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Más Allá De La Esperanza Y El Temor: Aprender A Amar Las Oraciones

«As-Salamu alaikum wa rahmatullah. Por favor, ayúdenme. Sigo apartándome y volviendo a mi salah [oraciones]. ¿Podrían decirme qué les sucede a quienes dejan sus oraciones? La razón número uno por la que sigo volviendo a realizar salah es porque temo a Dios, pero luego me debilito. Esta situación me está matando por dentro y me siento muy triste. ¿Podrían por favor darme algunos consejos? As-Salamu alaikum».

Respuesta corta: Para amar las oraciones, sé agradecida y Dios te aumentará. Haz duaa y Dios responderá. Arrepiéntete ante Dios y Él aceptará tu arrepentimiento. Mira más allá del ritual y recuerda que la esencia de nuestra religión que está debidamente oculta para muchos es el amor.

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As-salamu aalaykum (la paz sea contigo),

Gracias por tu pregunta y por contactarnos.

Ruego que esto te encuentre en el mejor de los estados, disfrutando de las bendiciones de Dios.

En primer lugar, me gustaría expresar mi agradecimiento por la sensación de sinceridad y pureza que se puede leer entre líneas en tu pregunta.

Que Dios me ayude a responder y, lo que es más importante, me haga capaz de estar a la altura, a pesar de mis fallas y defectos.

Poner El Temor En Contexto

Saltar oraciones es, por desgracia, algo común entre muchos musulmanes. Como mencionaste, la razón por la cual muchos, muchos musulmanes siguen volviendo a las oraciones, sin embargo, es su temor a Dios, Majestuoso.

En sus estados interminables, la fe está, al principio, conectada con el temor; y esto aplica y es beneficioso para alguien sin una base firme en la religión.

El imam Abu Hamid Al-Ghazali (que Allah esté complacido con él) aclara este asunto al hacer un paralelo entre tal estado y el de un niño. Así es como se le enseña a un niño a no tocar el fuego. O, uno deja en claro al niño que si hace tal o cual cosa, será castigado, hasta que aprenda la lección adecuadamente.

Dejaré que la sabiduría de nuestro amado Profeta Muhammad (la paz sea con él) responda a tu pregunta sobre lo que le sucede a quien omite las oraciones.

Si sabes inglés, consigue el libro Riyad As-Salihin (The Meadows of the Righteous), del Imam An-Nawawi, y lee la sección «Sobre el mandato de perseverar en las oraciones prescritas y la prohibición más estricta contra su abandono».

Con respecto al temor, nuestro maestro y Profeta, basado en su incomparable conocimiento de Dios y la realidad espiritual, dijo: «Verdaderamente, soy el más temeroso de Dios entre ustedes», a pesar de su escrupulosidad sin paralelo y de que se le haya otorgado el máximo amor y satisfacción de Dios. Eso no es todo. De hecho, como creyentes, la esencia de la fe no debe basarse únicamente en el temor.

Es una etapa, un elemento, una función que puede ser central para muchos, incluido yo mismo, en nuestro camino hacia Dios; viendo la naturaleza de nuestros egos, psiques y mundanalidad. El alma humana está creada con temor básico y debe ser tratado y utilizado para enderezarla para que uno pueda ir hasta Dios.

La Esperanza Debería Superar El Temor

Dicho esto, aun así, la esperanza siempre debe ser mayor que el temor.

Primero, como menciona el Imam Al-Ghazali, la dependencia continua del temor indudablemente conduce a la desesperación. En cualquier etapa, uno debería tener un poco más de esperanza que temor.

Las obras basadas en la esperanza son mucho mejores que las basadas en el temor. Es por eso que los eruditos tradicionales del Islam dicen que a lo largo de la vida, los musulmanes no deberían pensar que están destinados a la salvación y al Paraíso; pero cuando están en el lecho de muerte, los musulmanes deberían creer lo contrario: que Dios estará complacido y los aceptará en el Paraíso.

Aún así, ni el temor ni la esperanza es el rango más alto al que los creyentes deberían aspirar. El Ihsan (excelencia), según lo explica nuestro más querido Profeta, es:… adorar a Dios como si lo vieras. (Muslim)

Esta es la forma más elevada de adoración. Consiste en muchos más aspectos que el mero temor o la esperanza: amor, satisfacción, sumisión absoluta a Dios, certeza infinita e intento de cercanía.

Soluciones Prácticas Para Un Problema Real

Ahora que el temor relacionado con omitir las oraciones está contextualizado, ¿cuáles son las formas más prácticas y funcionales de abordar este problema?

Primero, arrepiéntete.

No hay solución sin arrepentirse inmediatamente.

A pesar de todos los trucos que nuestros egos y Satanás nos juegan, no hay diferencia entre retrasar el arrepentimiento entre este segundo y cualquier otro por venir.

La realidad espiritual que vivimos es la misma; Dios es Dios, digno de adoración absoluta eternamente. Son solo trucos para agotar, distraer y obstaculizar aún más que finalmente seamos siervos amorosos y obedientes de Dios, el Más Sublime.

En segundo lugar, ve el incentivo.

Nadie puede estar convencido y firme en llevar a cabo una tarea tan grande (realizar las oraciones obligatorias) tan fácilmente, a menos que haya un incentivo para hacerlo.

Las oraciones son un asunto que implica comprometerse a hacer algo cinco veces al día, despertarse al amanecer, lavarse, claridad mental, etc.

Esa también es una mejor solución para responder a tu pregunta sobre querer saber qué les sucede a quienes no oran, junto con el estatus y la recompensa para quienes sí lo hacen.

Aquí hay algo práctico que debería facilitar las cosas. Nadie puede hacer una tarea tan grande sin saber lo que vale.

Si sabes Inglés, lee el capítulo sobre las Oraciones del libro Ihya ’Ulum Ad-Din (The Revival of Islamic Sciences) del Imam Abu Hamid Al-Ghazali, un libro de gran beneficio.

A través de la lectura del capítulo, basado en una comprensión perspicaz de muchos eruditos, la cual es derivada del versículo que dice:

Dios es Quien los creó a ustedes y a lo que ustedes hacen (Corán 37:96)

Y el hadiz del Profeta:

“El corazón de un creyente yace entre dos dedos del Misericordioso” (Muslim)

Entre muchas otras pruebas, podrás arrepentirte e internalizar el significado de la oración.

Tercero, haz dua.

Debes hacer muchas súplicas sinceras y continuas a Dios para que te ayude, expresando tu necesidad de Su guía.

Cuarto, se agradecido.

Muchos eruditos, con quienes tengo el honor de estudiar, dan los siguientes consejos basados en el versículo:

Y cuando su Señor proclamó: «Si Le agradecen, Él les incrementará» (Corán 14: 7)

Siempre que Dios permita a los creyentes un acto de adoración, deberían estar agradecidos con Dios por ello. Aconsejaría que, al menos al principio, invoques «al-hamdulillah» (todas las alabanzas sean para Dios) cien veces al día hasta que Dios te conceda el éxito de ser coherente con mantener las oraciones a tiempo.

Quinto, trata de desarrollar el hábito de la oración durante 40 días.

Uno de los métodos que el Sheikh Nuh Keller prescribe como una cura para este problema — una solución que también se ha seguido tradicionalmente — se basa en la genialidad de la sabiduría profética divinamente inspirada en la tradición:

Quien le reza a Dios 40 días desde el primer Takbir [la invocación de apertura] en grupo tendría dos separaciones; será separado del infierno y será separado de la hipocresía. (At-Tirmidhi)

Esta solución también está inspirada en los numerosos hadices relacionados con la continuación de un acto de adoración durante ese período y también el período del retiro espiritual del Profeta Moisés (la paz sea con él) que se menciona en el Corán. La naturaleza humana puede romper un hábito y comenzar de nuevo si se practica durante 40 días continuos.

Intenta prometer que realizarás oraciones sin perderte ninguna durante 40 días. Cada vez que rompas la secuencia, comienza desde el principio.

También para los hombres, orar en congregación (jamaah), con todas sus recompensas y beneficios espirituales y psicológicos, es un gran método para superar este problema.

Otra idea es castigar tu ego con medidas ascendentes.

Por ejemplo, cada vez que te pierdas una oración, reza inmediatamente y luego reza dos rakahs adicionales. Si vuelve a suceder, reza cuatro, luego ocho, luego dieciséis, etc. (todo lo cual tendrá la forma de dos rakahs) De esta manera nuestro ego será domesticado, dependiendo de la seriedad y sinceridad con la que lo hagamos.

Finalmente, para amar las oraciones, mira más allá del ritual

Ya sea en las oraciones obligatorias u otras, trata con ellas como algo que haces con amor. Haz las oraciones no por temor, ni solo como cumplimiento de una obligación sino por amor.

Usa tu mejor ropa, usa incienso en la habitación, perfecciona tu ablución (wudu’), memoriza todas las invocaciones proféticas en las diferentes partes de las oraciones, ora en tu lugar favorito, tómate tu tiempo, haz tus invocaciones y súplicas posteriores a las oraciones, y aniquila completamente todas las preocupaciones mundanas en tu presencia ante el Todopoderoso; reza con todo tu corazón.

La esencia de nuestra religión, que está debidamente oculta a muchos es el amor; Hemos escuchado el hadiz qudsi que dice:

No hay nada con lo que Mi siervo se acerque a Mí que sea más querido por Mí que lo que le hice obligatorio. (Al-Bujari)

Y nada es más importante en esta religión que la oración, especialmente cuando se realiza a tiempo.

Que Dios nos ayude y que todos los musulmanes perfeccionemos nuestras oraciones. Por favor, mantente en contacto.

Salam.

 

Fuente: About Islam