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«¿Puedo tener una aventura?» Un joven le pregunta al Profeta ﷺ

Por Muhammad Fathi

 

Imagina a un joven llegando al imán de tu mezquita con esta extraña petición: «¿Puedo tener un permiso que me permita cometer zina (fornicación/adulterio)?»

¿Qué tipo de respuesta recibirá?

Creo que un reproche con indignación y enojo sería la reacción más probable viniendo de los asistentes y el imán; oirías gritos como, «¡Qué vergüenza! ¿Cómo te atreves a venir a la mezquita a solicitar cometer semejante cosa?»

Bueno, leamos esta historia y veamos cómo el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) manejó una situación como esta:

Abu Umama Al-Bahily (que Al-lah esté complacido con él) narró que un joven vino al Profeta y le dijo:

«Oh Mensajero de Al-lah, dame un permiso para cometer zina».

Los Compañeros se volvieron hacia él y comenzaron a reprenderlo. El Profeta dijo: «Acércate».

Cuando el joven se acercó al Profeta y se sentó, el Profeta le preguntó: «¿Te gustaría que alguien haga eso con tu madre?»

El hombre respondió; No, por Al-lah.

El Profeta comentó: «A la gente tampoco le gusta lo mismo para sus madres». El Profeta agregó: «¿Te gustaría que le pase a tu hija?»

De nuevo, el joven respondió negativamente. Entonces, el Profeta dijo: «La gente tampoco lo querría para sus hijas».

Además, el Profeta preguntó: «¿Te gustaría que le ocurra a tu hermana?» El Profeta recibió la misma respuesta e hizo el mismo comentario. El Profeta siguió preguntando por las tías paternas y maternas del hombre. La respuesta del joven fue la misma y el Profeta repitió el mismo comentario: «A la gente no le gustaría que le ocurra eso a sus tías».

El Profeta luego puso su mano sobre el joven y oró por él: «Oh Al-lah, perdona sus pecados, purifica su corazón y protege su castidad».

Abu Umamah, el narrador del hadiz, dijo que el joven no hizo ningún caso a ninguna tentación posterior. (Autenticado por Al-Albani)

Con este acercamiento amable, comprensivo y convincente, el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) buscó empoderar al joven en lugar de destruirlo. Su objetivo era fortalecerlo en su batalla contra las tentaciones en lugar de alienarlo o socavarlo.

Seguir este ejemplo profético es crucial cuando se trata con los jóvenes, ya que no solo determina si los jóvenes cometerán zina o no, sino lo más importante, si alguna vez volverían a la mezquita para discutir y encontrar respuestas para sus problemas futuros o no.

Escuchar a los jóvenes, comprender sus problemas y abrazarlos y cuidarlos de todo corazón, sean cuales sean los problemas que puedan tener, son todos elementos del arte del empoderamiento del Profeta. En el hadiz anterior, los Compañeros mismos no pudieron contener su conmoción. Quizás esta sería la reacción natural de nuestros imames y líderes comunitarios si nos enfrentamos a una pregunta similar.

El Profeta, sin embargo, trató la situación como un gran educador; acercó al joven hacia él, discutió el problema racionalmente, y así logró convencer al joven a tal grado que, como informó el narrador de hadices, el hombre no prestaría atención a ninguna tentación después de eso.

Además, el Profeta no dejó pasar el incidente sin su toque espiritual único. Poner su mano sobre el joven y rezar por él debe haber dejado un efecto inolvidable.

Un ambiente amigable para la juventud

Criticar no beneficia en lo absoluto en tales situaciones. Solo alejaría a los jóvenes y los haría pensar dos veces antes de buscar soluciones en la Mezquita. Si no somos lo suficientemente amigables para abrazar a nuestros jóvenes y reconocer sus preocupaciones, buscarían otros entornos para canalizar sus preocupaciones y necesidades.

El joven de la historia se atrevió a dirigirse al Profeta con esta solicitud indescriptible; ¿Nuestros jóvenes se sienten bienvenidos y como en casa en nuestras mezquitas de tal manera que pueden abrirse y hablar cómodamente sobre lo que les esté preocupando?

Desafortunadamente, la diferencia entre la actitud del Profeta y la de muchos de nosotros es tan grande como la diferencia entre construir y destruir, empoderar y socavar.

 

Fuente: About Islam