¿La Verdadera Hagia Sofia Puede Ponerse De Pie, Por Favor?
Escrito por el Dr. Muhammad Wajid Akhter
Dicen que la historia es la biografía de grandes hombres y mujeres. Bueno, la historia también es la historia de grandes edificios. Este caso rara vez es más dolorosamente obvio que cuando se trata de la identidad de La Santa Sofía o Aya Sofia («la Santa Sabiduría»).
Iglesia, mezquita, museo: la Hagia Sofia ha vivido bajo muchos disfraces a lo largo de los años y cada transformación vino de la mano de un cambio político trascendental. Este año, no fue diferente.
Al volver a nombrarla una mezquita, los tribunales turcos han desencadenado una tormenta de controversias en todo el mundo. Es comprensible que los cristianos se opongan. La sensación de pérdida que deben sentir es la misma que sienten muchos musulmanes cuando ven la conversión de la Gran Mezquita de Córdoba en una catedral. Sin embargo, lo que es confuso es que algunos musulmanes también están en conflicto, o incluso son totalmente hostiles, a la idea de que la Hagia Sofia sea utilizada como mezquita.
¿Por qué están molestos? ¿Esta justificada su sensación de que este es un acto en contra de las leyes y el espíritu del Islam? ¿Qué tan cierto es que esto sea puro teatro político?
A continuación se detalla un resumen de los argumentos, ya que cada punto revela mucho sobre nosotros como musulmanes hoy y nuestra mentalidad actual:
1. «Debería seguir siendo un museo…»
La Hagia Sofia sigue siendo un museo. Los estados gobernantes y el gobierno hacen eco de que es una mezquita y un museo, pero, desafortunadamente, si lees los titulares, tendrás la impresión de que el museo está siendo destruido. Este no es el caso.
El mundo está lleno de edificios con funciones duales. La Casa Blanca es la sede del gobierno y la residencia del presidente. El Vaticano es un museo, una iglesia y el hogar del Papa. La Catedral de San Pablo es una atracción turística y una iglesia en funcionamiento. Si los musulmanes estuvieran de alguna manera exentos de la capacidad de combinar museo y mezquita en un edificio, entonces eso sería muy extraño. Sin embargo, eso es exactamente lo que dicen los opositores a la reversión de la Hagia Sofia en mezquita.
Lo que los opositores a la reversión del edificio objetan no es la preservación de su estatus de museo; de hecho, ahora será más accesible que nunca al estar libre y abierta hasta la noche, sino para no permitir la adoración en un edificio que fue construido y destinado para ese mismo propósito.
2. «Era ilegal convertirla en una mezquita en primer lugar…»
Tener un conocimiento pobre es algo peligroso: muchos musulmanes citan el ejemplo de Umar (R) y su trato con la Iglesia del Santo Sepulcro en Jerusalén. De hecho, esta es la excusa número uno utilizada por muchos de los llamados intelectuales musulmanes que perezosamente han proyectado sus propios prejuicios sobre nuestros piadosos predecesores. Dicen, no sin un poco de santidad piadosa, que Umar (R) ejemplificó que el Islam no es una religión triunfalista y, aunque podría haber convertido la iglesia en una mezquita, decidió no hacerlo.
Durante la mayor parte de la historia, era una práctica común que cualquier ejército conquistador obtuviera la propiedad total de las tierras conquistadas. La ley islámica fue bastante progresista en este sentido, estipulando que la propiedad de las tierras cuyos habitantes se rendían voluntariamente permanecería con sus dueños y no con los conquistadores. Solo si una tierra se tomaba sin que esta se rindiera, según el Imam Al Qurtubi, entre otros, perderían sus propiedades. Jerusalén se rindió voluntariamente y Damasco también. Constantinopla, a pesar de los múltiples intentos de solicitarlo, no lo hizo. Por lo tanto, islámicamente y de acuerdo con las normas de la época, la conversión de la Iglesia en una mezquita era legal.
Esto se destaca por el caso de un distrito de Constantinopla llamado Psamatya (actual Koca Mustafa Pasha) cuyos residentes se rindieron a Muhammad Fatih por separado. El área tenía la mayor densidad de iglesias existentes, y por eso ninguna fue tocada o tomada.
3. «Pero ha sido un museo durante tanto tiempo ahora, entonces ¿por qué volverla otra vez mezquita?»
Algunas fuentes dicen que han encontrado evidencia de que la Iglesia fue comprada por Muhammad Fatih con su propio dinero. La evidencia aún no ha sido verificada por fuentes externas, aunque es aceptada por las autoridades turcas, pero incluso si lo niegas, el estatus establecido de todo el complejo como Waqf (donación islámica) es definitivo. Algo que es Waqf no puede ser tomado unilateralmente ni ser convertido a otro uso.
La realidad es que la conversión de la Hagia Sofia de mezquita a museo fue una decisión muy polémica tomada de una manera que iba en contra de los estándares legales, morales y espirituales de entonces. Fue una acción tomada por el estado en aquel entonces para satisfacer un objetivo político del Gobierno hipersecular de la posguerra. Volverla museo fue una injusticia y no es una buena idea decir que se debe permitir que continúe una injusticia porque ha sido así durante más de ocho décadas.
4. «No necesitamos más mezquitas en Estambul…»
¿Alguien pensaría que es razonable que tu mezquita local fuera tomada por el Gobierno y luego, cuando la pides que te la regresen, los funcionarios te rechazan diciendo: «hay muchas mezquitas en la ciudad y muchas están medio vacías: nosotros solo la estamos guardando»? Por supuesto no. Entonces, si no es lo suficientemente bueno para ti, ¿por qué debería ser lo suficientemente bueno para alguien más? De hecho, este fue el argumento utilizado por la RSS para hacerse cargo de la mezquita Barbari en la India.
Una mezquita no es una propiedad como cualquier otra. Es propiedad de Allah y no es algo que se nos permita racionalizar o intercambiar. Allah no necesita ni siquiera una mezquita, pero eso no significa que debamos dejar de construirlas o comenzar a regalarlas. Para ir por el argumento utilitario, entonces cualquier cosa que no esté en pleno uso por su propietario es justo que alguien más lo usurpe. Nunca aceptaríamos esto para nuestras posesiones, entonces, ¿cómo podemos aceptarlo para algo que no nos pertenece?
5. «Todo esto está políticamente motivado…»
Cada decisión en una esfera pública es política, o puede interpretarse como política, de alguna manera. La construcción de la Hagis Sofia en una magnífica catedral fue una decisión política de Justiniano. Convertirla en una mezquita tras la conquista también fue una decisión política de Muhammad Fatih. Detener las oraciones en la mezquita y convertirla en un museo fue una decisión política de Mustafa Kemal. Y ahora, volver al edificio para usarlo como mezquita y museo también es una decisión política del actual estado turco.
La pregunta no es si es un acto político volver el edificio a su antiguo estatus: de hecho siempre tendrá una dimensión política. La pregunta es si te gusta la política de alguien que fue alabado por el Profeta ﷺ en un hadiz y la convirtió en una mezquita (ese es Muhammad Fatih) o alguien que insultó al mismo Profeta ﷺ como un «árabe inmoral» y la convirtió en un museo (ese es Mustafa Kemal).
Elige de qué lado estás.
6. «Esto herirá los sentimientos de los no musulmanes y nos hará quedar mal».
Este es quizás el único argumento real de todos que tiene algún peso. Todos los argumentos anteriores son pantallas de humo intelectuales (en verdad no tan intelectuales) para el deseo de no herir los sentimientos de los demás, especialmente cuando necesitamos todos los amigos que podamos conseguir. Esto es comprensible dada nuestra situación geopolítica actual. Esta es también la razón por la cual es más probable que encuentres a esos musulmanes que viven como minorías objetando el cambio de estatus, reflejando sus propias situaciones precarias en sus respectivos países.
Sin embargo, si lo miramos objetivamente, vemos que este argumento también tiene limitaciones. Los musulmanes están igualmente afectados, si no más, por la limpieza étnica que tuvo lugar en Andalucía. ¿Acaso eso significa que recuperamos la Al-Hambra o la Mezquita de Córdoba? ¿Qué pasa con el Partenón, ya que solía ser una mezquita, conquistada por el mismo Muhammad Fatih? ¿Qué hay del Kremlin, ya que la Basílica de San Basilio fue hecha con ladrillos de una mezquita tártara? ¿Y podemos recuperar Filipinas, ya que intentamos no ofendernos unos a otros?
Tomar decisiones por motivos muy subjetivos de no causar ofensa no solo es poco práctico, sino que es insostenible.
Muchas expresiones de la fe islámica fuera de un paradigma estrecho de lo que es aceptable para audiencias específicas pueden considerarse ofensivas para algunos. Si tomáramos decisiones basadas en primer lugar para proteger la comodidad de los demás, terminaría con un conjunto de rituales sin fundamento en lugar de una fe. Es el equivalente de cambiar tu nombre a Bob en lugar de Muhammad, ya que te preocupa que incluso Mo fuera demasiado exótico. A veces, practicar nuestra fe y defender nuestras tradiciones culturales e históricas molestarán a otros no porque lo que estamos haciendo sea deliberadamente ofensivo o incorrecto, sino porque tenemos valores y estándares diferentes.
Conclusión
Lo más inquietante sobre el cambio de uso de la Hagia Sofia es el doble estándar en juego. Atenas ni siquiera tiene una mezquita, mientras que Estambul tiene cientos de iglesias y sinagogas: sin embargo, los griegos llaman intolerantes a los turcos. Los católicos romanos saquearon todos los tesoros de la Hagia Sofia y los llevaron a la iglesia de San Marcos en Venecia (donde todavía están hasta el día de hoy): sin embargo, es el Papa quien dice que está angustiado por los musulmanes, quienes de hecho preservaron la herencia bizantina, por convertirla en una mezquita y las iglesias católicas piden un día de luto.
Todos los comentaristas que pidieron que no se convierta nuevamente en una mezquita también están mudos en lo que respecta al tema de la Catedral de Granada construida en el lugar de una mezquita, o la Mezquita Barbri convertida en templo en la India, o la Mezquita Al Ahmar convertida en un bar en Palestina.
Pero esta es la naturaleza humana, y dirán lo que tendrán para decir. Sin embargo, como musulmanes, si estamos en contra de la reversión de la Hagia Sofia a ser una mezquita nuevamente, entonces realmente tenemos que mirarnos mucho a nosotros mismos. Así como Muhammad Fatih conquistó Constantinopla, debemos conquistar nuestra propia ignorancia, nuestro propio complejo de inferioridad y nuestras propias inseguridades.
Fuente: MuslimMatters