El Profeta Muhammad se une a los refugiados musulmanes en Medina
¿Fue el Profeta Muhammad (la paz sea con él) el primer Profeta refugiado de la historia?
¿O hubo Profetas anteriores que Dios envió a la humanidad que también pasaron por esta gran dificultad?
La respuesta a esta pregunta es que él (la paz sea con él) no fue, de hecho, el primero.
Antes que él, el Profeta Abraham y el Profeta Lot sufrieron el mismo destino (la paz sea con ambos). El Corán los menciona en este verso:
Lot creyó en Abraham, quien [al ver que su pueblo no creía en él] dijo: «Emigraré a donde [me ordene] mi Señor, porque Él es el Poderoso, el Sabio». (29:26)
Dios también dice en el Corán:
Lo salvé a él y también a Lot, para que fueran a la tierra que bendije para toda la humanidad. (21:71)
Posteriormente, otros Profetas también se vieron obligados a abandonar sus tierras cuando su gente ya no podía tolerar escuchar la Verdad.
¿Quién se considera refugiado?
Un refugiado es una persona que se ha visto obligada a abandonar su país para escapar de la guerra, la persecución o un desastre natural.
¿El Profeta Muhammad (la paz sea con él) encaja en este perfil?
De hecho, sí. Tuvo que irse de casa no solo por la persecución, sino también para salvar su vida. La noche que salió de la Meca, sus enemigos estaban fuera de su casa listos para matarlo. Pero Dios lo salvó.
Los nuevos conversos al Islam que viven hoy en países no musulmanes no están obligados a emigrar a un país musulmán. Pero cualquiera en esa situación encontrará inspiración en cómo el Profeta Muhammad (la paz sea con él) y sus seguidores lidiaron con la vida en una «tierra extranjera».
Cuando el Profeta Muhammad (la paz sea con él) dejó la Meca, se fue con lágrimas en los ojos. Mientras miraba hacia atrás a la Meca por última vez, dijo:
«Por Al-lah, eres la mejor y más amada tierra de Al-lah. Si no hubiera sido obligado a alejarme de ti, no te habría dejado». (Hadiz en At-Tirmidhi)
Amar la propia patria es un sentimiento humano natural. Ahora que has abrazado el Islam, tu apego a tu país debería permanecer sin cambios. De hecho, tu amor por tu patria y tu gente debería aumentar.
Como se menciona en la Parte 14, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) y Abu Bakr se detuvieron en Quba’, cerca de Medina. En Quba’ construyeron la primera mezquita antes de proceder a su destino final.
Un erudito judío se convierte al Islam
Al Husain ibn Salam fue un destacado erudito judío que residía en Medina. Pertenecía a Banu Qaynuqa’, una de las tres principales tribus judías que se habían asentado alrededor de Medina.
Su historia es asombrosa. Reconoció al Profeta Muhammad (la paz sea con él) cuando llegó. Su descripción coincidía con la descripción que tenían del Profeta elegido en la Torá. Lo conocían como conocían a sus propios hijos, como dice Dios en el Corán:
Aquellos a quienes concedí el Libro [judíos y cristianos] lo reconocen como reconocen a sus propios hijos. Algunos de ellos ocultan la verdad a sabiendas. (2: 146)
Se convirtió al Islam de inmediato y el Profeta Muhammad le dio el nombre de Abdullah ibn Salam.
Dios lo menciona en el Corán como «el testigo de los Hijos de Israel» en el siguiente verso:
Diles: «¿Por qué no creen [en el Corán] que Dios reveló, siendo que un sabio de los Hijos de Israel atestiguó su veracidad y creyó en él? Pero ustedes actuaron con soberbia. Sepan que Dios no guía a un pueblo de injustos. (46:10)
Las primeras palabras del Profeta Muhammad en Medina
En un hadiz en Al-Bujari, Abdullah ibn Salam relata lo que sucedió cuando el Profeta (la paz sea con él) llegó a Medina:
Cuando el Profeta (la paz sea con él) llegó por primera vez a Medina, fui con todos a verlo. Cuando lo vi, supe que su rostro no era el de un mentiroso. Las primeras palabras que dijo fueron:
«Oh gente: Alimenten a los hambrientos, difundan el Salam (saludo de paz), mantengan sus relaciones familiares y recen por la noche mientras otros duermen. Con esto, entrarán al Cielo en paz”. (Al-Bujari)
Como nuevo converso al Islam, siempre ten en cuenta estas cuatro prioridades. Son importantes para ayudar a los creyentes a entrar al Cielo en paz, como dijo el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) en este hadiz.
Un segundo testigo: Salman el persa
Salman buscó la Verdad toda su vida. En Persia, nació en una familia rica y su padre era el jefe de la aldea. Siguió la religión zoroástrica y alcanzó el puesto de custodio del fuego que adoraban.
Pero un día descubrió otro camino; el camino del monoteísmo. Un pequeño grupo de nazareos (una versión temprana del Cristianismo que creía que Jesús era un Profeta) le dijo que debería ir al Levante (Siria) si quería aprender más.
Su padre trató de disuadirlo de que cambiara de religión y le causó mucho daño. Lo ató con cadenas y lo encerró, pero Salman insistió en seguir el camino de Dios.
Un día, logró escapar de su casa y se unió a una caravana que se dirigía a Siria. Allí, se unió a una iglesia y estudió el Cristianismo durante varios años con diferentes líderes de la iglesia y eruditos que conoció.
Antes de que falleciera el último de estos eruditos, le dijo que este era el momento del último Profeta de Dios. Le dijo que aparecería en tierras de los árabes en un lugar con abundantes palmeras.
Luego le hizo tres señales para reconocerlo. Sería un hombre conocido por su honestidad. Aceptaría un regalo pero no aceptaría la caridad para sí mismo. Y tenía el sello de la profecía entre sus hombros.
Después de una secuencia de eventos, Salman terminó en Medina. Un día, escuchó que el Profeta Muhammad (la paz sea con él) había llegado de La Meca.
Entonces, fue a reunirse con él para verificar las tres señales de las que le había hablado su maestro. Confirmó que las tres señales eran verdaderas, vio el sello de la profecía entre sus hombros e inmediatamente aceptó el Islam.
¿Qué pasó después? ¿Cuáles fueron las primeras iniciativas del Profeta Muhammad en Medina?
Más eventos se detallarán en la próxima parte de esta serie, in sha Al-lah.
Así que estén atentos…
Fuente: About Islam