Cómo memorizar el Corán mejorará tu concentración
Por Mohammed Faris
¿Cuándo fue la última vez que te concentraste tan intensamente en algo que perdiste la noción del tiempo y no sentiste pasar las horas?
¿Cuándo fue la última vez que te concentraste en una sola tarea sin distraerte por más de 25 minutos?
Tener la capacidad de concentrarse profundamente en algo se está convirtiendo en una habilidad perdida en nuestro mundo interconectado.
Según algunos estudios, el adulto promedio revisa su teléfono 150 veces al día. Si divides eso por la cantidad de horas de vigilia en un día, ¡eso es aproximadamente 10 veces por hora! No es de extrañar que nuestro poder de concentración esté tan fragmentado.
Cualquier persona exitosa te dirá que la clave del éxito es la capacidad de concentrarse en metas a largo plazo, metas a corto plazo y tareas diarias importantes sin distraerse.
Y no me refiero sólo a la concentración en el trabajo. Necesitamos enfocarnos profundamente para tener éxito en nuestra espiritualidad, en nuestro bienestar físico e incluso en nuestras relaciones familiares y comunitarias.
Cuanto más desconectada y fragmentada esté nuestra concentración, menos podremos vivir la mejor versión de nosotros mismos en todos nuestros roles.
¿Cómo se relaciona la concentración con la espiritualidad?
Uno de los mejores libros escritos sobre este tema es “Deep Work: Rules for Focused Success in a Distracted World” de Cal Newport, que tiene estudios fascinantes y estrategias prácticas para ayudar a mejorar la concentración.
En un capítulo, Cal cuenta una anécdota sobre un profesional de alto rendimiento que, como judío ortodoxo, estudiaba intensamente el Talmud temprano en la mañana, lo que lo ayudó a mejorar su concentración y rendimiento en el trabajo.
No pude resistir establecer paralelismos entre esta práctica y la tradición islámica de recitar, memorizar y meditar sobre los significados del Corán, especialmente en las primeras horas después de la oración del amanecer.
Poder permanecer sentado durante 30 a 45 minutos después de la oración del alba y concentrarse en recitar o memorizar el Corán, lejos de las distracciones y los asuntos cotidianos, puede ser un poderoso antídoto para nuestro mundo hiperconectado.
Nos ayuda a desarrollar la concentración profunda que necesitamos desesperadamente para tener éxito.
Esto se debe a que concentrarse intensamente en los textos divinos y resistir la tentación de revisar el teléfono o levantarse para hacer otra cosa mejora el cableado del poder de concentración de tu cerebro, lo que puede tener un impacto a largo plazo en tu capacidad para realizar proyectos críticos a largo plazo.
Consejos para ejercitar los músculos de la concentración
¿Cómo desarrollas este hábito cada mañana para que puedas fomentar una mente intensamente enfocada?
Sé sincero
No estás recitando o memorizando el Corán simplemente para ejercitar tus músculos de la concentración; estás realizando esto como un acto de devoción a Dios. Esto te ayudará a mantenerlo a largo plazo.
Establece un tiempo específico
Idealmente, debería ser temprano en la mañana justo después de la oración del amanecer.
Apunta a un mínimo de 30 a 45 minutos de concentración profunda recitando o memorizando el Corán.
No tengas distracciones a tu alrededor
Mantén tus teléfonos lejos. No en tu bolsillo, o donde puedas alcanzarlos.
Domina tus pensamientos:
Si tu mente divaga mientras recitas, simplemente vuelve a centrar tu atención en el Corán, y si tienes un pensamiento insistente que no desaparece, ten un bolígrafo o un cuaderno a tu lado para registrar ese pensamiento y poder volver a él después de que hayas terminado.
Involucra tu imaginación y sentidos al recitar
Al recitar o memorizar el Corán, trata de involucrar todas tus facultades, ya sea visual, leyendo el texto; auditiva, escuchándote a ti mismo recitar; o táctil, sosteniendo el Corán en tus manos en su formato físico (en lugar de usar la aplicación del Corán de tu teléfono).
O usa tu imaginación para visualizar los significados, las imágenes y las historias del Corán mientras las recitas.
Esto hará que tu cerebro trabaje de muchas maneras diferentes.
Si te preocupa vivir una vida significativa y productiva y no fragmentada o distraída, entonces necesitarás desarrollar tus músculos de la concentración.
No hay forma más poderosa o bendecida de ejercitar esos músculos que dedicar tiempo en las primeras horas todos los días al mensaje más importante para leer: las palabras de tu Señor.
Fuente: About Islam, Productivemuslim.com