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Respondiendo a la Hostilidad con Buenos Modales

Escrito por Sumayyah Meehan

 

Todos se enfrentan a la hostilidad en algún momento u otro. Las razones varían, ya sea que tenga que ver con tu identidad como musulmán o algo que no tenga que ver con un tema religioso.

Como conversa al Islam y estadounidense, he enfrentado el peor tipo de hostilidad en ocasiones.

Crecí en una familia que era cristiana, pero nunca vi a nadie practicando la religión.

Mi madre me llevó a la iglesia tal vez una o dos veces que yo recuerde. Y el único contacto que tuve con la Biblia fue cuando estaba haciendo las tareas del hogar. Básicamente era un «accesorio» religioso y se mantenía en la mesa de café para acumular polvo.

¡Te irás directo al infierno!

Entonces, cuando le anuncié a mi madre que estaba abrazando la fe islámica hace casi 16 años, su reacción fue impactante dado que nunca había sido particularmente religiosa en toda mi vida. Su mirada de incredulidad e ira fue la peor. Y sus amargas declaraciones de:

«¡Te irás directo al infierno!», «¡Los musulmanes son unos perversos!» y «¡Será mejor que dejes esa religión antes de que sea demasiado tarde!» llegaron segundos después. También me he enfrentado a reacciones similares de otros miembros de la familia e incluso amigos cercanos.

A pesar de todo, he descubierto que enfrentar la hostilidad con buenos modales es el mejor medio de discurso.

Por definición, la hostilidad es “Comportamiento hostil; hostilidad u oposición». La hostilidad es verbal o física. Alguien que hace comentarios groseros o incendiarios está participando en hostilidad verbal.

Este tipo de hostilidad puede salirse de control fácilmente si respondes con enojo o comentarios ofensivos similares. La hostilidad física es cuando alguien invade tu espacio personal y toca cualquier parte de tu cuerpo, como empujarte o agarrarte del brazo.

Nuevamente, este tipo de hostilidad puede transformarse fácilmente en un altercado peligroso, especialmente si tu respuesta es similar.

Al buscar formas de combatir la hostilidad, uno no tiene que mirar más allá de la Sunnah de Muhammad (la paz sea con él). Por la gracia de Dios, Exaltado es, a los musulmanes se les ha dado el ejemplo perfecto. Dios Todopoderoso dice en el Corán:

En el Mensajero de Dios hay un bello ejemplo para quienes tienen esperanza en Dios. (Al-Ahzab 33:21)

Nuestro amado Profeta fue atormentado constantemente cuando declaró su profecía a su comunidad y durante varios años después de eso.

Sus detractores lo llamaron “loco” y lo agredieron físicamente cada vez que se presentaba la oportunidad. Le pusieron heces de animales en sus ollas, le tiraron basura e incluso le pusieron las entrañas de un camello en la cabeza mientras se postraba durante la oración.

¿Y quién podría olvidar el ataque a nuestro amado Profeta en Taif cuando sus piernas fueron golpeadas tan severamente que hasta sus sandalias se mancharon con sangre?

Todas y cada una de las veces, independientemente del daño infligido, el Profeta respondió a la hostilidad con buenos modales e incluso hizo du’a por sus abusadores. El Profeta Muhammad dijo una vez:

“Solo me han enviado a tener perfeccionar los buenos modales”. (Al-Bujari)

Y en otro hadiz encontramos que estaba tan interesado en tener buenos modales que suplicó diciendo:

«Oh Al-lah, has hecho que mi forma exterior sea hermosa, así que haz que mi actitud también sea buena». (Narrado por Ibn Hibban)

Ante la hostilidad hay varias formas no solo de superar la situación sino también de calmarla para evitar un altercado físico que seguramente causará más daño que bien.

Controla tu ira

Cuando alguien es hostil hacia ti, la ira es una respuesta natural. Sin embargo, el hecho de que te hayan provocado no te da excusa para reaccionar de manera hostil.

Es muy sabio controlar la ira, ya que sucumbir a ella puede llevar a una serie de escenarios negativos de los que es difícil salir. El Profeta, la paz sea con él, dijo:

“El hombre fuerte no es el que puede luchar; el hombre fuerte es el que se controla a sí mismo en el momento de la ira”. (Al-Bujari)

Nuestro Profeta incluso nos dio el consejo de sentarnos o acostarnos como una forma de controlar la ira. Y aunque es posible que no siempre estés en posición de sentarte o acostarte cuando estás enojado, puedes crear una imagen mental de ti mismo en esa posición para ayudar a aliviar la ira.

Se consciente del lenguaje corporal

Puede que no estés pronunciando una palabra, pero tu cuerpo es quien habla todo. Cuando estás frente a la hostilidad, puede que tiendas a cruzar los brazos como mecanismo defensivo para aislarte un poco de la situación.

Esto envía el mensaje a tu adversario de que no te importa lo que está diciendo, lo que puede enfurecerlo aún más. También se debe evitar poner los ojos en blanco o hacer muecas, ya que puede aumentar aún más la ira. En su lugar, adopta una expresión facial neutra y mantén los brazos cómodamente a los lados.

Da argumentos sólidos

Ya sea que la fuente de la hostilidad sea un malentendido en el lugar de trabajo o se base únicamente en el hecho de que eres musulmán, da argumentos sólidos llenos de hechos para defenderte del ataque negativo.

Al hablar, usa un tono de voz neutro, sin emociones. Gritar o levantar la voz no permitirá que se escuche tu voz y encenderá aún más la hostilidad.

Por ejemplo, si encuentras que la hostilidad se debe a un estereotipo sobre el Islam, usa tu conocimiento islámico no solo para disipar la etiqueta, sino también para llevar conocimiento a tu adversario. Una ventaja adicional es que cualquier persona en las cercanías también adquirirá un poco de conocimiento islámico en el proceso.

Simplemente aléjate

Cuando todo lo demás falle, una de las cosas más nobles e inteligentes que puedes hacer es simplemente alejarte. No tiene sentido discutir con alguien que se comporta de manera irracional y tiene el potencial de infligir daño verbal o físico.

Al alejarte, tu yo físico se aleja de la situación. En una situación ideal, esto sería suficiente para poner fin a la hostilidad.

Sin embargo, en realidad, el agresor puede seguirte mientras intentas salir o incluso agredirte físicamente. En este caso, tienes el derecho absoluto de protegerte de cualquier daño.

Busca consejo a través de la oración

Al igual que con todos los asuntos de la vida, debemos volvernos a Dios en oración y súplica sincera, o duaa, para aliviar la angustia y brindar consuelo, con Su permiso.

La oración islámica trae una sensación de paz incluso durante los momentos más difíciles. Busca el consejo de Dios Todopoderoso y abre tu corazón para liberar problemas o preocupaciones.

Permanece firme en tus oraciones y duaas con la esperanza de recibir alivio y recompensa en esta vida y en la otra. Dios dice en el Corán:

Invoquen a su Señor con humildad en privado. Él no ama a los transgresores. (Al-A’raf 7:55)

Nunca dudes del poder de la oración islámica y las duaas sinceras para aliviar incluso las situaciones más estresantes.

 

Fuente: About Islam