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¡Recita el Corán con Dios en tu mente!

Por Khurram Murad

 

Hay siete estados de conciencia que debes tratar de desarrollar recordando ciertas cosas frecuentemente y absorbiéndolas.

Los criterios coránicos para la participación interna

Primero: Di para ti mismo: Mi lectura del Corán no será verdaderamente tilawah (recitación) a menos que mi yo interior participe en ella como Dios Todopoderoso desea que participe.

Entonces, ¿qué desea Dios Todopoderoso? ¿Y cómo deberías recibir el Corán?

El Corán mismo en muchos lugares te dice vívidamente cómo fue recibido por el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, y por sus Compañeros, y por aquellos cuyos corazones fueron cautivados por él. Debes recordar estos versos y, luego, meditar en ellos cada vez que leas el Corán. Algunos de estos son:

Los creyentes son aquellos que cuando les es mencionado el nombre de Dios sus corazones se estremecen, y que cuando les son recitados Sus versículos les aumenta la fe y se encomiendan a su Señor, (Al-Anfal 8: 2).

Dios ha revelado el mejor de los Mensajes, que es un Libro armonioso [sin contradicciones] que reitera [las enseñanzas]. Su recitación hace erizar la piel de quienes tienen temor de su Señor. [Los creyentes] cuando recuerdan a Dios, su piel y sus corazones se apaciguan, (Az-Zumar 39: 23).

Diles: «Crean o no crean en él [es su responsabilidad]». Quienes fueron agraciados con el conocimiento de las revelaciones anteriores, cuando escuchan la recitación del Corán se prosternan ante Dios. Y dicen: «¡Glorificado sea nuestro Señor! La promesa de nuestro Señor se ha cumplido». Se prosternan ante Dios con los ojos llenos de lágrimas, y [el Corán] les acrecienta su humildad y sumisión. (Al-Israa’ 17: 107-9).

Cuando se les recitaban los versículos del Compasivo, se prosternaban llorando conmovidos. (Mariam 19: 58).

Cuando escuchan lo que le ha sido revelado al Mensajero, ves que sus ojos se inundan de lágrimas porque reconocen la verdad, y entonces dicen: «¡Señor nuestro! Creemos, cuéntanos entre quienes dan testimonio [de la verdad del Islam]. (Al-Ma’idah 5: 83)

En la presencia de Dios

Segundo: Di para ti mismo: estoy en la presencia de Dios; Él me está viendo.

Debes permanecer vivo a la realidad de que, mientras lees el Corán, estás en la presencia misma de Aquel que te ha enviado estas palabras. Porque Dios está siempre contigo, estés donde estés, hagas lo que hagas. Su conocimiento lo abarca todo.

¿Cómo alcanzas este estado de conciencia?

Escucha lo que Dios te dice en el Corán a este respecto. Recuerda esos versos, recuérdalos y reflexiona sobre ellos cuando estes a punto de comenzar a leer el Corán y durante la lectura.

Pero lo que te ayudará más, no solo para leer el Corán, sino también para vivir toda tu vida según el Corán, es recordar y reflejar esta realidad tan a menudo como puedas.

Solo o en compañía, callado o hablando, en casa o en el trabajo, en reposo o ocupado di, en silencio o en voz alta: Él está conmigo, viendo y escuchando, sabiendo y registrando. Y recuerda estos versículos del Corán:

Él está contigo dondequiera que estés. (Al-Hadid 57:4)

Estoy más cerca de él que su propia vena yugular. (Qaf 50:16)

No hay confidencia entre tres sin que Él sea el cuarto, ni entre cinco sin que Él sea el sexto. Siempre, sean menos o más, Él estará presente dondequiera que se encuentren. (Al-Mujadalah 58:7)

Ten paciencia con los designios de tu Señor, y sabe que te encuentras bajo Mis ojos (At-Tur 52:48)

Dijo [Dios]: «No tengan miedo, pues Yo estoy con ustedes escuchando y observando todo, (Taha 20:46).

Yo soy Quien resucita a los muertos, y registro lo que hagan de bien y lo que hagan del mal; todo lo tengo mencionado en un libro claro, (Yasin 36: 12).

Más significativo es el siguiente verso, que no solo habla enérgicamente, en general, de que Dios está presente, viendo todo, sino que menciona, específicamente, el acto de leer el Corán:

No hay situación en la que se encuentren, no hay pasaje del Corán que reciten ni otra obra que realicen, sin que Yo sea testigo de lo que hacen. A tu Señor no se Le escapa nada en la Tierra ni en el cielo, ni siquiera algo del peso de un átomo. No existe nada menor o mayor a eso que no esté registrado en un Libro claro, (Yunus 10:61).

Por eso Él mismo nos dice: Yo estoy presente cuando lees el Corán; Nunca olvides esto.

Recitar el Corán es un acto de adoración. La forma de alcanzar la máxima excelencia es adorar a Dios. El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, nos dice:

“…adorar a Dios como si lo estuvieras viendo, porque incluso si no puedes verlo con los ojos, (te das cuenta de que) Él te ve”. (Muslim)

Además, recuerda que no solo estás en Su presencia, sino que Él te recuerda mientras lees el Corán:

Recuérdame y Yo te recordaré. (Al-Baqarah 2:152)

La mejor manera de recordar a Dios, sin duda, es leyendo el Corán.

 

Tomado con ligeras modificaciones de Way to The Qur’an