Enseña y aprende el Islam con una sonrisa
Por Maria Zain
La comprensión del Islam para los nuevos musulmanes abre las vías hacia un apasionante mundo de conocimientos y prácticas para toda la vida.
Si bien la comprensión de la belleza del Islam puede venir en un solo verso del Corán, o materializarse en una reunión particular con un musulmán, llegar al Islam con la intención de comprender los detalles de la religión en su totalidad puede ser intimidante.
Es fácil para los nuevos musulmanes sentirse abrumados al abrazar su nueva fe, incluso cuando se trata de una convicción total en sus creencias.
Aunque el Islam es una fe relativamente fácil de abrazar y practicar por completo, los primeros pasos pueden parecer estresantes y arduos, ya que conlleva connotaciones en los cambios de estilo de vida, así como los fundamentos que pueden ser difíciles de establecer.
Esto es especialmente cierto si un nuevo musulmán proviene de un estilo de vida totalmente diferente.
Al principio, aprender la religión también puede parecer difícil porque es muy fácil confundirse con el Islam, especialmente con la cantidad de información maligna a través de los principales medios de comunicación sobre la religión y los musulmanes, y también puede resultar confuso cuando los musulmanes dan prioridad a las enseñanzas culturales más allá de lo que se enseña en el Corán y la Sunnah.
Sin embargo, hay mucho más en la «seriedad» del Islam de lo que parece.
Enseñar y aprender el Islam abarca mucho más que una comprensión rigurosa de los rituales y las prácticas y muchas veces, especialmente hoy, los maestros contemporáneos del Islam infunden diversión, juegos y humor en sus clases y cursos para interactuar con sus audiencias y estudiantes.
Tiempo de necesidades de aprendizaje
Si bien puede ser un viaje emocionante y un nuevo musulmán motivado puede estar entusiasmado en estudiar y aprender todo lo posible sobre la nueva fe, es fácil caer en la trampa de tratar de aprender demasiado y demasiado rápido.
Tanto para los nuevos musulmanes como para los musulmanes que luchan por estudiar su fe, es importante recordar que el Corán fue revelado en el transcurso de 23 años y no en una píldora pequeña.
El Islam no vino en un paquete instantáneo, como un du’a «mágico» para convertirse en un gran musulmán, sino en la forma del Corán, que también se divide en 30 partes.
Las partes también se componen de múltiples capítulos con múltiples mensajes diferentes de los que aprender. E incluso muchos de los versículos también se revelaron en partes.
De esta manera, los 114 capítulos de todo el Corán se juntaron para convertirse en la forma de vida completa y perfeccionada.
Más allá del Corán, el primer puñado de musulmanes observó cómo el Profeta se conducía a sí mismo en su vida diaria.
Así fue como observaron el Corán en movimiento, a través de la forma en que el Profeta habló, interactuó, enseñó, socializó y guió a los creyentes.
Incluso los compañeros más piadosos pasaron toda su vida tratando de perfeccionar sus propias prácticas y limpiar sus corazones de cualquier ambigüedad y duda en el Islam.
Este es un buen recordatorio de que incluso las personas más religiosas de hoy en día también son humanos y pueden cometer errores a medida que aprenden y crecen. Por lo tanto, el estudio del Islam no debe estar acompañado de estrés y ansiedad, sino motivado por las emociones positivas del amor y la curiosidad hacia la religión.
Una buena dosis de humor halal
Infundir humor en la enseñanza y el aprendizaje no solo es una excelente manera de aprender, sino también una forma efectiva de comunicar los mensajes.
El humor rompe barreras de comunicación, nociones preconcebidas y recuerda que el aprendizaje debe tener una dimensión divertida, para suavizar y guiar corazones confundidos.
Siempre que el humor no se use para aludir al shirk, glorificar lo haram, burlarse de un grupo particular de personas o individuos, y no se use en exceso (hasta el punto de debilitar el mensaje en cuestión), el humor es probablemente un elemento que alimentará efectivamente el deseo de aprender.
Y después de todo, todos los musulmanes deben saber que una sonrisa es una maravillosa forma de caridad.
Echa un vistazo a cualquier lugar de la red, desde Facebook, Twitter y YouTube, Sheijs y Ustadhs conocidos hoy envían mensajes humorísticos, incluso con respecto a “temas serios” para compartir lecciones importantes.
Obviamente, no ocurre en todas las publicaciones, tweets o videos, pero una broma o una historia divertida agrega una frutilla a un pastel de lecciones valiosas.
Aporta la alegría del aprendizaje y pone en perspectiva asuntos que son difíciles de entender: que el aprendizaje es un viaje que dura toda la vida, lleno de paradas, encrucijadas, cruces e incluso cambios de sentido.
El Profeta Muhammad: un maestro con una sonrisa
Durante la mayor parte de su propio viaje como maestro de la humanidad, el Profeta Muhammad (la paz sea con él) siempre lució una sonrisa.
A pesar de sus dificultades y desafíos para llegar a sus seguidores, el Profeta siempre tuvo una actitud positiva ante la vida.
Sus vibraciones positivas resonaron entre sus seguidores a través de la forma en que los reconoció y la forma en que compartió bromas con su familia y amigos.
Es bien sabido que el Profeta compartía una historia divertida cuando era apropiado, y solía compartir tiempo con sus compañeros en el complejo de la mezquita mientras pasaban las tardes recitando poesía entre ellos.
Sonreiría ante las alegres interpretaciones.
El Profeta incluso una vez advirtió a sus seguidores que no se entregaran demasiado a los asuntos religiosos, ya que podría tener un efecto adverso sobre su interés en el Islam.
Hay que ver el Islam como una religión muy equilibrada, una que fomenta el camino intermedio en todas las cosas, se supone que abarca el ocio y el entretenimiento para nutrir la paz y la tranquilidad, mientras mantenemos la vigilancia y la disciplina.
Enseñar hoy: la caridad de una sonrisa
Islámicamente, sadaqah es el término para «caridad voluntaria».
Esto va más allá de cualquier forma de caridad material y en muchas narraciones, a los musulmanes se les dice que no descarten la buena acción de compartir una sonrisa.
Sonreír es una excelente manera de conectar a dos personas y evocar energía positiva, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
También es científicamente más fácil sonreír que fruncir el ceño. Y, por supuesto, hay muchos casos en los que una sonrisa es función de algo gracioso.
Muchos musulmanes nuevos toman el aprendizaje de su nueva fe con mucha seriedad.
Aunque esto es natural (debido a una llama repentina de iman o fe encendidos) y extremadamente loable, muchos hermanos y hermanas nuevos pueden sentirse abrumados fácilmente con la cantidad de información que de repente está a la mano.
Mantener el equilibrio en el aprendizaje es una excelente manera de fomentar la motivación propia, y el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) demostró la importancia de mantenerse optimista y positivo.
Sonreír es caridad, como dijo una vez, y la forma en que enseñó y aprendió debería ser emulada por profesores y estudiantes de hoy.
Fuente: About Islam
Acerca de Maria Zain
Maria Zain era autora de AboutIslam.net. Falleció en diciembre de 2014.