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Hagamos fácil la práctica de la religión, no seamos estrictos con los demás

Por el Profesor Yasir Qadhi

 

Uno de los errores comunes de quienes comienzan a practicar el Islam es la suposición de que los que no están en el mismo nivel deben ser tratados con «dureza». Existe esta noción de imponer el celo recién descubierto a todos los demás, pensando que de lo contrario, la religión se perderá. Y a veces no solo los musulmanes recién practicantes son culpables: ¡incluso las personas de conocimiento pueden ser culpables también!

En el famoso incidente relatado en al-Bujārī, el gran erudito-Compañero Mu’ādh b. Jabal estaba guiando a su gente en oración y comenzó a recitar Sura al-Baqarah durante la oración Isha. Ante esto, una persona rompió su oración, oró por su cuenta y se fue a su casa. Cuando Mu’ādh escuchó esto, dijo: «¡¿Se volvió un hipócrita?!»

Enfurecido, el hombre fue y se quejó directamente al Profeta ﷺ, diciendo que era un trabajador, que trabajaba todo el día y que no podía pasar demasiado tiempo en la oración Isha. Inmediatamente, el Profeta ﷺ se volvió hacia Mu’ādh, irritado con él por recitar una sura tan larga, y dijo: «¡Oh, Mu’ādh! ¿Deseas causar problemas a la gente? En su lugar, recita tales y tales Sūras…» y le contó sobre algunas de las suras más cortas del Yuz Amma. En otro incidente, un Compañero dirigió la oración al-Fayr con una recitación larga, lo que provocó que alguien se quejara con el Profeta ﷺ. En esta narración, se nos dice que la ira era visible en su rostro, y dio una conferencia pública, reprendiendo a este Imam, y dijo: «¡Oh gente! Algunos de ustedes hacen que otros se aparten [de la religión]…» [Bujari]. Y cuando ﷺ envió a Mu’ādh a Yemen, le dijo: «Asegúrate de hacer fáciles las cosas a la gente y no hacerlas difíciles. Asegúrate de dar buenas nuevas y no hagas que la gente se aleje [de la religión]».

En todas estas tradiciones, aprendemos que el predicador y el maestro deben encarnar la gentileza y hacer las cosas tan fáciles como lo permite el Islam (obviamente, sin cruzar los límites de Al-lah). No podemos actuar de una manera que aleje a la gente de nuestra fe.

El que llama a Dios con más éxito no es el que tiene las opiniones más estrictas o las quejas más duras contra los demás. ¡Fíjate en los incidentes anteriores, la gente se alejó de las oraciones obligatorias en la mezquita! ¡Literalmente rompieron su ṣalāt y salieron de la mezquita! ¿Te imaginas el veredicto que algunos de nuestros predicadores en línea habrían hecho si eso hubiera sucedido frente a ellos? Incluso un erudito como Mu’ādh no pudo diferenciar entre alguien que se aleja del ṣalat y alguien que se aleja de su liderazgo del ṣalāt, y por eso lo acusó de hipocresía.

Con demasiada frecuencia, una persona equipara su versión del Islam, o su opinión, o su religiosidad, con la totalidad de la fe misma. Por lo tanto, un desacuerdo con tal individuo se interpreta como un desacuerdo con el Islam, después del cual acusaciones comienzan a volar (en lugar de «hipócrita», la principal difamación de hoy es la acusación de «mezclar cosas con el Islam» o ser «liberal»).

Sigamos esta Sunna de nuestro Profeta ﷺ y entendamos que con demasiada frecuencia, las personas se alejan de la religión y de la piedad misma, debido a nuestro propio exceso de celo y dureza. En tu vida privada, sé tan estricto como quieras y reza todo el tiempo que quieras; en tus modales y trato con los demás, sin embargo, sé alentador, amable, misericordioso, tolerante y tan compasivo como puedas.

 

Esta es una traducción al español de una publicación en Facebook del Prof. Yasir Qadhi