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Esta es la razón por la que los viajeros musulmanes del siglo X iban y venían entre España y la India

Escrito por Hassam Munir

 

Hoy en día, la mayor parte del libre flujo de comercio, ideas y personas que una vez atravesaron el mundo musulmán se ha ido, impedido por el surgimiento de los estados-nación en el siglo pasado. Aunque viajar y comunicarse son más fáciles que nunca gracias a la tecnología moderna, el espíritu de una civilización basada en una identidad islámica compartida se ha ido. Para ilustrar, en este artículo echemos un vistazo rápido al flujo de musulmanes españoles y productos a la India, y de musulmanes indios y productos a España, en el siglo X.

De Al-Andalus a Hind

Uno de los viajeros que surcó las olas en el mundo musulmán fue Muhammad ibn Mu‘āwiyah, que vivió en Córdoba, España, a principios del siglo XX. En el 907 abandona Córdoba, viajando por intercambio de conocimientos e ideas. Pero hubo una época en que este flujo florecía desde al-Andalus (España) hasta Hind (India) y viceversa, sin ser interrumpido por la política, primero a Egipto y luego a La Meca, Bagdad, Kufa y Basora, siempre tomando la oportunidad de aprender de los eminentes eruditos de estas ciudades. Luego avanzó hacia su destino final: India. Probablemente llegó a la India como comerciante. Sin embargo, algunas fuentes sugieren que vino a buscar la cura para una qarhah (úlcera) que había desarrollado; los médicos de España no habían podido tratarlo y le habían aconsejado que buscara ayuda en la lejana India.

Una vez que estuvo en la India, Muhammad buscó a un médico que le prometió curarlo a cambio de toda la riqueza que había traído consigo (como comerciante). Probablemente no fue una decisión fácil de tomar, pero Muhammad ya había sufrido mucho a causa de su úlcera y para entonces estaba dispuesto a pagar cualquier precio para que se la quitaran. El médico lo curó, pero luego le devolvió la mayor parte de las riquezas que le trajo Muhammad, quedándose solo con una parte justa y diciendo que solo había querido poner a prueba el amor de su paciente por la riqueza.

Sus pruebas aún no habían terminado. En un momento, estaba tratando de cruzar un río, probablemente el Indo o uno de sus ramales, y casi se ahoga; se salvó, pero perdió la mayor parte de su riqueza. No obstante era un comerciante exitoso, y cuando finalmente regresó a Córdoba en 937, unos 30 años después de que se había ido, le quedaban 30.000 dinares en su bolso, incluso después de pagar los gastos de su viaje a casa y no contabilizar el valor de su mercancía. Se dice que escribió una breve historia de al-Andalus y falleció en junio de 969.

Pero el flujo también fue al revés. Abu ‘Umar Ahmad ibn Sa‘īd (muerto en 1009) era conocido como Ibn al-Hindī porque sus antepasados recientes habían emigrado de la India a España. Vivió en Córdoba y sirvió como imām de la mezquita de Nakhīlah. Era un experto en fiqh (jurisprudencia) e historia de España, así como en la redacción de trámites para contratos (de matrimonio, negocios, etc.). Su libro sobre este último tema está considerado como el de mayor autoridad en la historia de Andalucía. También fue un poeta consumado que también recitó poesía para la corte real.

Higos y lino

El comercio fluía con la misma facilidad entre los dos puntos finales del mundo musulmán. Las frutas como el higo, materiales como la lana, el lino y el vidrio fueron importados a la India desde España. Sandías, cañas de azúcar, naranjas, marfil, almizcle, aloe y armaduras de madera iban en sentido contrario, de la India a España. De hecho, muchos de los nombres en inglés de estos artículos se originaron en lenguas indias y siguieron a estos artículos hasta al-Andalus y, desde allí, al resto de Europa. La palabra sánscrita sakkar, por ejemplo, se convirtió en sukkar en árabe, luego azúcar en español, luego sucre en francés y finalmente sugar en inglés. De manera similar, la palabra sánscrita naranj se convirtió en naranja en español y orange en francés e inglés.

El resurgimiento de este tipo de flujo en el mundo musulmán de hoy contribuiría en gran medida a cultivar un sentido de fe y cultura compartidas. Los médicos de al-Andalus sabían que los médicos de Hind podían tratar a su paciente, e Ibn al-Hindi no tuvo muchas dificultades para convertirse en un erudito islámico en al-Andalus. Los musulmanes de hoy necesitan participar activamente en actividades interculturales, desde aprender nuevos idiomas que se usan ampliamente entre los musulmanes hasta vacacionar en diferentes partes del mundo musulmán. Esta es la clave para reunir a nuestra ummah diversa.

 

Fuente: Mvslim

 

Referencias: Imamuddin, S. M. (1981). Commercial and Cultural Relations Between Spain and Pak-Indo Subcontinent in the 10th Century. Islamic Studies, 20(3), 275-282.

 

Acerca de Hassam Munir

Hassam Munir es estudiante e investigador independiente de Historia islámica con sede en Toronto, Canadá. Le gusta mirar el pasado desde perspectivas frescas y diversas. Es el fundador del proyecto iHistory, donde escribe blogs con regularidad. Para leer más sobre el trabajo de Hassam sobre la historia islámica, visita www.ihistory.co.