El capítulo que nos enseña buenos modales
Por Aisha Stacey
La sura número 49, este capítulo de dieciocho versos fue revelado en Medina, y toma su título de la referencia a las habitaciones privadas de las esposas del Profeta Muhammad (la paz sea con él) en el verso cuatro.
Los capítulos de Medina generalmente se concentran en establecer y educar a la primera comunidad musulmana y este no es una excepción. Se dice que fue revelado después de que una delegación llegó a Medina y llamó al Profeta Muhammad desde el exterior de los apartamentos de sus esposas.
Este capítulo es un intento de enseñar buenos modales a la comunidad incipiente, modales que convienen a un creyente. En primer lugar, con respecto al comportamiento hacia Dios y Su Mensajero, el Profeta Muhammad.
Luego, con respecto a la vida en comunidad, se advierte a los creyentes contra comportamientos que puedan corromper el tejido social fuertemente unido. Se les advierte contra los peligros del tribalismo y el nacionalismo. Y finalmente, se les dice a los creyentes que la fe es más que palabras; es acción con respecto a esas palabras.
Versículos 1-5 Mostrar respeto
Los primeros dos versículos están dirigidos directamente a los creyentes. Comienza diciendo: ¡Oh, creyentes! No se pongan a ustedes mismos por encima de Dios y Su Mensajero, y tengan temor de Dios; Dios todo lo oye, todo lo sabe. ¡Oh, creyentes! No levanten sus voces sobre la voz del Profeta, y no hablen con él del mismo modo que hablan entre ustedes, pues sus obras se podrían malograr sin que se dieran cuenta.
Quienes bajan sus voces cuando están en presencia del Mensajero de Dios son aquellos a los que Dios purificó sus corazones, infundiendo en ellos el temor devocional. Ellos recibirán perdón y una recompensa magnífica.
Se le dice al Profeta Muhammad que aquellos cuyas voces son fuertes y que se paran fuera de sus habitaciones privadas gritando para ser escuchados, carecen de comprensión y sentido común. No usan su razonamiento porque si lo hicieran, sabrían que sería mejor para ellos esperar pacientemente. Sin embargo, Dios es Perdonador y Misericordioso.
Versículos 6 – 8 Un recordatorio
Dentro de una comunidad suele haber medidas prácticas con las que resolver las diferencias que puedan surgir. Si estas diferencias no son tratadas adecuadamente, pueden socavar la estructura de la comunidad.
Dios nuevamente se dirige a los creyentes, explicándoles cómo recibir noticias e informes y enfatiza la necesidad de verificar todas las noticias. Él dice que si una persona malvada o un alborotador te trae información, debes investigarla antes de actuar en consecuencia. Una acción precipitada puede conducir a que se cometa una injusticia contra una persona o personas y puedes terminar lamentándolo.
A los musulmanes se les recuerda su gran bendición; El Profeta Muhammad está entre ellos. Sean conscientes, dice Dios, y denle a este hecho la debida importancia. Si el Profeta Muhammad cumpliera con el consejo de algunos de los que lo rodean, seguramente todos saldrían perjudicados.
Deja todos los asuntos en manos de Dios y del Profeta Muhammad. Esta fe que tienen es hermosa y la incredulidad es un pecado. La maldad y la desobediencia deben serles abominables. Aquellos que están en el camino recto solo son guiados por la gracia y las bendiciones de Dios. Él todo lo conoce y sabio.
Versículos 9-10 Justicia
Si dos grupos de creyentes pelean o toman las armas, la comunidad musulmana debe trabajar para hacer las paces entre ellos. Si una de las partes continúa actuando indebidamente o se niega a la reconciliación, los creyentes deben luchar contra los opresores hasta que se sometan a los mandamientos de Dios.
Dios ama a los que son justos y equitativos. Todos los creyentes son una familia los unos para los otros, por lo tanto, hagan la paz en su familia. Acuérdense de Dios para que reciban Su misericordia.
Versículos 11 – 13 Una familia
Un grupo de creyentes no debe burlarse de otro grupo. Son una sola familia en la fe; todos tienen derecho a la libertad y la integridad.
Aquellos a los que difamas pueden ser mejores que tú a los ojos de Dios. No hagan comentarios sarcásticos unos sobre otros. Y no usen apodos ofensivos. Los que hacen estas cosas serán llamados malhechores y eso es algo muy malo después de haber aceptado el papel de creyente.
Eviten sospechar unos de otros y no se espíen unos a otros. No hablen mal de la gente a sus espaldas, si lo hacen es como si estuvieran comiendo la carne de su hermano muerto. Detestarías tal cosa, así que ten presente a Dios y Él aceptará tu arrepentimiento.
Dios recuerda a los creyentes, que fueron creados de una sola pareja, varón y hembra. Son un solo pueblo y sólo están divididos en tribus y naciones para que se reconozcan unos a otros. Solo una cosa determina el valor de una persona a los ojos de Dios, y eso es la piedad.
Versículos 14-18 Un verdadero creyente
Los árabes del desierto dicen que son creyentes, pero no lo son. Se han sometido sí, pero la fe aún no ha entrado en sus corazones. Sin embargo, serán recompensados por todas sus buenas obras porque Dios es Indulgente y Misericordioso.
Los verdaderos creyentes, dice Dios, son aquellos que creen en Dios y en el Profeta Muhammad sin dudas ni vacilaciones. Son los que se mantienen firmes, siguiendo las directrices de Dios en todas las situaciones.
No traten de hablarle a Dios de Su religión porque Él sabe lo que hay en sus corazones y sus mentes y lo que hay en los cielos y en la tierra. Él sabe todas las cosas.
Algunas personas pensaron que le estaban haciendo un favor al Profeta Muhammad al abrazar el Islam, pero deben saber que es Dios quien les ha hecho un favor al guiarlos hacia la verdadera fe. Él conoce todo lo que está expuesto u oculto en los cielos y en la tierra y ve lo que hacen.
Fuente: IslamReligion.com