El mundo de hoy se enfrenta a una situación casi sin precedentes, con un miedo generalizado ante el nuevo coronavirus que apareció por primera vez en China y desde entonces se ha extendido a otros países.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado una emergencia sanitaria mundial. Como musulmanes, es nuestro deber aprender cómo podemos responder a esta crisis desde una perspectiva islámica genuina.
El Islam y la salud
El Islam es una religión que celebra la salud: del cuerpo, la mente y el alma. El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) nos enseñó a rezar a Dios para que nos bendiga con salud y gracia; y también dijo que quien sea bendecido con salud y gracia posee las mejores bendiciones.
El Islam nos enseña que nuestros cuerpos son bienes que Dios nos confió; Es nuestro deber preservarlos. La forma de vida islámica enfatiza la higiene y el cuidado de nuestros cuerpos, mentes y almas mediante el desarrollo de buenos hábitos.
El Corán nos dice que en la medida en que Dios ha prohibido ciertas cosas, lo ha hecho porque son perjudiciales para nosotros y/o nuestra comunidad.
Dios envió a su mensajero para permitir cosas que son puras y saludables, y prohibir las cosas que son impuras y no saludables.
Al mantenernos alejados de lo que está prohibido, ayudamos a protegernos de las enfermedades y no quedarnos atrapados en actividades que son perjudiciales para la sociedad y el medio ambiente.
Además de lo anterior, excelentes enseñanzas islámicas relacionadas con la purificación, que incluyen lavarnos después de responder al llamado de la naturaleza, abluciones regulares mayores y menores, lavarnos las manos, limpiarnos la boca, los dientes y las fosas nasales, son parte de la Sunnah profética. Cumplir con estas enseñanzas puede protegernos de las infecciones bacterianas.
Además, el Profeta también enfatizó la prevención y la búsqueda de tratamiento beneficioso a través de la medicina y la curación espiritual.
Consejos de la Sunnah
Aquí hay algunos consejos de la Sunnah para ayudarnos a enfrentar la amenaza del nuevo coronavirus y otras enfermedades contagiosas, consejos que pueden ayudarnos a responder a tales pruebas de una manera genuinamente islámica.
Primero que nada es la prevención
El Islam enfatiza llevar una vida de equilibrio y moderación, enfocándose en los hábitos diarios para mejorar el estado físico, mental y espiritual.
Además de las reglas de higiene mencionadas anteriormente, la prevención incluye eliminar de nuestro cuerpo, ropa y alrededores todas las fuentes de suciedad y contaminación.
El Profeta siempre ordenó mantener las fuentes de agua y el aire libres de contaminación. Una vez una delegación que abrazó el Islam le preguntó sobre un lugar de veraneo que frecuentan, dijeron que se enfermaban cuando iban allí. El Profeta les aconsejó que se mantuvieran alejados de ese lugar.
Al comentar sobre esta historia, algunos sabios declararon que lo dijo porque el ambiente allí había sido contaminado y no era propicio para la salud humana.
Cuarentena
Poner en cuarentena o aislar a las personas infectadas con enfermedades contagiosas es otra Sunnah profética importante. El Profeta dijo: «Las personas con enfermedades contagiosas deben mantenerse alejadas de las personas sanas». (Reportado por Abu Dawud y otros).
La regla anterior se aplica a aquellos que padecen enfermedades que pueden propagarse a través del contacto físico, e incluso aquellos cuyos síntomas pueden ser perjudiciales u ofensivos para otros.
Las personas infectadas con virus, o con síntomas similares a la gripe, deben quedarse en casa en lugar de asistir a oraciones o reuniones sociales congregacionales.
Medicina y tratamiento
Igualmente importante es buscar métodos beneficiosos de tratamiento. Hay una idea errónea entre muchos musulmanes de que el Profeta ha prescrito tratamiento espiritual para la mayoría (¡o incluso para todas!) las enfermedades.
Esto es falso. Por el contrario, el Profeta nos enseñó a buscar tratamiento de los médicos. Aisha, su amada esposa, nos dice que el Profeta consultaría a los médicos que lo visitaban y que ella conservaría las recetas que escuchó que le recetaban.
Una vez mientras visitaba Sa’d b. Abi Waqqas, que estaba enfermo, el Profeta le aconsejó consultar a Al-Harith b. Kildah, el famoso médico de Arabia. Sa’ad lo hizo y se curó después de tomar el medicamento recetado por Al-Harith. (Reportado por Abu Dawud)
El Profeta dijo: «Cuando Allah envía enfermedades, también les envía curas». (Reportado por Bukhari).
También dijo: «Busquen tratamiento, ya que Allah ha enviado una cura para cada enfermedad, excepto una: la vejez». (Reportado por Ibn Abd al-Barr y otros)
Buscar tratamiento de expertos es imprescindible, en lugar de depender de charlatanes disfrazados de curanderos espirituales. Al decir esto, no estoy implicando de ninguna manera que no debamos usar métodos espirituales (¡genuinos!) de cura prescritos por el Profeta. Todos deben seguir esos métodos, pero no están destinados a reemplazar el tratamiento profesional por parte de médicos capacitados.
No hay excusa para el racismo
Uno de los tristes resultados de este virus en particular es el racismo y la xenofobia contra un grupo específico. No hay lugar para esto en el Islam. Un musulmán debe creer en la humanidad común de todas las personas. Sa’di al-Shirazi, el poeta sufí, lo expresó maravillosamente:
Los hijos de Adán son miembros de un todo.
Habiendo sido creados de una esencia.
Cuando la calamidad afecta una extremidad
Las otras extremidades no pueden permanecer en reposo.
Si no tienes compasión por los problemas de los demás
No eres digno de ser llamado por el nombre de «humano».
Verificación de la información
Las redes sociales están plagadas de información errónea y noticias falsas. El Corán nos ordena verificar la exactitud de la información que recibimos antes de creerla, actuar o transmitirla a otros.
Fuente de fuerza esencial
Finalmente, debemos buscar la fuerza en el principio básico de nuestra fe de que Dios es el Señor Soberano, que ha creado y decreta todas las cosas en el universo, ni una sola hoja cae sin Su voluntad.
Él ha decretado lo bueno y lo malo, y nos prueba a través de Sus bendiciones, así como a través de pruebas, calamidades y tragedias. Al creer en el Decreto Divino, desarrollamos paz mental y ecuanimidad en todos los estados.
Deja que las palabras del Profeta sean una fuente de fortaleza para nosotros en todo momento:
Sin embargo, esto no debería impedirnos aprender lecciones de desastres y tragedias; deberían obligarnos a examinar nuestro comportamiento y ver cómo pudimos haber contribuido a ellos.
Por ejemplo, los científicos nos han estado advirtiendo durante muchos años sobre el calentamiento global como resultado de nuestro incesante asalto al medio ambiente. Esto requiere que nos abstengamos de actividades que puedan contribuir a la degradación del medio ambiente, las cuales llevan a más desastres naturales.
Cada uno de nosotros debe tomar los pequeños pasos que podamos para revertir la situación. Juntos, podemos marcar la diferencia para hacer del mundo un lugar mejor para que todos vivan.