La cuestión con mi nombre musulmán
Escrito por Claudia Azizah
Cuando abracé el Islam en 2008, conocí a un hombre musulmán al que entrevisté para mi trabajo. Mientras hablaba, le conté que había declarado mi shahadah unas semanas antes. Y lo primero que preguntó fue: «¿Cuál es tu nombre musulmán?»
Su pregunta me dejó perpleja. No sabía que necesitaba un nombre musulmán. De hecho, no sabía nada sobre el Islam en ese momento. No usaba hiyab, no sabía cómo rezar, no sabía sobre todo el asunto de la carne halal.
Un nombre musulmán
Este hombre parecía muy emocionado y enfatizó nuevamente:
«Bueno, necesitas un nombre musulmán».
Le dije que no conocía ningún nombre musulmán para mujeres.
“¿Nunca escuchaste un nombre musulmán?”, preguntó.
Nos sentamos en un pequeño restaurante de propiedad musulmana, el cual era también una agencia de viajes en Camboya. Miré alrededor del lugar. Y vi un nombre en la tarjeta de presentación en la mesa de la oficina del agente de viajes que decía «Azizah».
“Me gusta ese nombre”, le dije.
“Azizah. Ese es un buen nombre”, dijo. Y así es como llegué a mi nombre musulmán.
Como muchos otros incidentes en mi vida, no fue realmente una cuestión de elección, sino más bien una cuestión de destino (si esa es la palabra adecuada para usar aquí). Solo bastante tiempo después, supe el significado de «Azizah». Pero cuando la gente nueva y especialmente los musulmanes preguntaban mi nombre, respondía con confianza «Azizah» y todos parecían complacidos de que yo tuviera un nombre musulmán.
¿Por qué necesita un nombre adicional?
Sí, todo el mundo estaba complacido excepto mi familia no musulmana. Mi mamá, especialmente, estaba molesta porque yo tuviera un nombre adicional. Ella no entendía por qué tenía que cambiar el nombre que ella había elegido cuidadosamente para mí.
Le dije que en la familia seguiría siendo «Claudia». Pero eso no fue suficiente para ella. No le gustaba que escribiera debajo mi nombre musulmán y no le gustaba que mis amigos musulmanes me llamaran «Azizah».
Mi esposo, para respetar y honrar a mis padres, eligió usar mi nombre alemán. Lo hace hasta ahora.
¿Dos nombres para dos personas?
Sin embargo, de una manera extraña sentí que tener un nombre musulmán creaba algo parecido a tener dos identidades. Yo era Azizah con mis amigos musulmanes. Yo era Claudia con mi familia no musulmana. ¿Claudia también rezó? ¿O fue Azizah quien oró? ¿Era Claudia siquiera musulmana? ¿Se esperaba que Claudia fuera diferente a Azizah?
Mi conciencia del dilema de usar dos nombres para diferentes circunstancias creció lentamente. Cuando conocía a nuevas personas musulmanas, me presentaba con: mi nombre musulmán es Azizah pero mi nombre alemán es Claudia. Entonces, ¿Azizah no era alemana? No sé si alguien más alguna vez sintió este tipo de problema con el nombre. Pero en el mismo punto, se me hizo difícil juntar los dos nombres.
Convertirse en un todo
No estaba siendo menos musulmana cuando usaba mi nombre alemán ni era más musulmana cuando usaba mi nombre musulmán. Sin embargo, en un momento sentí que en realidad no necesitaba un nombre musulmán para expresar mi identidad musulmana.
Pero debido a que muchos de mis amigos musulmanes ya me conocían por «Azizah», realmente no podía dejar ese nombre por completo. Y de alguna manera, el nombre «Azizah» definía una parte de mí, de la misma forma que el nombre «Claudia» y similar a otros nombres que se me atribuyen como «mamá» o «médica» o «profesora».
Supongo que es parte del proceso de maduración el que también podamos aceptarnos más a nosotros mismos. Aceptamos nuestros diferentes roles y los nombres que otros nos atribuyen.
Para mí, darme cuenta de que «Claudia» es plena y totalmente musulmana fue un paso importante. Puedo ser musulmana con un nombre alemán. No hay problema con eso. Tener un nombre musulmán es parte de mi proceso de conversión. Sin embargo, en un momento durante mi proceso de conversión, tener un nombre musulmán fue muy importante para mí. Hoy, me gusta usar ambos nombres. Especialmente en los círculos musulmanes me gusta usar a Claudia Azizah.
Re-adoptando mi nombre alemán
Volver a abrazar mi nombre alemán fue importante para consolidar mi identidad alemana con mi identidad musulmana. Soy alemana nativa, nacida de padres alemanes y crecí en Alemania. Mi nombre alemán es parte de esa historia personal que finalmente me llevó al Islam.
Fue Claudia quien aceptó el llamado de Allah a seguir Su hermosa religión. ¿Por qué debería eliminar este nombre por completo? Al crecer en edad y estar lejos de mi país de origen, también descubrí que ciertas características de mi cultura me son muy queridas. Y que ser un musulmana alemana es lo que soy.
No sigas a otras personas
Sentí la necesidad de compartir el problema de mis nombres porque otros conversos podrían enfrentar problemas similares. Todo el mundo necesita encontrar su propio camino para abordar este asunto de los nombres. Siempre podemos cambiar nuestras preferencias. No tenemos que seguir las preferencias de otras personas.
Así que podemos mantener el nombre que nos dieron nuestros padres siempre que sea un nombre bonito con un buen significado. Y podemos adoptar un nombre musulmán. O podemos tener dos nombres. Es importante tener en cuenta que nuestra decisión tiene un efecto en nuestro entorno y especialmente en nuestra familia.
Recientemente, mi madre me dijo que había guardado mi número de teléfono de Indonesia como «Claudia Azizah». ¡Subhan Allah!
Fuente: AboutIslam
Acerca de Claudia Azizah
Claudia Azizah es originaria de Alemania y madre de dos hijos y escritora. Se desempeñó como profesora asistente en la Universidad Islámica Internacional en Malasia hasta agosto de 2019. Es cofundadora del Instituto Ulu-Ilir en Indonesia. Escribe regularmente para un periódico islámico alemán. Está interesada en la espiritualidad islámica, el arte y el sudeste asiático. Puedes seguirla en Twitter e Instagram: #clazahsei