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¿Quiénes son las 3 figuras femeninas de la hégira?

Por Theresa Corbin

 

El nuevo año marca la hégira de la primera comunidad musulmana.

Esa primera comunidad luchó y se esforzó por mantener viva la llama de la fe para que el Islam pudiera transmitirse a nosotros hoy.

Esta época del año es un buen momento para hacer una pausa y reflexionar sobre el pasado y aquellos que lucharon para emigrar.

Mucho de lo que leemos sobre la hégira es de los compañeros masculinos. Estos valientes hombres se ganaron su lugar en la historia y en nuestros corazones.

Pero hubo muchas compañeras valientes y justas que enfrentaron obstáculos inimaginables para llegar de La Meca a Medina para mantener viva la fe.

Asma’ Bint Abu Bakr (RA)

Asma’, la hija de Abu Bakr, estaba entre los compañeros cuyo viaje a Medina estuvo plagado de peligros.

Al salir de La Meca, se enfrentó a una gran oposición. Durante este tiempo, se hizo conocida como Zât an-Nitâqayn (la de los dos cinturones) después de que se rasgó el cinturón llevar alimentos y provisiones al Profeta (la paz sea con él) y a su padre (RA) mientras se escondían en la cueva de Thawr para escapar de aquellos que deseaban asesinar al Profeta (la paz sea con él).

Llevar provisiones al Profeta (la paz sea con él) y a su padre a la cueva era un asunto peligroso para Asma’.

No solo era traicionero el camino, el cual subió mientras estaba embarazada, sino que si se enteraban de que estaba abasteciendo al Profeta, corría el riesgo de morir.

Abu Yahl, un líder entre aquellos que deseaban asesinar al Profeta (la paz sea con él), comenzó a sospechar que Asma era cómplice en ocultar al Profeta.

Entonces, Abu Yahl se acercó a ella queriendo obligarla a decirle dónde se escondían su padre y el Profeta.

Pero Asma’ (RA) enfrentó la ira de Abu Yahl con valiente silencio. Una vez que Abu Yahl se dio cuenta de que su diatriba no movía a Asma’ a revelar la ubicación de quienes se escondían de su intento de asesinato, abofeteó a Asma’ embarazada con tanta fuerza que se le cayó el collar.

Una vez que Asma finalmente llegó a Medina, dio a luz al primer recién nacido de la comunidad musulmana en Medina.

Umm Salama (RA)

Umm Salama (RA) estuvo entre esos compañeros que emigraron a Abisinia y a Medina. Dejó su hogar y su familia dos veces para buscar la libertad religiosa.

“Para Umm Salamah, migrar a Abisinia significó abandonar su hogar y renunciar a los lazos tradicionales de linaje y honor por algo nuevo, en busca de la complacencia y la recompensa de Dios”.

Después de regresar de Abisinia a su casa en La Meca, y ver que las cosas no habían mejorado como pensaban los inmigrantes en Abisinia, ella y su familia se dispusieron una vez más a dejar todo atrás y emigrar a Medina.

Pero su esposo e hijos se encontraron con la oposición de su familia y fueron forzados a separarse.

Después de días de duelo profundo por el incidente, su familia se compadeció de ella y le devolvió a su hijo.

Queriendo reunir a toda su familia en una nueva tierra, una tierra de esperanza, lejos de la opresión de La Meca, estaba decidida a hacer el peligroso viaje a Medina, sola.

Viajar por el desierto en su época tomaba tiempo y era extremadamente peligroso.

Pero aun así, valientemente se dispuso a viajar sola con su hijo a Medina confiando solo en Dios.

Y Dios le proporcionó seguridad cuando se encontró con ‘Uzman bin Talhah ‘Abdari en su viaje, quien la acompañó honorablemente el resto del camino.

Aisha, Madre de los Creyentes (RA)

Aisha (que Dios esté complacido con ella) fue una de las primeras niñas nacidas en la comunidad musulmana de La Meca.

Debido a esto, ella era joven cuando tuvo lugar la hégira a Medina.

Pero a pesar de su corta edad, no solo hizo el peligroso viaje, también narró mucho de lo que pasaba a su alrededor antes, durante y después de la migración para que hoy podamos saber cómo fue la migración.

Una de esas narraciones de la hégira nos muestra cuán cerca del Profeta (la paz sea con él) estaba su padre, Abu Bakr (RA).

Ella recordó que cuando su padre le preguntó al Profeta quién lo acompañaría a la cueva para evitar el intento de asesinato, Abu Bakr lloró de alegría cuando el Profeta le dijo que sería él.

Aisha (RA) nos dice qué curso de acción tomaron el Profeta (la paz sea con él) y Abu Bakr (RA) cuando llegó el momento de dejar la cueva para Medina.

Aisha informó: “El Mensajero y Abu Bakr habían contratado a un hombre de la tribu de Bani Al-Dil de la familia de Bani Abd ibn Adi como guía experto, y estaba aliado con la familia de Al-As bin Wa’il Al-Sahmi y él estaba en la religión de la gente de los Quraish en ese momento.

El Profeta y Abu Bakr confiaron en él y le dieron sus dos camellas y aceptaron su promesa de llevar sus dos camellas a la cueva de la montaña de «Thawr» en la mañana tres noches después.

Y (cuando partieron), Amir ibn Fuhairah y el guía los acompañaron y el guía los condujo a lo largo de la orilla del mar”. (Al-Bujari)

Una vez que entraron a Medina, Aisha (RA) narró todo lo que vio.

Ella documentó cuán peligrosa era la vida incluso después de que el viaje había terminado.

Aisha dijo: “Llegamos a Medina y era la tierra más contaminada de Dios. El agua allí apestaba”.

Dijo: “Cuando el Mensajero llegó a Medina, tanto Abu Bakr como Bilal se enfermaron.

Entré donde estaban ellos y pregunté: ‘¡Padre mío! ¿Cómo te encuentras? ¡Bilal! ¿Cómo te encuentras?»

Aisha narró: “Vine donde el Mensajero y le dije, él contestó: ‘¡Oh Al-lah! Haz que Medina sea tan querida para nosotros como nuestro amor por La Meca y más.

¡Oh Al-lah! Hazla saludable, y bendícenos en nuestros pesos y medidas; y aparta de ella su enfermedad’”.

Destacar a las mujeres importantes que hicieron la hégira y enfrentaron muchas dificultades de la migración, nos da otro vistazo a las vidas de los compañeros del Profeta (la paz sea con él) y sus sacrificios para proteger y transmitir el Islam.

 

Fuente: About Islam