Cómo el Profeta Muhammad (la paz sea con él) habló de otros profetas
Por el Dr. Talaat Pasha
El Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) era plenamente consciente del vínculo de la fe y el mensaje que lo conecta con la cadena bendita de los Profetas.
En cualquier situación relevante en la que se recuerde o se haga referencia a cualquiera de los Profetas, Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) destaca afectuosamente este vínculo al referirse humilde y positivamente a otros profetas como hermanos en la Profecía.
Mencionó con humildad y aprecio los méritos con los que fueron dotados otros profetas. Ibn Abbas narra, por ejemplo, que el Mensajero (la paz y las bendiciones sean con él) dijo: “El primero en vestirse el Día de la Resurrección será Abraham”. (Al-Bujari)
Lejos de estar celoso, habla con orgullo de su hermano Salomón como el dueño de un tremendo reino, como nadie tiene ni tendrá jamás. Abdullah ibn Amr narró que el Profeta dijo: «Salomón le pidió a Al-lah el Exaltado por un reino que nadie después de él tendría, y a él (Suleiman) se lo fue dado». (An-Nasa’i)
Abu Huraira narró que el Mensajero de Al-lah dijo:
“Tanto en este mundo como en el Más Allá, soy el más cercano de todas las personas a Jesús, el hijo de María. Los profetas son hermanos paternos; sus madres son diferentes, pero su religión es una”. (Al-Bujari)
Muhammad afirma que ama y aprecia a Jesús, como apoya otro hadiz, como el mensajero que fue enviado inmediatamente antes de Muhammad. Además, lo elogia porque no fue tocado por Satanás cuando nació, como todos. Abu Huraira narró que el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) dijo:
“Satanás toca a todos los hijos de Adán en el momento en que nacen, a excepción de María y su hijo”. (Muslim)
No compares entre profetas
Abu Hurairah también narró que un musulmán y un judío comenzaron a discutir y se pelearon verbalmente. El musulmán juró: “¡Por Aquel que prefirió a Muhammad sobre todas las personas!” El judío juró: “¡Por Aquel que prefirió a Moisés sobre todas las personas!”
Luego, el musulmán abofeteó al judío en la cara mientras tomaba lo que dijo el judío como un insulto a Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él).
El judío fue donde el Mensajero de Al-lah y le contó el incidente. El Profeta dijo:
“No digas que soy mejor que Moisés. Toda la humanidad se desmayará en el Día del Juicio y seré el primero en recuperarme para encontrar que Moisés en ese momento estará sosteniendo el costado del Trono (de Dios).
No sé si se desmayaría y se recuperaría antes que yo, o si Al-lah hará una excepción con él porque se desmayó en la tierra una vez”. (Muslim)
En otra narración del mismo hadiz, el Profeta estaba muy enojado; la ira se manifestaba en los rasgos de su rostro y ordenó no involucrarse en tales comparaciones entre los Profetas.
Jonás es mi hermano
Un día, el Profeta Muhammad fue a la ciudad de Taif para invitar a su gente al Islam. Fue ferozmente rechazado, apedreado incluso por los niños.
Él y su sirviente se refugiaron cerca de un viñedo. El trabajador del huerto les ofreció unas uvas. El trabajador escuchó a Muhammad decir frases poco comunes antes de que estuviera a punto de comer. El Profeta le preguntó al hombre de dónde era. El hombre dijo: “Soy un cristiano de ‘Nínive'» (norte de Irak).
El Profeta recuerda con compasión a su hermano en la profecía y dijo: «¿Eres de la misma ciudad que Jonás, el hijo de Matta?»
El hombre estaba desconcertado por el hecho de que Muhammad conociera a Jonás y preguntó: «¿Cómo lo conoces?».
El Profeta respondió: “Él es mi hermano, Él es un Profeta y yo también soy un Profeta”. (Ar-Rahiq Al-Makhtum)
Cuando una persona habló una vez con el Profeta y lo llamó «lo mejor de la creación», inmediatamente y con humildad lo corrigió diciendo: «Ese es Abraham (la paz y las bendiciones sean con él)». (Muslim)
Misericordia para todos
Aunque el Profeta Muhammad fue honrado por ser el sello de los Profetas, vivió humildemente reconociendo a otros Profetas con aprecio, respeto y amor. Él dijo:
“Oh gente, teman a Al-lah y no se dejen engañar por Satanás. Soy Muhammad el hijo de Abdul-lah. Soy el sirviente de Al-lah y Su Mensajero.
No me gusta que me eleven por encima de la posición que Al-lah el Exaltado me ha dado”. (Ahmad)
Ahora más que nunca, los musulmanes están obligados a recordar y poner en práctica la humildad lograda a través de este tipo de vínculo.
Los musulmanes deben recordar que están destinados a ser una misericordia para la humanidad. Deben acoger a personas de cualquier origen religioso y étnico.
Cuando el Profeta emigró a Medina, se mantuvo respetuoso con el Cristianismo y el Judaísmo. Medina dio la bienvenida a una delegación cristiana de 60 miembros de la ciudad de Najran. En un ambiente respetuoso y apropiado, tanto musulmanes como cristianos debatieron y discutieron sus creencias. Cuando terminó la discusión, los cristianos de Najran regresaron pacíficamente a casa.
Este espíritu de misericordia y compasión encarnado de manera tan fuerte y constante a lo largo de la vida del Profeta Muhammad debería ser un ejemplo no solo para los musulmanes, sino también para nuestros centros islámicos, nuestros imames y todas las asociaciones islámicas.
Debemos tener en cuenta lo que Dios dijo en la sura Al-Ma’idah:
Si Dios hubiera querido habría hecho de ustedes una sola comunidad, pero quiso probar su fe en lo que les reveló. Apresúrense a realizar obras de bien, porque todos comparecerán ante Dios, y Él les informará acerca de lo que discrepaban. (Al-Ma’idah 5:48)
Fuente: About Islam