Ziriab, el músico, astrónomo, diseñador de moda y gastrónomo
Abul-Hasan Alí Ibn Nafí, apodado Ziriab, fue el Animador Jefe de la Corte de Córdoba en el año 822 e. c. Revolucionó la música medieval, el estilo de vida, la moda, los peinados, los muebles e incluso la vajilla. Transformó la forma en que la gente comía, socializaba y se relajaba.
Abul-Hasan Alí Ibn Nafí, conocido como Ziriab, nació en Irak en 789.
Fue apodado Ziriab por su voz melodiosa y su tez oscura, características que la gente comparaba con un pájaro cantor de plumaje negro [de ahí su apodo Mirlo].
Fue un alumno talentoso de Ishaq al-Mawsili, un músico de renombre en Bagdad y favorito del califa abasí Harun Al-Rashid.
El talento y la excelencia en la música de Ziriab fueron superando lentamente la posición de su maestro, lo que lo acercó al Califa y su corte. Al-Hakem, el califa omeya y padre de Abd-Al-Rahman II lo invitó a Andalucía.
Ziriab se instaló en Córdoba en el año 822, en la corte del entonces califa Abd-Al-Rahman II. Su llegada coincidió con un nuevo impulso dado por Abd-Al-Rahman II a la vida cultural, llevando a Andalucía a uno de sus grandes periodos de florecimiento. En Córdoba, Ziriab encontró prosperidad, reconocimiento a su arte y fama sin precedentes. Se convirtió en animador de la corte con un salario mensual de 200 dinares de oro además de muchos privilegios. Esta promoción le dio una gran oportunidad para dejar que su talento y creación se liberaran de cualquier límite. No solo revolucionó la música, sino que también hizo mejoras significativas en el estilo de vida y la moda.
En música, fue el primero en introducir el laúd (Al-U’d) en España y Europa en general. Se le atribuye, con Al-Kindi, la adición de la quinta cuerda de bajo y la sustitución de la pluma del águila por la púa de madera. En España, así como en el norte de África, sustituyó el sistema de canto de Medina por el de Irak (Referencia: Plaencia, G. (1928), «History of Literature Arabic-Spanish», Barcelona, pág. 41).
Estableció el primer conservatorio del mundo, que incluía la enseñanza de la armonía y la composición y se desarrollaría aún más en los siglos siguientes. En cuanto a la teoría musical, la reorganizó por completo, liberando los parámetros métricos y rítmicos y creando nuevas formas de expresión (suites mwashah, zajal y nawbah). Muchos, como Julián Ribera, incluso sostienen que el contrapunto y la polifonía se desarrollaron por primera vez en el conservatorio de Córdoba alrededor del año 1000 e. c. A Ziriab se le atribuye la compilación de un repertorio con 24 Naubaat (suites vocales e instrumentales). Cada Nuba era un compuesto de piezas vocales e instrumentales organizadas en nueve movimientos y cada movimiento tenía su propio ritmo. Sabía más de mil canciones, de las cuales algunas, según Al-Maqqari, pertenecen a Ptolomeo.
Transformó las costumbres sociales como se ve en la vestimenta y el peinado, en la cocina y la forma en que la gente come, socializa y se relaja, y en los muebles y herramientas que inventó para seguir esta transformación en la vida. Reemplazó las copas de oro por otras de vidrio y cristal. (Pronto iniciaron su fabricación en Andalucía. véase Lévi-Provençal, Évariste (1950), «Histoire de l’Espagne musulmane; Le califat umaiyade de Cordoue», Nouvelle édition, rev. et augm. G. P. Maisonneuve – (Histoire du Monde de l ‘Islam), París).
Difundió el uso del mantel y el uso del vestido blanco en el verano. También introdujo nuevas recetas culinarias, nueva vajilla, nuevas modas de sastrería e incluso los juegos de ajedrez y polo. Referencia: (Ree Hans, (1999), «The Human Comedy of Chess», Russell Enterprises, Notación algebraica inglesa).
Los logros de Ziriab le ganaron el respeto de las siguientes generaciones, incluso hasta el día de hoy. En el mundo musulmán, no hay un solo país que no tenga una calle, un hotel, un club o un café con su nombre. En Occidente, los eruditos y los músicos todavía le rinden homenaje hoy. Un ejemplo es Henry Terrace, quien escribió lo siguiente:
“Después de la llegada de este oriental (Ziriab), un viento de placer y vida lujosa sopló en Córdoba. Una atmósfera llena de poesía y exquisito deleite rodeó a Ziriab; componía sus canciones por la noche en compañía de dos criados que tocaban el laúd. Le dio a su arte un valor sin precedentes, casi mágico, especialmente cuando explica el significado simbólico de las cuerdas del laúd. Sostenía que las cuatro primeras representaban la bilis (amargura de temperamento), la frialdad, la sangre y los humores negros, mientras que a la quinta la consideraba como el alma. También fue un erudito reconocido por sus conocimientos en Astronomía y Geografía.
Ziriab se conectó con temas de elegancia; con sus gustos refinados y lujosos definió la corte de los califas. Trajo de oriente, los accesorios de tocador (perfumes, cosméticos, pasta de dientes) y nuevas modas, que dejaron gran repercusión. La mayoría de los cordobeses imitaron su peinado. Este gran artista fue también un gastrónomo que introdujo una serie de exóticas recetas desconocidas.
Ziriab lanzó una serie de modas, que perduraron durante siglos. Trajo a España vasos de cristal y muebles de cuero. Introdujo vestidos de invierno y de verano, fijando exactamente las fechas en que se usa cada moda. También añadió vestidos de media temporada para el entretiempo. A través de él se introdujo en España el lujoso vestido de Oriente. Bajo su influencia se creó una fábrica de moda que producía telas de rayas de colores y abrigos de tela transparente, que aún hoy se encuentra en Marruecos.
Sin duda, un hombre solo no podría lograr esta transformación. Es más bien el desarrollo, el que sacudió al mundo musulmán en general aunque la leyenda histórica atribuye todos estos cambios a la figura de Ziriab y a su promotor, Abd-Al-Rahman II”. (Traducido del francés) Terrace, H. (1958) «Islam d’Espagne’ une rencontre de l’Orient et de l’Occident”, Librairie Plon, París, pp. 52-53.
Fuente: Muslim Heritage