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Las Mezquitas en el Tiempo del Profeta y Ahora: ¿Qué ha Salido Mal?

Escrito por el Dr. Md. Mahmudul Hasan

Primera mezquita informal

Al principio de su misión profética, el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) sintió la necesidad de un lugar para las oraciones congregacionales, así como para los intercambios sociales, culturales y educativos. Dadas las crueldades de los opresores de La Meca, él y sus seguidores no podían reunirse ni rezar en público. Mientras tanto, con la aceptación del Islam por al-Arqam Ibn Abi al-Arqam (c. 597-675), el número de sus seguidores llegó a siete u ocho.

Al-Arqam ofreció su casa como santuario para que el Profeta rezara con los nuevos conversos y los capacitara. Dar al-Arqam (la casa de al-Arqam), como llegó a conocerse, estaba ubicada en un lugar estratégico donde era relativamente seguro para los musulmanes reunirse. Se considera no solo como el primer lugar de encuentro para que los musulmanes recen, sino también como su primer centro educativo.

La primera mezquita formal

La violencia contra los musulmanes en La Meca alcanzó un nivel insoportable; el Profeta y sus compañeros tuvieron que emigrar a Medina en 622 (año 13 de la profecía).

Allí, en el primer año de Hégira (migración), él y sus seguidores construyeron una casa de culto pública llamada Masyid Quba. A unos tres kilómetros al sur de al-Masyid al-Nabawi (la mezquita del Profeta), hasta el día de hoy es un gran establecimiento para la oración.

Ese mismo año, el Profeta junto con sus compañeros construyeron al-Masyid al-Nabawi que se convirtió en el centro de sus actividades religiosas, educativas y administrativas.

Fue un centro para la construcción de conocimiento colectivo, siendo el Profeta el principal educador. Su “estructura rudimentaria y sin pretensiones” satisfacía “las necesidades espirituales, sociales, educativas y políticas” de los musulmanes (Omer, 2010: 119 y 121).

Fue un espacio multifuncional y multifacético que jugó un papel fundamental en el desarrollo de la primera comunidad musulmana.

Simple y resuelta

Al-Masyid al-Nabawi es actualmente una de las mezquitas más magníficas del mundo. Sin embargo, cuando fue construída por primera vez, estructuralmente, representó simplicidad y determinación. La modestia y austeridad de su estructura era proverbial. Una vez llovió mientras el Profeta dirigía una oración congregacional. El techo de la mezquita tenía goteras y el Profeta estaba “postrado en agua y barro” y tenía una “marca de barro en la frente” (Omer, 2010: 123).

Sobre la arquitectura y las funciones de la mezquita del Profeta, la escritora e historiadora teológica Karen Armstrong (2002: 14) afirma:

Era un edificio tosco, que expresaba la austeridad del ideal islámico del comienzo. Troncos de árboles sostenían el techo, una piedra marcaba la alquibla (la dirección de la oración) y el Profeta se paraba en el tronco de un árbol para predicar. Todas las mezquitas futuras, en la medida de lo posible, se construirían de acuerdo con este modelo. También había un patio, donde los musulmanes se reunían para discutir todas las preocupaciones de la ummah: sociales, políticas, militares y religiosas.

El difunto escritor británico Idris Tawfiq comenta sobre la sencillez del Profeta y sobre la absoluta sencillez de su mezquita, que también era su centro administrativo. Él afirma:

«¿Cuál es Muhammad?» Tan humilde era el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con él) que los extraños que lo buscaban en la mezquita de Medina tenían que preguntar esto. Sentado en la fila de creyentes para las oraciones diarias, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él), con su porte sencillo y modesto, no podía distinguirse de nadie más. (Tawfiq, 2008: 12)

Como gobernante, el Profeta no tenía un palacio ni una estructura administrativa separada. Tampoco contaba con una imponente residencia oficial. La sede de su gobierno estaba dentro de los muros de al-Masyid al-Nabawi y su residencia, dentro de ella.

Poco convencional y eficaz

En ese momento, la mayoría de los gobernantes tenían palacios que funcionaban como principales centros de poder. Sin embargo, el Profeta fue en contra de la corriente de la convención. Se centró en la eficacia de su mezquita, no en su magnificencia física.

Eso no quiere decir que no le gustaran los estilos arquitectónicos o que se opusiera a las comodidades. Quizás, construir una magnífica mezquita no era una prioridad entonces. Tampoco estaba dentro de los medios de la entonces incipiente comunidad musulmana. Sin embargo, lo que es importante señalar es que la ausencia de una gran mezquita no fue un impedimento para que el Profeta difundiera el mensaje del Islam.

El Profeta hizo un uso óptimo de su mezquita. Para él, sus funciones eran más importantes que su forma arquitectónica. En otras palabras, la forma es importante, pero “solo en la medida en que complementa y mejora la función” (Omer, 2010: 137).

En el humilde escenario de al-Masyid al-Nabawi, el Profeta entrenó a sus compañeros que en unas pocas décadas cambiaron la faz del mundo. Ayudaron a difundir el Islam a los rincones más lejanos del mundo. La semilla de lo que más tarde se convirtió en muchas civilizaciones, que se ramificaron desde la raíz del Islam, se plantó en la mezquita del Profeta.

Las mezquitas ahora

La mayoría de las mezquitas en el mundo actual destacan por su belleza y diseño arquitectónico exterior e interior. Sus características artísticas y señas de identidad estéticas tienen su propio valor y deben tratarse con respeto. Sin embargo, muchas de ellas carecen de funciones importantes y son valoradas principalmente por su ornamentación miserable. En esto radica un motivo de preocupación y lástima; indica una debilidad en la base de la sociedad musulmana.

En este sentido, el Profeta dejó severas advertencias que son ampliamente conocidas e igualmente ignoradas. En un hadiz, el Profeta dijo:

«La Hora no comenzará antes de que la gente se jacte de sus mezquitas». El narrador, Ibn Abbas (que Allah esté complacido con él), agregó: «Adornarán sus mezquitas como lo hicieron los judíos y los cristianos con sus templos». (qtd. en Elshinawy, 2018)

Al advertir sobre la futura decadencia y el declive de la ummah musulmana, según los informes, dijo que llegaría un momento en que las mezquitas serían estructuras imponentes y espléndidas pero carentes de verdadera guía e iluminación (Mishkat Ul Masabeeh, 2004: 72 [hadiz n° 276] ). Aunque este hadiz está clasificado como débil por los eruditos, podemos ver que algunas de sus predicciones ya se están materializando en nuestro tiempo. Dada la triste condición en la que se encuentran la mayoría de los musulmanes en todo el mundo hoy en día, estas premoniciones deberían tocarles la fibra sensible.

Lamentablemente, las comunidades musulmanas no parecen aprender las lecciones apropiadas de estas profecías que ilustran una paradoja fundamental en el concepto de mezquita. En un momento en el que los musulmanes se enfrentan a “un drástico declive cultural y civilizatorio” y a otros desafíos, quizás sea “inapropiado” para ellos “verse abrumados por erigir, adornar y decorar lujosamente sus edificios” (Omer, 2015: 13).

En otras palabras, como durante la época del Profeta, quizás no sea una prioridad para las comunidades musulmanas de hoy erigir hermosas mezquitas solo para la elaboración arquitectónica. El impacto de tales mezquitas en la mejora de la calidad de los musulmanes no va más allá del atractivo estético.

Lo que falta

Es cierto que muchas mezquitas están diseñadas específicamente y se utilizan como sitios de socialización. A menudo “una fuente de orgullo, confianza y celo” (Omer, 2015: 23), juegan un papel importante en la transmisión de valores culturales y religiosos a las generaciones más jóvenes. Muchas mezquitas magníficas son estructuras muy respetadas, tienen importancia artística e histórica y se han convertido en atracciones turísticas. Todas estas características y usos de las mezquitas no son necesariamente incompatibles con las enseñanzas islámicas. Quizás no haya nada de malo en decorar mezquitas con imágenes permitidas y en atraer visitantes a sus instalaciones.

Sin embargo, muchas funciones importantes de las mezquitas faltan y son olvidadas. En la mayoría de los casos, la celebración de oraciones en congregación se considera la única actividad para la que ahora se construyen mezquitas. Uno de los propósitos más importantes de las mezquitas que lamentablemente se ha ignorado y debe restaurarse es el servicio educativo a la comunidad. Hoy en día, las mezquitas no se consideran centros para impartir conocimientos; la mayoría de los imames y jatibs no se cuentan como educadores; y las jutbahs (sermones) no se tratan como un medio para educar a la congregación.

Qué se necesita

Para recuperar el papel educativo de las mezquitas, los imames y los jatibs deben tener más conocimientos sobre varios aspectos de las enseñanzas islámicas. También deben conocer otras tradiciones religiosas, así como las cosmovisiones seculares. Deben estar mejor capacitados para educar a la comunidad e interpretar el Islam para un entorno contemporáneo. Su ámbito de trabajo necesita ser reexaminado y redefinido.

Las jutbahs de los viernes en las mezquitas deben adaptarse para cumplir con los requisitos de la comunidad y su contenido, actualizarse periódicamente en respuesta a los diversos desarrollos en la sociedad. Las jutbahs deben abordar los debates actuales y discutir los problemas y desafíos que enfrenta la sociedad musulmana y el mundo en general.

Los temas de las jutbahs deben ser más relevantes para los desarrollos y necesidades contemporáneos, lo que merece un estudio por separado y más discusión y elaboración.

 

Fuente: About Islam

Obras citadas

Armstrong, Karen. 2002. Islam: A Short History. New York: Modern Library.

Elshinawy, Mohammad. 2018. “The Prophecies of Prophet Muhammad.” Retrieved on Dec 20, 2020 from <https://yaqeeninstitute.org/mohammad-elshinawy/the-prophecies-of-prophet-muhammad>

Mishkat Ul Masabeeh, Vol. 1. 2004. Ed. Khairy Said. Cairo: Al Tawfikia.

Omer, Spahic. (2010). “Some Lessons from Prophet Muhammad (SAW) in Architecture: The Prophet’s Mosque in Madīnah.” Intellectual Discourse, 18(1): 115-40.

Omer, Spahic. (2015). “Mosque Decoration between Acceptance and Rejection.” Islamic Studies, 54(1-2): 5-38.

Tawfiq, Idris. 2008. “Prophet Muhammad: The Best Example for Youth Today.” Al-Baiyyinah: A Magazine of Witness-Pioneer International, April-June: 12-13. Retrieved on Dec 20, 2020 from <http://docshare01.docshare.tips/files/4030/40302295.pdf>

Dr Md. Mahmudul Hasan is with the Department of English Language and Literature, International Islamic University Malaysia. Email: [email protected]

 

Acerca del Dr. Md. Mahmudul Hasan

El Dr. Md. Mahmudul Hasan trabaja en el Departamento de Lengua y Literatura Inglesas de la Universidad Islámica Internacional de Malasia.