Posted on / in Articulos

La historia de Barakah: la madre etíope del profeta Muhammad

Por Bilal Assad

 

¿Te gustaría saber acerca de la primera mujer en todo el universo que tocó físicamente al Profeta Muhammad (la paz sea con él) antes que nadie? Ella es Barakah, la madre de raza negra del profeta Muhammad.

Ella fue la primera en sostener al Profeta Muhammad cuando nació. Una niña etíope, solo tenía unos 9 o 10 años. Abdullah ibn Al Muttalib fue extremadamente generoso, cuidó de Barakah como si fuera su hija, y Amina bint Wahb, la madre del Profeta Muhammad, también la cuidó como si fuera su hija. Así que Barakah se crió entre ellos.

Hay una cosa a tener en cuenta sobre Barakah: apenas hablaba. Era extremadamente optimista, todo lo que pasaba, siempre lo interpretaba de buena manera. Y Amina bint Wahb no podía necesitar a nadie más que a Barakah en su vida.

Una mujer positiva

Amina quedó embarazada y vio un sueño como si la luz del sol emanara de su vientre e iluminara la ciudad de La Meca hasta Irak.

Así que se despertó, y la primera persona a la que se acercó fue ¿quién? No su marido. A Baraka.

Le dijo: “Oh Barakah, ven aquí. He visto este sueño, se iluminó toda La Meca hasta Yathrib e Irak. ¿Qué crees que es esto?

Y las primeras palabras de Barakah fueron estas, ella sonrió y puso su mano sobre su hombro diciéndole:

“Oh Amina, esta es una señal de lo alto de los cielos. Tienes a alguien importante dentro de ti”.

La primera mujer en dar esta buena noticia… la primera mujer en darse cuenta, de hecho, la primera persona sobre la faz de la tierra en darse cuenta de que hay un hombre importante, más amado y más especial que nadie que estaba por venir.

Luego llegó el día, cerca de Siria, Abdullah murió.

Ahora, ¿te imaginas a Amina, su esposa? Ella se quedó sola, viuda, sin saber, sin ver a su esposo morir, lejos, cerca de Siria, y estaba embarazada, y ya estaba cansada por el embarazo, al enterarse de la muerte de su esposo Abdullah; estuvo afligida durante más de dos meses seguidos.

Entonces Barakah le dijo:

«Cálmate. Por Al-lah, este sueño que tuviste, ¿recuerdas? Solo son buenas noticias. Al-lah está contigo”.

Sabían quién era Al-lah. Adoraban a Al-lah pero adoraban junto a Él a los ídolos.

Cuando dio a luz al Profeta (la paz sea con él), Barakah era la partera de Amina, no había nadie más.

Barakah fue la primera persona en ver al Profeta, la primera en tocarlo, la primera en verlo, en sonreírle, la primera en hacer el siguiente comentario:

“¡Ay Amina! Por Al-lah, es más hermoso que la luna. Al-lahu Akbar! Oh Amina, te dije que tu sueño haría realidad”.

La segunda madre del profeta Muhammad

Pasó el tiempo y el Profeta cumplió seis años, pero Amina se enfermó en Al-Abowa y trajo a Barakah hacia ella. Le dijo:

“Oh Barakah, estoy a punto de morir, te confío a Muhammad. Sé para él una madre como yo lo fui y mejor. Porque no confío en nadie más que pueda desempeñar este papel”.

Barakah luego fue con el Profeta y lo crió. Ahora, ella era como una madre, y quienes describieron la relación, es un poco divertida: es como este niño que le habla a su madre como a un amigo. Él bromeaba con ella, ella bromeaba con él alegremente.

A la edad de 25 años, el Profeta se casó con Jadiya. Él le dijo:

Esta es Barakah, ella es mi madre después de mi madre.

Entonces Barakah se casó con un hombre de Medina y Al-lah le dio un hijo llamado Ayman, por lo que fue conocida como Um Ayman. Um Ayman vivió con Abu Ayman durante unos dos años y murió en una batalla. Así que volvió a enviudar.

Fue de regreso a la casa del Profeta Muhammad, pero esta vez con un niño, Ayman. Y Ayman se crió en la casa del Profeta (la paz sea con él). Estaba entre los jóvenes compañeros. Entonces dijo a la gente:

¿Quién quiere casarse con una mujer del Paraíso?

Todos levantaron la mano.

Él dijo:

Ella es mi madre después de mi madre.

Todas las manos bajaron, pero Zayd mantuvo su mano. Él dijo:

“Oh mensajero de Al-lah, me casaré con ella”.

Así que se casó con Zayd, y de él vino Osamah, y así tuvo a su hijo Osama ibn Zayd, otro compañero joven como Anas, y como Abdullah ibn Abbas, y Ayman, y el resto.

Ella envejeció, y era una de las personas del Paraíso, sin la cual la familia del Profeta no podía vivir, y con quien el Profeta encontró consuelo, después de la muerte de Abu Talib, Jadiya y las demás personas alrededor de él.

 

Fuente: About Islam