm estaba respirando por última vez, y los ojos del Mensajero de Al-lah ﷺ comenzaron a derramar lágrimas. ʿAbd Al-Raḥmân ibn ʿAuf dijo: «¡Oh Apóstol de Al-lah, incluso tú estás llorando!» Él dijo: «Oh Ibn ʿAuf, esto es misericordia». Luego lloró más y dijo: «Los ojos están derramando lágrimas y el corazón está afligido, y no diremos más que lo que agrada a nuestro Señor, ¡Oh Ibrâhîm! Nos entristece tu partida», (Bujâri).

El Profeta ﷺ era más tímido (de la palabra ḥayâ’: timidez piadosa por no cometer indiscreciones religiosas) que una joven virgen con velo, (Bujâri).

El Profeta ﷺ besó la frente de ʿUzmân ibn Maẓʿûn después de su muerte. En ese momento, las lágrimas fluían de sus ojos, (Tirmithi, Shamâ’il).

Esto está muy lejos de la forma en que muchos musulmanes hablan sobre la «naturaleza» de los hombres y las mujeres. El lenguaje restrictivo y de culpar al género está tan arraigado en nuestra cultura que ni siquiera nos damos cuenta de cuán profundamente nos ha afectado. Al complacerlos, nos alejamos del concepto de iḥsân, de la excelencia, que el Islam espera que tanto hombres como mujeres cumplan. En vez de ello, terminamos impulsando y alentando ideas de cómo se «supone que es» cada género y permitiendo que esos estándares extraños afecten lo que es simplemente una cuestión de buenas y malas elecciones y decisiones.

Sean hombres y mujeres en segundo lugar

Lo que olvidamos es que Dios creó a los seres humanos en primer lugar como seres humanos individuales. La gran mayoría de los versículos del Corán no imparten mensajes basados en el género, sino que hablan de categorías de personas según su estado espiritual y sus acciones.

Álif. Lam. Mim. Este es el Libro del cual no hay duda, es guía para los que son conscientes de Dios y e temen devocionalmente, los que creen en lo oculto, practican la oración, dan caridad de lo que les he proveído. [Sura Al-Baqarah, 2: 1-3 ]

En cambio, los que creen y obran rectamente son lo mejor entre todos los seres creados. [Sura Al-Bayyinah, 98: 7]

Bienaventurados los creyentes que en sus oraciones son humildes [ante Dios], se apartan de las frivolidades, pagan el zakat. [Sura Al-Mu’minûn, 23: 1-4]

En otra parte, Dios se dirige a toda la humanidad colectivamente:

¡Oh, seres humanos! Adoren a su Señor que los creó a ustedes y a quienes los precedieron, para que así alcancen el temor devocional de Dios. [Sura Al-Baqarah, 2:21]

¡Oh, seres humanos! Tengan temor de su Señor, Quien los ha creado de un solo ser, del que creó a su cónyuge e hizo descender de ambos muchos hombres y mujeres. Tengan temor de Dios, en Cuyo nombre se reclaman sus derechos, y respeten los lazos familiares. Dios los observa. [Sura Al-Nisâ’, 4: 1]

¡Oh, seres humanos! Les ha llegado una prueba de su Señor [el Profeta], y les he hecho descender una luz que ilumina [el Corán]. [Sura Al-Nisâ’, 4: 174]

Ser hombres y mujeres en comunidad

Es importante tener en cuenta que cuando se aborda a los hombres y las mujeres por separado, casi siempre se relaciona con aḥkâm (reglas), como los versos de la herencia. De manera más reveladora, hay un versículo asombroso, el único, que describe a hombres y mujeres en conjunto:

Dios les tiene reservado Su perdón y una gran recompensa a los musulmanes y las musulmanas, a los creyentes y las creyentes, a los piadosos y las piadosas, a los justos y las justas, a los pacientes y las pacientes, a los humildes y las humildes, a los que hacen caridades y a las que hacen caridades, a los que ayunan y las que ayunan, a los pudorosos y las pudorosas, a los que recuerdan frecuentemente a Dios y a las que recuerdan frecuentemente a Dios. [Sura Al-Aḥzâb 33:35]

En la Sunna del Profeta ﷺ aparte de unas pocas excepciones notables (para las cuales había sabiduría y razones específicas), casi nunca describió a ninguno de los géneros con rasgos específicos.

Los Problemas sexistas 

¿Por qué, entonces, nos sentimos tan obligados a regurgitar frases e ideas clichés sobre los géneros?

Cabe señalar que también existen evidentes diferencias fisiológicas y sí, incluso emocionales entre los géneros. Estas diferencias no son malas, y un género no es superior al otro debido a las cualidades que pueden tener mientras que el otro no. Más bien, debemos reconocer y admitir estas tendencias como una bendición de Dios, porque Él creó a hombres y mujeres para complementarse y fortalecerse mutuamente en una asociación sincera.

No obstante, también debemos tener cuidado de no exagerar esas diferencias a un nivel poco saludable. La internalización de tales creencias erróneas, cuando, la gran mayoría de las veces, las características mencionadas se deben a nociones arraigadas y culturalmente impuestas, a menudo conduce a una sensación de resentimiento. Tener una actitud negativa sobre la «naturaleza» de cualquier género desvía nuestros esfuerzos de enfocarnos en buscar iḥsân. Además, se hacen excusas para evitar asumir la responsabilidad de las propias acciones: «Los hombres no pueden hacer esto», «Las mujeres no saben controlarse».

Ser responsables como personas

En el Día del Juicio, no seremos justificados por nuestras malas decisiones alegando «Pero soy un hombre/mujer y está en mi naturaleza (no) hacer XYZ!»

Necesitamos dejar de usar el género como un arma para arremeter contra el otro, o como una muleta para evitar las consecuencias de nuestras acciones. En el Día del Juicio, seremos responsables como seres humanos adultos que tienen intelecto y libre albedrío, y seremos juzgados en función de lo que hicimos con ellos.

El día que cada ser vea el registro de todo bien y de todo mal que haya producido, deseará que se interponga una gran distancia entre sí y ese momento. Dios los exhorta a que Le teman a Él. Dios es Compasivo con Sus siervos. [Sura Âl Imrân, 3:30]

Alinear nuestra mentalidad con el Islam, no con la cultura

¿Estamos realmente dispuestos a poner en peligro la integridad de nuestras acciones en aras de clichés malsanos y excusas huecas? ¿O finalmente reconoceremos que somos capaces de más de lo que nos permitimos creer?

 

 

 

Acerca de ZAINAB BINT YOUNUS

Zainab bint Younus es una musulmana canadiense que ha participado activamente en da’wah y ha escrito sobre el Islam y la Ummah durante los últimos nueve años. Fue publicada por primera vez en el periódico al-Ameen (Vancouver, Canadá) a la edad de 14 años, se convirtió en cofundadora, editora y escritora de MuslimMatters.org a los 16; y comenzó a escribir regularmente para SISTERS Magazine a la edad de 19 años hasta la actualidad. También bloguea regularmente en The Salafi Feminist.