¿Cómo era el Hayy en la era preislámica?
«¿Podrían aclararme los ritos del hayy en la época preislámica?»
Repuesta
En el Nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso.
Toda alabanza y agradecimiento se deben a Dios, y la paz y las bendiciones sean con Su Mensajero.
En esta fatwa:
- El hayy y sus ritos fueron ordenados por primera vez por Dios en la época del Profeta Abraham (la paz sea con él).
- Con el paso del tiempo, la gente cambió tanto la forma como el objetivo de los ritos del hayy. La distorsión alcanzó su punto máximo con la introducción de ídolos en la Kabah.
- Este estado de distorsión continuó hasta el nacimiento del Profeta Muhammad; quien revivió los rituales del hayy y su verdadero espíritu.
Con respecto a tu pregunta, te citamos lo siguiente:
El hayy durante la época del Profeta Abraham
El hayy y sus ritos fueron ordenados por primera vez por Dios en la época del Profeta Abraham (la paz sea con él). Sin embargo, con el paso del tiempo, la gente cambió tanto la forma como el objetivo de los ritos del hayy. La distorsión alcanzó su punto máximo con la introducción de ídolos en la Kabah.
Muchas tribus importantes solían venir a La Meca con sus aliados y esclavos y acampaban allí por separado. Los poetas elogiaron la valentía, el renombre, la dignidad, la fuerza y la generosidad de sus compañeros de tribu. También satirizaron a las otras tribus inventando cuentos exagerados sobre la cobardía, la tacañería y la debilidad de estos últimos. Las tribus iniciaron concursos de generosidad.
Para afirmar su superioridad, el jefe de cada tribu instalaba enormes calderos, sacrificaba numerosos camellos y cocinaba la carne. También distribuía todo esto para los «peregrinos» de forma gratuita.
El único objetivo de esta extrema generosidad era exaltar su nombre en toda Arabia. También fue por la publicidad que esta persona sacrificaba tantos camellos y daba comida a tanta gente.
La gente se entregó al canto, la bebida, el adulterio y varios tipos de inmoralidad. Además, el pensamiento de Dios apenas se le ocurría a nadie.
La reducción de los ritos del hayy
El rito religioso del tawaf (dar vueltas alrededor de la Kabah) se redujo a una vuelta. Hombres y mujeres realizaban el tawaf completamente desnudos. Decían: “Iremos ante Dios en la misma condición en que nuestras madres nos dieron a luz”.
La oración en el sitial de Abraham estaba acompañada de palmas, silbidos y toques de cuernos. El nombre de Dios era pronunciado en la oración de intención conocida como talbiyah (Labbayk Al-lahumma labbayk; “Aquí estoy presente, Mi Señor, estoy presente”).
Sin embargo, incluso esta expresión de reverencia fue distorsionada por las siguientes adiciones; “Nadie es Tu socio excepto aquel a quien Tú lo permites. Eres su amo y el amo de lo que posee».
También se hacían sacrificios en nombre de Dios. Sin embargo, la sangre de los animales sacrificados se vertía sobre las paredes de la Kabah en la creencia de que Dios exigía carne y sangre. Incluso los cuatro meses sagrados (Shawwal, Dhul-Qi’dah, Dhul-Hiyya y Muharram) no estuvieron a salvo de su manipulación.
Poca consideración a los meses sagrados
Las generaciones posteriores prestaron poca atención a la santidad de estos meses, y cuando querían pelear, simplemente convertían un mes sagrado en un mes ordinario para ese año, luego lo compensaban en el año siguiente.
Algunas personas que tenían buenas intenciones en la religión solían emprender el hayy sin ninguna provisión para el viaje y viajaban allí mendigando comida en el camino. Consideraron esta forma de mendigar un acto de piedad. Afirmaron que eran mutawakkilun (aquellos que tienen plena confianza en Dios) y que se dirigían hacia la Casa de Dios; por lo tanto, no tenían necesidad de materiales mundanos.
Hacer negocios y trabajar para ganarse la vida durante el viaje del hayy se consideraba ilegal. Otros solían renunciar a la comida y el agua durante el hayy y consideraban esta abstención como parte de la adoración, mientras que otros dejaban de hablar desde el comienzo del hayy hasta su final.
El profeta Muhammad y la reactivación de los rituales del hayy
Estos ritos distorsionados del hayy continuaron practicándose durante casi dos mil quinientos años. Ningún profeta árabe nació durante este largo período, ni la enseñanza genuina de ningún profeta llegó al pueblo de Arabia. Finalmente, sin embargo, llegó el momento en que Dios respondió a la duaa (súplica) que el Profeta Abraham había hecho mientras levantaba los muros de la Kabah: «¡Señor nuestro! Haz surgir de entre nuestra descendencia un Mensajero que les recite Tus palabras y les enseñe el Libro y la sabiduría, y los purifique. Tú eres el Poderoso, el Sabio». (Al-Baqarah 2:129)
En consecuencia, surgió un hombre de la descendencia de Abraham cuyo nombre era Muhammad ibn Abdul-lah. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) revivió la misma religión genuina y pura que había sido enseñada por el Profeta Abraham.
En el transcurso de 21 años, completó la misión de purificar la Kabah y establecer la religión de Dios como la ley de la Tierra, y nuevamente declaró a la Kabah como el centro universal para los adoradores del Único Dios Verdadero.
Junto con el renacimiento del hayy, todas las costumbres desviadas e idólatras del Período de la Ignorancia que se habían vuelto desenfrenadas desde la época del Profeta Abraham fueron completamente eliminadas.
La destrucción los ídolos alrededor de la Kabah
Todos los ídolos en la Kabah fueron destrozados y removidos, y se detuvo la adoración a otro que no sea Dios que se estaba haciendo allí. Todos los rituales inventados fueron barridos, y todas las ferias y carnavales fueron detenidos.
Además, se ordenó que la adoración de Dios solo se llevara a cabo de la manera prescrita. El Profeta dijo: “Realicen los ritos del hayy como los hago yo”.
Se detuvieron todas las competencias entre poetas en las exaltaciones de sus antepasados y los logros de los miembros del clan. En cambio, Dios les dijo: “Y cuando hayan terminado con los ritos que deben realizar, celebren el nombre de Dios tal como celebran la memoria de sus padres, y más aún”. (Al-Baqarah 2:200)
El final de las prácticas extrañas alrededor de la Kabah
Se terminaron todas las competiciones de generosidad, que estaban destinadas únicamente al orgullo y la fama, y en su lugar se revivió el sistema que existía en los días de Abraham, por el cual los animales eran sacrificados exclusivamente en el nombre de Dios para que los peregrinos pobres pudieran ser alimentados durante el hayy.
Dios Todopoderoso dice: “Coman y beban con mesura, porque Dios no ama a los derrochadores”, (Al-A’raf 7:31). “Mencionen el nombre de Dios sobre ellos cuando estén dispuestos en fila [para ser sacrificados]. Luego, cuando se desplomen sobre sus costados [sin vida], coman de ellos y den de comer al mendigo y al necesitado”, (Al-Hayy 22:36).
También se detuvo la práctica de salpicar la sangre de los animales sacrificados en las paredes de la Kabah y arrojar allí su carne. Dios les informó que, “Dios no necesita de la carne ni de la sangre [de sus ofrendas], Él desea que ustedes alcancen la piedad [mediante la práctica de este rito]”, (Al-Hayy 22:37).
El Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) prohibió estrictamente andar desnudo por la Kabah por mandato de Dios. Y Dios explicó además: «Diles: ‘¿Quién les ha prohibido vestir con las prendas elegantes que Dios les ha concedido a Sus siervos y beneficiarse de todo lo bueno que Dios les ha proveído?'». (Al-A’raf 7:32)
También estaba estrictamente prohibido intercambiar los meses sagrados para convertir los meses haram en meses halal con el propósito de la batalla. Dios Todopoderoso dice: “Cambiar los meses sagrados es acrecentar aún más la incredulidad. Así se extraviaron los que se negaron a creer, unos años lo declaraban [al combate] lícito durante determinados meses, mientras que otros años lo declaraban ilícito [durante esos mismos meses], pero siempre hacían que el número de meses sagrados fuera cuatro para que de esta manera coincidiera con el número de meses que Dios había decretado que fueran sagrados”, (At-Tawbah 9:37).
También estaba prohibido comenzar el hayy sin tomar provisiones y Dios dijo: “Tomen provisiones para el viaje, pero [sepan que] la mejor provisión es la piedad”, (2:197).
Anteriormente se consideraba un acto de piedad no comerciar durante el hayy porque se consideraba ilegal en esta condición utilizar fuentes de sustento. Este concepto también fue rechazado por Dios, quien dice: «No cometen ninguna falta si buscan el sustento de su Señor [comerciando]. Cuando salgan en multitudes de [el valle de] ‘Arafat, y se encuentren en Al-Mash’ar Al-Harám, recuerden a Dios», (Al-Baqarah 2: 198).
Se puso fin al sistema de realizar el hayy sin hablar, sin comer y sin beber.
Nuevos significados del hayy
Después de abolir todas las demás costumbres preislámicas, el hayy se convirtió en un modelo de piedad, temor de Dios, pureza, sencillez y austeridad. Cuando los peregrinos salían de sus casas, se les ordenaba purificarse de toda contaminación mundana, abandonar las relaciones sexuales con sus esposas y abstenerse de lenguaje obsceno y actos indecentes.
En todos los caminos que conducen a la Kabah, se colocaron marcas para indicar los miqats, los puntos más allá de los cuales todos los peregrinos deben llevar la vestimenta sencilla del ihram. Esta consiste en solo dos piezas para los hombres. Para que los ricos y los pobres sean iguales, se eliminen las distinciones de diferentes nacionalidades y todos puedan aparecer en la corte de Dios en un estado de unidad como adoradores llenos de humildad.
Se hizo haram cazar cualquier animal mientras se está en estado de ihram. El objetivo es crear una atmósfera de paz y hacer que las mentes de los peregrinos se inclinaran espiritualmente.
Los cuatro meses sagrados volvieron a ser sagrados para que reinara la paz en todos los caminos que conducían a la Kabah y ningún peregrino fuera molestado en el camino. Ahora, cuando los peregrinos llegan a la Kabah, no hay festivales ni carnavales, ni diversión ni juegos, ni jolgorio.
Solo debe haber recuerdo de Dios en cada paso. Hay oraciones, sacrificios de animales, tawaf de la Kabah. El único eslogan que debe proclamarse en voz alta es la talbiyah: “Aquí estoy presente, oh Al-lah, para Ti. Estoy presente. Estoy presente. No tienes asociado, estoy presente. En verdad, todas las alabanzas y bendiciones se deben a Ti. Y a Ti pertenece toda la soberanía. No tienes asociado».
El Profeta (la paz sea con él) dijo lo siguiente sobre un hayy ordenado, limpio, desinteresado y sincero: “Quien realice el hayy únicamente para Dios y en el transcurso del mismo se abstenga de actos sensuales y pecaminosos, regresará tan puro como un niño recién nacido”, (Al-Bujari y Muslim).
Dios Todopoderoso sabe más.
Fuente: About Islam