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Los «asesinatos por honor» versus la violencia doméstica: Por qué son importantes estos términos

Por Janet Kozak

 

Equiparar el asesinato con el honor es algo que vemos perpetuado por los principales medios de comunicación, y debe ser frenado.

Los medios internacionales manipulan la percepción pública con respecto a la violencia doméstica y el abuso que ocurre dentro de ciertas culturas. Usan nombres inapropiados como «asesinato por honor» para insinuar que estas culturas consideran el homicidio doméstico una cuestión de honor y respeto.

Sabemos que ciertamente este no es el caso.

Estos titulares mitológicos perpetuados e informes sesgados son un intento deliberado de enmarcar algunas culturas. Su objetivo es convencer a los lectores de que el homicidio doméstico es una insignia de honor dentro de algunas culturas o religiones. Se intenta decir que una acción es justificada por parte del «otro» más que en las sociedades «civilizadas».

Pero, ¿cuántas mujeres son realmente asesinadas cada año por sus parejas en diferentes culturas? ¿Cuántos sufren a manos de familiares abusivos o parejas íntimas?

Los números pueden sorprenderte.

Según The Huffington Post, la Oficina de Estadísticas de Justicia y varias organizaciones sin fines de lucro, solo en los EE. UU., cada año mueren entre 1.000 y 2.000 mujeres en incidentes de violencia doméstica. Son asesinadas por parejas íntimas: sus novios, maridos y ex. Esta cifra equivale aproximadamente a tres homicidios domésticos por día.

Más que cualquier otro tipo de homicidio, los asesinatos a manos de una pareja íntima son relativamente similares entre sí: siguen ciertos patrones predecibles.

Sabiendo, al igual que nosotros, que las mujeres tienen seis veces más probabilidades de ser asesinadas mientras intentan dejar a una pareja abusiva, o que el intento de estrangulamiento es un signo revelador de tendencias asesinas, este conocimiento debería facilitar que las diversas agencias tomen las medidas necesarias para poner fin a la epidemia de homicidios domésticos.

Sin embargo, el fracaso acumulativo de nuestro sistema de justicia penal, de los servicios sociales, de los departamentos de policía y de los partidarios de organizaciones sin fines de lucro garantizan que las señales de advertencia de un abusador violento continúen sin control. Las víctimas quedan desprotegidas.

Entender cómo se eligen estos términos

Un artículo exploratorio del año 2016 titulado “Sombras del mal extranjero: asesinatos por honor y asesinatos familiares” en la prensa canadiense, escrito por Allie Shier y Eran Shor, analizó detenidamente cómo los medios de comunicación utilizan y aplican estos términos. Los autores compararon los casos de asesinato que fueron etiquetados como «asesinatos por honor» en los medios de comunicación canadienses con los casos etiquetados como «asesinatos de familiares/cónyuges», explorando los límites entre los diferentes términos.

Los investigadores “llevaron a cabo un análisis de contenido cualitativo sistemático” de 486 artículos seleccionados de tres importantes periódicos canadienses entre 2000 y 2012. Shier y Shor escribieron: “Nuestro análisis muestra que los ‘asesinatos por honor’ se enmarcan en términos de cultura y origen étnico, presentando una dicotomía entre valores del sur de Asia/musulmanes y occidentales.

Por el contrario, los artículos que presentan los casos como ‘asesinatos de familiares/cónyuges’ tienden a centrarse en las personalidades o características psicológicas de los perpetradores, a menudo ignorando factores como la cultura, el patriarcado, el honor y la vergüenza».

Este estudio señaló que los medios de comunicación juegan un papel importante en desviar el enfoque de temas como los signos y ciclos del abuso doméstico, la inestabilidad psicológica y la salud mental. Dependiendo de los mitos que deban fabricarse, los medios de comunicación vuelven a enfocar la lente en las características secundarias o terciarias de los asesinos, por ejemplo, su cultura o etnia.

Perpetuando el mito del honor

El mayor problema con el término “asesinato por honor” es cómo perpetúa el concepto de que el abuso doméstico o la violencia doméstica pueden tener algo positivo en algunas culturas. Honor significa tener integridad, honestidad, estima y respeto, ninguno de los cuales debería permitirse a un maníaco homicida en un titular nacional.

Abusar y asesinar a cualquier miembro de tu familia por cualquier motivo es una grave violación de la justicia social, sin importar lo que creas que esa persona pudo haber hecho para merecer tales acciones. En algunos casos, las mujeres son asesinadas por algún delito que incluso se cometió contra ellas, como violación, incesto o agresión sexual. Esto empuja a muchas mujeres a ocultar su condición de víctimas en un esfuerzo por evitar el castigo por algo que, para empezar, nunca fue su culpa.

El abuso doméstico nunca se trata del honor. El abuso doméstico tiene que ver con el control coercitivo de las víctimas. Los abusadores usan estrategias tan variadas como amenazas o actos de violencia física, o una larga lista de tácticas de abuso verbal, emocional, espiritual, sexual y financiero para coaccionar y controlar a sus víctimas. Estas acciones coercitivas se utilizan para garantizar que la víctima tenga pocos recursos para escapar del abusador, ya sea un esposo, pareja, un padre u otro miembro de la familia.

Asesinato: el máximo control

Las víctimas de violencia doméstica tienen más probabilidades de morir tratando de dejar a sus abusadores, ya sea yéndose a lo de otra persona o simplemente porque quieren finalmente liberarse del abuso. Sin embargo, estos controladores coercitivos ejercen el control final y definitivo sobre sus vidas. Se aseguran de que las víctimas tomen su último aliento, a veces literalmente ahorcándolas con sus propias manos, pero más a menudo con algún tipo de arma de fuego o arma contundente.

Admito que estos asesinatos pueden tener algo que ver con el sentido de propiedad y derecho del asesino. Es posible que realmente sienta los intentos de la víctima de dejarlo como un ataque personal a su masculinidad. Su escape exitoso puede ser un gran golpe para su ego. Incluso puede creer que su autoestima o importancia depende de su capacidad para controlar a esta otra persona, y que ella, literalmente, merece morir por lograr resistir sus deseos personales.

Pero nada de esto tiene nada que ver con el honor y el respeto.

Cambiando la narrativa hacia la deshonra y la vergüenza

Quitar la vida a una pareja íntima, hija u otro miembro de la familia no debería traer nada más que deshonra y vergüenza para el asesino. Es por eso que necesita que lo llamen como es, y que esa etiqueta lo siga por siempre.

La mente de un abusador controlador coercitivo no es muy diferente si vive en Estados Unidos, Italia o Pakistán. Si usa el miedo y las tácticas de control coercitivo, como un collar de estrangulamiento humano, para mantener a su víctima en línea con sus necesidades y deseos, no importa qué otros matices culturales existan dentro del abuso, las técnicas principales siguen siendo las mismas.

Cuando veas el sesgo de los medios, dile a los autores. Escribe a los editores y al defensor del pueblo y comparte lo que sabes que son tácticas comunes entre todos los abusadores. Insiste en que estos medios de comunicación dejen de perpetuar el mito del «honor» y el respeto por los psicópatas de sangre fría.

Para estos hombres, una víctima que exprese su deseo de ser tratada con respeto se considera insubordinación. Una víctima que elige una vida que no incluye al abusador es percibida como insolente. No es el honor, sino el egoísmo ineludible de un abusador lo que irrumpe y finalmente acaba con la vida de la víctima.

Es hora de que llamemos a todos estos monstruos patriarcales, egoístas y coercitivos por sus títulos reales: asesinos.

 

Fuente: About Islam

 

Acerca de Janet Kozak

Janet Kozak es una estratega de contenido que ayuda a las empresas a hacer crecer su marca con redacción creativa y marketing de contenido. Cuando no está escribiendo y diseñando, puede encontrarla disfrutando de papas fritas masala o metiéndose hasta los codos en trozos de papel creando sus collages artísticos únicos. Conoce a Janet y prepárate para hacer crecer tu negocio en http://janetkozak.com/