Figuras bíblicas reimaginadas: la historia completa de Moisés
Por Aisha Stacey
El profeta Moisés es una figura central en los textos sagrados del Judaísmo, el Cristianismo y el Islam.
Mucho después de la época del profeta José, el pueblo judío había sido reducido a la esclavitud a manos de los egipcios. Su historia y el Éxodo impregnan la vida religiosa de los judíos y todavía se hace referencia al Profeta Moisés como «Moisés nuestro maestro».
Moisés guió a su pueblo fuera de Egipto y en su nombre recibió la Torá que incluía no solo los Diez Mandamientos, sino un total de 613 mandamientos.
Moisés es la persona del Antiguo Testamento más mencionada en el Nuevo Testamento. En las tradiciones judeocristianas y en el islam, Moisés es conocido y respetado como líder religioso y legislador.
El profeta Moisés, como todos los profetas, es una figura venerada en el Islam. Se le considera tanto un Profeta como un Mensajero. En su papel de profeta, difundió el mensaje de que solo hay un Dios y, como mensajero, llegó a su pueblo con un conjunto específico de leyes. Su papel no es muy diferente de la versión judeocristiana de Moisés.
Moisés en el Corán
Sin embargo, el Islam es capaz de darnos una visión mucho más amplia de su carácter y su historia. Se le menciona 120 veces en el Corán y su historia abarca varios capítulos, lo que la convierte en la narración más completa y detallada.
Cualquier relato de la vida de Moisés está lleno de lecciones y orientación para toda la humanidad. Sin embargo, las lecciones del Corán no se encuentran solo en la historia que el Judaísmo y el Cristianismo llaman Éxodo, sino que comienzan cuando él era un bebé recién nacido.
El capítulo 28 del Corán se titula La narración y los primeros 45 versos se centran únicamente en Moisés. Cuenta la historia de manera concisa desde el momento del nacimiento de Moisés hasta el momento en que se le dieron los Mandamientos. A lo largo de los otros capítulos del Corán, se revelan pequeños detalles y se completa la historia.
Nacimiento
Moisés nació en una época de conflictos políticos y agitación civil y lo primero que aprendemos sobre él es que su madre era una mujer piadosa e ingeniosa. Desde el principio demostró plena confianza en la voluntad y los mandatos de Dios.
En el año del nacimiento de Moisés, los hijos varones recién nacidos de los Hijos de Israel eran asesinados rutinariamente. Los matones egipcios vagaban por las calles alerta por los sonidos del llanto de un recién nacido.
Cualquiera que haya sostenido a un niño en sus brazos sabe el miedo que debe haber estado asfixiando a los Hijos de Israel, sin embargo, en esta situación palpable, la madre de Moisés envolvió a su bebé recién nacido de forma segura y lo puso a flotar en el río Nilo.
La primera lección que aprendemos es que cuando todo lo que te rodea parece querer robarte tu bienestar, pon tu confianza en Dios y pregúntate cómo quiere Él que te comportes. La madre de Moisés confió y pronto su hijo estuvo seguro de vuelta en sus brazos.
Los seres humanos planean y traman, pero el plan de Dios siempre tiene prioridad. En la versión bíblica, Moisés es recibido en la casa real por la hija del Faraón, pero el Corán nos dice que fue su esposa Asia, que no tenía hijos.
El carácter fuerte de Moisés
Asia era una creyente secreta en el Dios Único y no reconocía a su esposo como el dios que se presentaba a sí mismo. Los eruditos islámicos nos dicen que la madre biológica de Moisés pudo vivir en el palacio debido a su papel como nodriza.
Aquí hay una dimensión del carácter de Moisés de la que no obtenemos un sentido de la Biblia. Moisés fue criado por dos mujeres muy fuertes y religiosas. Asia finalmente fue ejecutada por su esposo porque se negó a renunciar su creencia.
El Islam nos dice que Moisés era fuerte; fuerte de carácter y fuerte de constitución física. Defendía a los miembros más débiles de la sociedad y eso fue lo que lo llevó a matar sin querer a un egipcio y buscar refugio y una nueva vida en Madián. Cuando Moisés regresó a Egipto, necesitaba su propia fuerza y la fuerza de su hermano Aarón.
La versión bíblica de la historia de Moisés nos haría creer que Moisés era muy reacio a obedecer a Dios y tuvo que ser convencido, mientras que el Corán nos dice que Moisés participó voluntariamente en el plan de Dios y solo solicitó que su hermano Aarón lo acompañara.
Moisés quería que su hermano Aarón fuera su compañero en la profecía y en esta peligrosa misión de confrontar a Faraón porque era fuerte, elocuente y persuasivo. Dios confirió la profecía tanto a Moisés como a Aarón y formaron un equipo formidable.
Fueron a Faraón y entregaron su mensaje, pero fue Moisés quien le habló a Faraón acerca de Dios sin confrontación, como se le había instruido.
Cada vez que una persona está unida con su hermano en un sentido común de propósito, unida en su adoración a Dios y unida en la justicia, son imbatibles incluso contra el enemigo más intimidante.
Sus milagros
Para hacer creíble a cada Profeta en su tiempo y lugar particular, Dios les concedió milagros que fueran pertinentes, relevantes y comprensibles para las personas a quienes fueron enviados.
En Egipto, la magia y la hechicería estaban muy extendidas, por lo que los milagros de Moisés: su bastón convirtiéndose en una serpiente y su mano volviéndose blanca y brillante, atrajo a la gente. En este momento, muchas personas en Egipto practicaban la magia e incluso había escuelas que impartían clases de magia e ilusión.
Faraón pensó que las señales manifiestas que Moisés pudo mostrar con el permiso de Dios no eran más que trucos de magia e ilusiones. Y ese fue el primero de una larga lista de errores.
La historia de la separación del Mar Rojo es una historia familiar para judíos, cristianos y musulmanes y también lo es para los cinéfilos gracias a la exitosa versión cinematográfica de los Diez Mandamientos.
Las historias son todas similares, pero el destino del Faraón es ciertamente muy diferente en el Islam. Vale la pena recordar que el Faraón tuvo amplia oportunidad de escuchar el mensaje de Dios. Moisés lo invitó a adorar a Dios y liberar a los Hijos de Israel de su esclavitud. Sus magos reclutados personalmente reconocieron a Dios y posteriormente fueron ejecutados de la manera más brutal, y se dice que su esposa murió llamando a Dios. Es casi como si las plagas que fueron enviadas sobre Egipto fueran secundarias a sus propias experiencias personales.
El fin del faraón
No obstante, el faraón esperó hasta que las olas rompieran sobre él para llamar a Dios y profesar su fe. Sin embargo, para entonces ya era demasiado tarde.
Ibn Kazir, destacado historiador islámico, describió la muerte del faraón:
“Cayó el telón sobre la tiranía del Faraón, y las olas arrojaron su cadáver hacia la costa occidental. Los egipcios lo vieron y supieron que el dios a quien adoraban y obedecían era un simple hombre que no podía quitar la muerte de su propio cuello”.
El Corán nos dice además que el cuerpo del Faraón será preservado, como una señal para todos los tiempos.
El Corán nos cuenta las historias de los profetas para que podamos aprender de ellos. En el Corán, los profetas son siempre dignos modelos a seguir, son hombres que enfrentan las mismas pruebas y tribulaciones que la persona promedio en cualquier época. Podemos aprender de ellos y tratar de emular sus buenas cualidades y sus historias nos llenan de esperanza.
La historia de Moisés nos enseña que no hay protección en este mundo excepto la protección de Dios y que Él puede convertir el fracaso en éxito y reemplazar la debilidad con fortaleza.
Fuente: About Islam