Sé agradecido… ¡Acabas de tomar otro aliento gratis!
Por Deana Nassar
Cuando mi difunta madre estuvo en el hospital durante sus últimos días, la factura ascendía a no menos de $1000 por día solo para mantenerla respirando.
Ahora, por mucho que hubiéramos seguido pagando hasta el último centavo que teníamos, nos dimos cuenta de lo afortunados que somos.
Con poco esfuerzo y con cada segundo que pasa, el simple acto de respirar es un regalo de Dios para nosotros que a veces olvidamos reconocer. Sí, ya ves, acabas de tomar otro respiro gratis.
Dado que la bondad y el amor de Dios son duraderos, el llamado a darle gracias no es un llamado a una acción única sino que es un llamado a una acción continua de acción de gracias.
En otras palabras, debemos agradecerle diariamente por Su bondad infinita y Su amor perdurable. Ese es uno de nuestros principales deberes como musulmanes.
¿Qué es la gratitud?
La gratitud es una actitud de agradecimiento. Se expresa a través de acciones o palabras por el favor particular que recibiste ahora o hace algún tiempo.
Con los desafíos constantes que enfrentamos, particularmente al comenzar una nueva etapa como la universidad, el trabajo y el matrimonio, tal vez sea un esfuerzo ofrecer elogios y agradecimientos.
Puede que no nos apetezca. Estamos luchando y estamos cansados. A veces sentimos que nos han defraudado. ¿No ingresaste a la universidad que deseabas o posiblemente no te casaste con la pareja que esperabas?
Puede sonar a cliché, pero al estar agradecidos por las provisiones de Dios, vemos que algo más se desarrolla frente a nosotros y funciona de la mejor manera.
Decide ser agradecido
Cualquiera que intente superar los desafíos de la vida sabe que la solución comienza con una actitud positiva. Adquirimos una actitud positiva aceptando primero Su Voluntad; reconociendo que todos Sus actos están llenos de sabiduría; y pidiéndole que nos ayude en nuestros momentos difíciles.
A veces Satanás nos hace pensar que Dios está distante; que a Él realmente no le importa lo que nos preocupa. Los golpes dolorosos de la vida y las pérdidas podrían habernos enviado recientemente a una espiral. En la vida hay muchos ejemplos que ilustran esto.
Pero esto es lo que puede marcar una diferencia duradera. Todos los días tenemos la opción de darle gracias. Y con un corazón de acción de gracias, nos damos cuenta de que no importa lo que enfrentemos, Dios no solo trabaja para cambiar nuestras situaciones y ayudarnos a superar nuestros problemas. Él hace más. Él cambia nuestros corazones. Su poder, a través de corazones de gratitud y mentes enfocadas en Él, libera el control que nuestras luchas tienen sobre nosotros.
Dando las gracias
“¿Qué pasaría si te despertaras mañana solo con las cosas por las que estabas agradecido hoy?”
Para mí, esta declaración fue una clara revelación. Me hizo darme cuenta de que la mayoría de las veces nos olvidamos de agradecer a Dios por nuestras bendiciones.
A veces, las exigencias constantes de la vida, las luchas y las preocupaciones dan más lugar a la derrota que a un corazón agradecido.
Admito que a veces soy culpable de esto. A veces, en medio de nuestros asuntos y presiones diarias, nos olvidamos de hacer una pausa y dar gracias por todo lo que Dios ha hecho y continúa haciendo en nuestras vidas.
Al dar gracias, le decimos a Dios que tenemos mucho por lo que estar agradecidos todos los días.
Hay varios niveles de agradecimiento. Un nivel de agradecimiento es el agradecimiento que sentimos en nuestros corazones. Entonces debemos fortalecer ese agradecimiento a través de nuestro discurso. Y el tercer nivel es cuando probamos con nuestras obras que estamos verdaderamente agradecidos.
Nada nos convierte más rápidamente en personas amargadas, egoístas e insatisfechas que un corazón desagradecido. Y nada hará más para restaurar el contentamiento que un verdadero espíritu de agradecimiento.
La fuente de la felicidad
La gratitud está tan estrechamente asociada con la felicidad que las dos son prácticamente indistinguibles entre sí. Por eso, es importante que trabajemos en mostrar gratitud; tanto por las acciones como por el corazón. ¿Agradecido por tu vista? Mira sólo las cosas que son buenas.
Afortunadamente puedes hablar; ¡entonces no caigas en la trampa del chisme y la murmuración!
¿Eres rico? Gasta solo en lo que necesitas, no siempre en lo que quieres.
La gratitud corrige nuestras percepciones al recordarnos que no todo sucede simplemente; por lo tanto, no debemos dar las cosas por sentado.
Dios dice en el Corán:
Todas las gracias que tienen provienen de Dios. Pero ustedes solo recurren a Él cuando padecen una desgracia, (An-Nahl 16:53).
Él también dice,
y te encontró pobre y te enriqueció, (Ad-Duha 93:8).
¿Por qué debo ser agradecido?
Un espíritu de ingratitud puede endurecer nuestro corazón y enfriar nuestra relación con Dios y con los demás.
No caigas en la trampa de que la gratitud es un derecho; esto trae sentimientos negativos como desilusión y frustración. Pero cuando nos sentimos agradecidos, nuestro mundo se llena de emociones positivas como el amor, la compasión, el entusiasmo y la confianza.
Mostrar gratitud a Dios Le agrada: Si Le agradecen, Él incrementará su sustento, (Ibrahim 14:7).
Si bien el paralelo puede no ser adecuado, pero piensa, cuando agradeces continuamente a alguien por un favor, entonces la persona continuará brindándote favores en el futuro. Si te doy un regalo y no me agradeces, no estaré inclinado a darte un regalo la próxima vez.
En resumen, la gratitud es una apreciación agradecida por lo que recibe un individuo, ya sea tangible o intangible.
El hermoso verso dice,
Recuérdenme que Yo los recordaré; agradézcanme y no sean ingratos, (Al-Baqarah 2:152).
Sé agradecido, acepta lo que tienes y comprende que Dios es siempre el mejor de los planificadores.
Por un breve momento, no sentir que quieres o necesitas nada más que lo que ya tienes es la mejor forma de agradecimiento.
Fuente: About Islam