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8 atentados contra la vida del Profeta Muhammad (la paz sea con él)

Escrito por el Dr. Ali Al-Halawani

 

El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) enfrentó innumerables intentos de silenciarlo.

Los enemigos del Islam –ya sean politeístas, incrédulos, hipócritas– desafiaron el mensaje final y querían desarraigar la fe musulmana y cortarla de raíz poniendo fin a su vida.

No dejaron piedra sin remover en su esfuerzo por confrontar al Profeta y evitar que entregue su mensaje a todos.

Lo hirieron y torturaron a sus compañeros.

Además, se burlaban de él y lo contrariaban; difundieron conceptos erróneos sobre el Islam y acusaron al Corán de contener leyendas y estar hecho de poesía.

Boicotearon y sitiaron económicamente a los musulmanes; tentaron al Profeta para que abandonara su misión y le pidieron una serie de milagros, como la división de la luna.

Cuando ninguno de estos funcionó, decidieron asesinarlo.

A continuación se muestra un breve relato de 8 intentos de asesinato en la vida del Profeta Muhammad (la paz sea con él).

1. Abu Yahl y el camello con terribles colmillos

Cuando los Quraish no lograron convencer al Profeta de que abandonara su misión, Abu Yahl les dijo que tenía un plan. Llevaría una piedra grande, esperaría a que el Profeta comenzara a realizar su oración en la Kaabah, y luego golpearía su cabeza con la piedra mientras se postraba en oración (sujud).

Los Quraish estuvieron de acuerdo con el plan y prometieron proteger a Abu Yahl contra todas las posibles consecuencias.

Entonces, Abu Yahl hizo lo que dijo; sin embargo, se lo vio retroceder con miedo y terror en su rostro mientras tiraba la piedra.

Cuando se le preguntó, dijo: «Cuando me acerqué, un camello macho de figura inusual con terribles colmillos me interceptó y casi me devoró».

Se informó que el Profeta dijo: «Fue Gabriel, si Abu Yahl se hubiera acercado más, lo habría matado».

2. El escuadrón del asesinato

Tras la migración de los Compañeros del Profeta a Medina, los líderes de La Meca se reunieron para ver qué hacer con el Profeta, que estaba casi solo en ese momento. Tenían miedo de que alcanzara a sus compañeros, reuniera un gran ejército y luego regresara para tomarlos por desprovisto a todos.

Por lo tanto, acordaron llevar a cabo la sugerencia de Abu Yahl de que “un grupo de jóvenes, uno de cada tribu, debe golpear a Muhammad simultáneamente con sus espadas para que el dinero de sangre se extienda sobre todos ellos y, por lo tanto, no pueda ser exigido, y su gente buscaría un recurso mental para una solución” (Ar-Raheeq Al-Makhtum).

Sin embargo, Dios salvó al Profeta de sus manos ensangrentadas y logró llegar a Medina.

3. Suraqah ibn Malik y el caballo

Después de que el Profeta logró salir de la Meca, los Quraish anunciaron una gran recompensa para cualquiera que pudiera capturarlo.

Suraqah fue tras el Profeta en su camino a Medina. De hecho, lo alcanzó dos veces, pero su caballo se quedaba atrapado en la arena una y otra vez.

Cuando Abu Bakr Al-Siddiq vio a Suraqah, dijo: «Oh Mensajero de Allah, este nos ha alcanzado».

El Profeta respondió: «No te desanimes, en verdad, Allah está con nosotros».

Al darse cuenta de que no podía herir al Profeta, Suraqah le suplicó perdón. Se le concedió el perdón y el Profeta lo confirmó con un testimonio escrito.

4. El asesino voluntario

Una vez, el Profeta había salido con algunos de sus Compañeros para ver a la tribu Banu An-Nadir. Buscaba su ayuda para recaudar dinero para dos hombres asesinados por error.

Banu An-Nadir estuvo de acuerdo, pero le pidió a él y a sus Compañeros que se sentaran junto a una de sus casas y esperaran. Los judíos celebraron una breve reunión privada y conspiraron para matar al Profeta.

Amr ibn Yahsh se ofreció como voluntario para trepar por el muro y dejar caer una piedra grande sobre su cabeza.

Pero Gabriel bajó para revelarle al Profeta su malvada intención criminal. Así que se apresuró a regresar a Medina y sus Compañeros lo siguieron. (Adaptado del libro El Nectar Sellado)

5. El trato secreto

Tras la derrota de los politeístas en Badr, los habitantes de La Meca se sintieron llenos de rabia por su horrible pérdida. Dos de sus héroes, Umair ibn Wahab Al-Yumahi y Safwan ibn Umaiyah acordaron que el primero asesinaría al Profeta, mientras que el segundo descargaría las deudas del primero y mantendría a su familia.

Umair fue a Medina y se reunió con el Profeta. Aunque no pronunció una palabra de su malvada intención, el Profeta le reveló su misión secreta.

Umair fue tomado por sorpresa e inmediatamente declaró la shahadah.

El Profeta estaba complacido y pidió a sus Compañeros que le enseñaran a ‘Umair los principios del Islam, el Corán y liberaran a su hijo del cautiverio.

6. Una oveja envenenada

Después de la derrota de Jaibar, una mujer judía llamada Zainab bint Al-Harith le ofreció al Profeta una oveja asada que había envenenado. Tomó un bocado pero no le gustó.

Luego de investigar el tema, la mujer confesó su crimen. El Profeta perdonó su traicionero intento.

7. Un hipócrita se convierte en un creyente fiel

Fudalah ibn Umair era un hipócrita que intentó asesinar al Profeta mientras estaba cerca de la Kaabah. Para su sorpresa, el Profeta le contó lo que ya había planeado y puso su noble mano sobre el pecho de Fudalah por encima de su corazón para calmarlo.

De repente, el terrible hipócrita se arrepintió ante Dios y se convirtió en un fiel creyente devoto.

8. ¿Quién te salvará de mí ahora?

En su camino de regreso de la Batalla de Dhat Ar-Riqaa, el Profeta tomó una pequeña siesta después de haber colgado su espada en un árbol. Un politeísta (se dice que es Ghawrath ibn Al-Harith) vino y agarró la espada del Profeta. El Profeta se despertó y encontró su espada desenvainada en la mano del hombre.

El beduino le preguntó al Profeta (desarmado entonces): «¿Quién te salvará de mí ahora?» El Profeta respondió: «Al-lah».

De repente, el hombre dejó caer la espada. El Profeta la tomó y repitió la misma pregunta que el hombre le había hecho momentos antes: «¿Quién te salvará de mí ahora?»

Finalmente, el Profeta lo perdonó y le permitió regresar a salvo a su pueblo.

Lecciones morales

Se pueden aprender dos lecciones principales de estos intentos y las reacciones del Profeta ante ellos.

Primero, los modales nobles del Profeta que se manifestaron en su misericordia y perdón para aquellos que intentaron matarlo. Realmente fue enviado como «misericordia para toda la humanidad».

En segundo lugar, un mensaje a la ummah musulmana de que los musulmanes no deben desesperarse o estar tristes, porque Dios está con ellos contra viento y marea. Quien protegió a Su Mensajero de ser asesinado es Quien preservó Su Mensaje de alteraciones e impediría que la ummah del Profeta fuera desarraigada hasta el final de los días.

 

Fuente: About Islam

Acerca del Dr. Ali Al-Halawani

El Dr. Ali Al-Halawani es profesor adjunto de lingüística y estudios de traducción. Es autor, traductor y escritor radicado en Canadá. Hasta la fecha, Al-Halawani es autor de más de 400 artículos originales sobre el Islam y los musulmanes, la mayoría de los cuales se pueden acceder en www.aboutislam.net y otros sitios web famosos. Recientemente ha comenzado a publicar sus artículos y libros nuevos, que están disponibles en Amazon y Kindle.