Desde enfermedades hasta medicamentos: ¿Qué sabes del Gran Canon de la Medicina de Ibn Sina?
Por Batoul Mesdaghi
El Islam otorga mucho valor a la educación y la adquisición de conocimientos. Esto condujo al período de la Edad de Oro Islámica, conocido como uno de los períodos más importantes de la Historia con grandes desarrollos en todos los campos de la ciencia, la cultura y las economías nacionales. Durante este período, los académicos obtuvieron conocimientos de diversos campos educativos y es debido a sus extensas contribuciones que se han convertido en parte de los académicos más excepcionales del mundo. Uno de estos llamados eruditos fue Ibn Sina, también conocido como Avicena, quien escribió uno de los libros de Medicina más famosos de la Europa medieval.
Desde temprana edad, ya se puede considerar al erudito persa Ibn Sina como un niño prodigio. Había memorizado el Corán a la edad de diez años y tenía un amplio conocimiento de la literatura persa. Comenzó su carrera como médico famoso a la edad de diecisiete años y trató a muchos pacientes sin pedir pago. Después de que Noeh ibn Mansoer, un importante comandante del Imperio Samánida, fuera tratado por Ibn Sina, le concedió permiso para ingresar a su biblioteca, donde, según su biografía, se educó en todos los campos científicos y culturales existentes a la edad de dieciocho años. A lo largo de su vida escribió sobre astronomía, alquimia, geografía y geología, psicología, teología islámica, lógica matemática y física, 450 obras en total, de las cuales se han conservado 240.
Una de sus obras famosas es el Canon de la Medicina, que se usó en las universidades europeas hasta 1650 y todavía se usa en la práctica de la Medicina tradicional Yunani en la India. Esta obra de Ibn Sina estableció los estándares para la Medicina en los países europeos y el mundo islámico. De acuerdo con la Historia del Islam de Oxford, el Canon de la Medicina fue escrito con la intención de producir el trabajo canónico definitivo sobre la Medicina, en términos de rigor integral y teórico. En este libro, Ibn Sina proporcionó una reflexión teórica coherente y sistemática sobre los legados médicos inherentes, comenzando con la anatomía, siguiendo con la fisiología, luego con la patología y finalmente con la terapia. Produjo una síntesis unificada del conocimiento médico, cuya coherencia derivaba de la aplicación incesantemente sistemática de principios lógicos y teóricos.
El Canon de la Medicina se divide en cinco libros. El primero de ellos describe los aspectos generales de la Medicina, afirmando por ejemplo que “La Medicina es la ciencia por la cual conocemos los diversos estados del cuerpo; cuando hay salud, cuando no hay salud; los medios por los cuales es probable que se pierda la salud y, cuando se pierde, es probable que se restaure. En otras palabras, es el arte que se trata de la salud y el arte por el cual se restaura después de haberla perdido”. El primer libro también describe los cuatro períodos de la vida desde la infancia hasta la senilidad, según las características distintivas de cada período.
El segundo libro enumera 800 sustancias florales, minerales y animales y sus fines médicos en ese momento. Ibn Sina también explica cómo se experimenta correctamente con las drogas. Afirmó, por ejemplo, que «el fármaco debe probarse en dos condiciones contrarias», ya que un fármaco puede ser eficaz para aliviar los síntomas de más de una enfermedad.
Sus otros tres libros cubren la función y enfermedades de cada órgano, enfermedades que afectan a todo el cuerpo y la preparación y eficacia de unos 650 fármacos compuestos para diferentes remedios. Con esto, Ibn Sina se convirtió en uno de los primeros estudiosos en escribir sobre enfermedades contagiosas e infecciones de transmisión sexual.
La copia más antigua del Canon de Medicina se encuentra en el Museo Aga Khan en Toronto, Canadá, admirado por los visitantes hasta el día de hoy. Con siglos de antigüedad, su obra ha dejado una huella importante en la Medicina de todo el mundo y con sus contribuciones en todos los campos de la ciencia y las artes, Ibn Sina seguramente demostró su título de Sheij al Raís: líder entre los sabios.
Fuente: Mvslim