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Por Qué No Deberías Poner A Nadie En Un Pedestal

Escrito Por Theresa Corbin, Traducido por Cinthia N. Mascarell

 

Los pedestales son para los profetas y las plantas. Este ha sido mi mantra desde que casi dejo que alguien destruya mi corazón con sus defectos. Puse a alguien en lo alto de un pedestal y fue injusto para él y para mí.

Los pedestales son estructuras inestables. Y esa caída inevitable desde arriba de un pedestal es dura y dolorosa.

Aprendiendo sobre los pedestales

En mi infancia y juventud, muchos de los hombres en mi vida no eran confiables, eran abusivos y peligrosos, con la excepción de un ejemplo brillante.

Miré a este hombre para restaurar mi confianza, para restaurar mi fe en los hombres, para que sea un ejemplo perfecto. Creé una idea perfecta de él y puse esa fantasía en un pedestal.

Cuando la imagen de este último hombre en pie finalmente cayó, como siempre estuvo destinado a suceder, casi me rompió el corazón. Me volví amargada, enojada y sin esperanza, hasta que una amiga me recordó que lo había puesto en un lugar donde solo los profetas deben estar.

Tomando esto en serio, comencé a hacer el esfuerzo de aprender sobre el carácter perfecto del Profeta Muhammad (PyB). La historia de su vida me dio esperanza. Cuanto más aprendía, más entendí cuál debería ser y PUEDE ser el carácter de un hombre real.

Cuanto más aprendía sobre él, más me curaba. Y comencé a ponerlo lentamente a él y a todos los profetas en ese lugar tan estimado, excluyendo a todos los demás.

Honestamente, estoy muy contenta de que Allah (SWT) haya permitido que la imagen del último hombre en el que confié caiga del pedestal. Incluso estoy agradecida por el dolor que me causó porque las lecciones dolorosas son las mejores maestras.

Como Yasmin Mogahed escribe: “Ese corazón roto y ese dolor son lecciones y signos para nosotros. Son advertencias de que algo anda mal. Son advertencias de que necesitamos hacer un cambio.

Al igual que el dolor al ser quemado es lo que nos advierte que retiremos nuestra mano del fuego, el dolor emocional nos advierte que debemos hacer un cambio interno. Necesitamos separarnos. El dolor es una forma de desprendimiento forzado.

Como el ser querido que te hiere una y otra vez, cuanto más nos lastima, más nos separamos inevitablemente de él. Cuanto más inevitablemente dejamos de amarlo».

Y entonces me dije a mí misma que los pedestales son solo para los Profetas y las plantas.

Confiar

Lo que sucede cuando ponemos a alguien en un pedestal es que ponemos toda nuestra esperanza en otro ser defectuoso, confiamos en que una persona imperfecta pase perfectamente todas las pruebas de este mundo, o imaginamos que están aquí como un ejemplo perfecto para nosotros.

Y al final, ni siquiera nos damos cuenta de que el objeto que ponemos en el pedestal es un ser defectuoso: un ser humano. Eso es hasta que la imagen que tenemos de ellos cae y rompe nuestros corazones.

Está bien, todos estamos inclinados a hacer esto. Algunos ponen a los músicos en un pedestal. Algunos lo hacen a personalidades de los medios. Aquellos de nosotros que estamos luchando por buscar la cercanía con Dios lo hacemos con aquellos que parecen más cercanos a Dios o aquellos que tienen más conocimiento que nosotros.

Esta es una inclinación humana natural porque Allah (SWT) nos ha creado de tal manera que buscaremos ejemplos de personas para imitar. Esto es para que podamos buscar a los Profetas (la paz sea con todos ellos) que nos envió como ejemplos perfectos.

Pero a veces nos confundimos y perdemos de vista esto. Buscamos a quienes nos rodean que parecen más inmediatos y los colocamos en un lugar demasiado alto.

Esto no significa que no podamos ver a los demás como buenos y confiables. Esto no significa que no podamos ver como buenos ejemplos a las personas cercanas. Ciertamente deberíamos. Pero no debemos poner a la gente común en un nivel en que solo los profetas deben estar.

No debemos dar a las personas la confianza ciega que solo Dios merece. No debemos poner a personas imperfectas en pedestales. Los pedestales son para los profetas y las plantas (y a veces incluso las plantas se caen de ellos).

Dios y Sus mensajeros

{…encomiéndate a Dios, porque Dios ama a los que se encomiendan a Él}. (Sura al-Imran 3: 159)

No importa lo que suceda en la vida, Dios y, por extensión, las pocas personas que ha enviado como ejemplos son realmente y verdaderamente los únicos que merecen nuestra máxima confianza.

Confía siempre y para siempre en Allah (SWT) y con cada fibra de tu ser. Verifica y luego confía en lo que nos ha enviado a través de Sus mensajeros. Si hacemos eso, nadie podrá destruir nuestra fe, nadie puede romper nuestros corazones y, sin duda, Dios nunca nos defraudará.

 

Fuente: AboutIslam