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¿La Ciencia está en conflicto con la Religión?

Por Salah Zaimeche

 

El aparente conflicto entre ciencia y religión es una creación exclusivamente occidental. El Islam, a diferencia del Catolicismo medieval, se observa que «no hizo nada para sofocar el espíritu de investigación científica».

Extracto resumido del artículo completo: El Islam y la ciencia por Salah Zaimeche

“¡Lee! [¡oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de una célula embrionaria. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso. Enseñó la escritura con la pluma y le enseñó al hombre lo que este no sabía”. Corán 96: 1-5

Hoy, la separación no es solo entre Cristianismo y Ciencia, sino entre religión en general y ciencia. La razón es que la Ciencia, que las naciones y personas de todo el mundo buscan adquirir, es ciencia occidental.

Esa Ciencia había surgido en conflicto con la religión. La Ciencia musulmana, sin embargo, había crecido en concierto y armonía con la religión. Este hecho, impuesto por la Ciencia dominante, la realidad actual, y la ausencia de conocimiento histórico, lleva fácilmente a la gente a creer que, por regla general, la Ciencia y la religión conviven en conflicto. Sin embargo, como dice Ali Kettani, «afirmar que todas las experiencias religiosas son iguales y proyectar la experiencia occidental al mundo musulmán es el resultado de una grave ignorancia de las realidades históricas» (nota 3).

El aparente conflicto de la ciencia y la religión, y su separación en «compartimentos estancos», como lo expresa Sadar (Nota 4), es una creación exclusivamente occidental, el resultado de las hostilidades entre quienes afirmaban ser los custodios del Cristianismo y quienes desafiaban su poder. Y agrega que «dar un salto inductivo de lo que fue una experiencia particularmente europea y generalizarlo a un conflicto global entre ciencia y religión no solo es eurocéntrico sino también una erudición pobre» (nota final 5).

El Islam, a diferencia del Catolicismo medieval, se observa que «no hizo nada para sofocar el espíritu de investigación científica» (nota 6). Y un resultado fue que, desde Basora hasta Córdoba, grandes universidades surgieron siglos antes del primer studium generale en la cristiandad; «la biblioteca de Córdoba contenía 600.000 libros, y el arte del mundo árabe estaba a la par con su erudición» (nota final 7).

Sin embargo, parece que tales afirmaciones precedentes tienen poca relación con la realidad. En primer lugar, la imagen que se ofrece del Islam, incluso la que ofrecen los musulmanes, contradice los puntos anteriores. Los musulmanes son representados de manera muy desfavorable en televisión, revistas, películas y medios de comunicación diarios. Hay un bombardeo constante de opiniones de artículos, hechos inventados, fotografías desagradables de musulmanes. No es sorprendente que en cualquier mente, la simple idea de que estas personas y esa religión tengan algún vínculo, por débil que sea, con la civilización y la ciencia sea un hecho imposible.

Los historiadores y otros formadores de opinión también enfatizan los momentos oscuros de la historia islámica con tales habilidades y alta competencia que es como si los musulmanes, peores que los mongoles, dejaran solo muerte y destrucción a su paso, además de esclavizar a todo ser que cae bajo sus garras. (nota final 8) La propia nación musulmana, que carece de orden, poder y organización, también es en parte responsable de esa mala imagen.

 

Fuente: Muslim Heritage